Que no entienden "que su tiempo ya pasó" le tuvo que decir Margarita Zavala de Calderón a Martha Sahagún de Fox, cuando la transición en los Pinos, que permitió al segundo candidato del PAN a la presidencia de la república recibir la declaración oficial "haiga sido como haiga sido" de presidente electo, al tiempo que agregaba enérgicamente y en voz alta, la nueva primera dama, que dejara la Sahagún de meterse en los negocios de los Pinos, puesto que serí­an otros también con la camiseta azul y blanca, los que disfrutarí­an de esos beneficios sexenales.

El reclamo de jefa a ex jefa no es nada nuevo, pues lo mismo se da en los Pinos que en cualquier otra dependencia gubernamental donde se comparte el ejercicio del poder público, cuando se llega al cargo desde una campaña polí­tica hecha en pareja. Por eso resulta innecesaria la lucha por la equidad de género en estos tiempos, cuando siempre se ha reconocido que "atrás de un gran hombre" existe salvo honrosas excepciones, una gran mujer. Una mujer cuya astucia, inteligencia, preparación y una gran ambición por el poder y dinero, la convierten en el verdadero "poder tras el trono".

Martha Sahagún de Fox, a quien sus detractores le achacaban la mayorí­a de las malas decisiones del presidente, comenzaba a probar una sopa de su propio chocolate al concluir el periodo gubernamental de su marido; situación que hací­a disfrutar a quienes habí­a maltratado una vez que controló el teléfono rojo para comunicarse con los hombres del presidente Fox, los gobernadores y los magnates de la iniciativa privada, es decir, los llamados "dueños de México".

Las órdenes y contra órdenes de la señora Sahagún, trajeron todo el tiempo a disgusto y en alerta a quienes fueron cercanos a su marido, como el hoy "precandidato ciudadano" Jorge Castañeda Gutman, quien habí­a desempeñado el cargo de canciller mexicano con gran tino, puesto que a él se debe que en el año 2002 nuestro paí­s ingresara al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, desde luego por conveniencia a los norteamericanos en ejercicio pleno de su hegemoní­a para manipular el terror de una guerra armada.

Ya como ex canciller, Jorge Castañeda seguí­a cultivando su relación con la pareja presidencial, hasta permitir la intromisión de Martha en su relación sentimental con Adela Micha, a quien le prometió matrimonio Castañeda después de que se divorciara de la señora Miriam Morales, de origen chileno, radicada en México y amiga de la esposa del presidente.

Jorge Castañeda en una visita a la señora Sahagún en los Pinos, le hizo ver que el presidente Fox debí­a alejarse de algunas influencias que en diversas ocasiones lo orillaron a tomar decisiones equivocadas; la reacción de la primera dama no se hizo esperar, al sentirse aludida, reprochándole su ingratitud, porque mientras ella abonó a la causa de Castañeda como uno de los aspirantes a suceder a su marido, para que éste le diera su bendición; don Jorge Castañeda siempre la consideró una influencia manipuladora y nefasta para el presidente de la transición.

De llegar a ser candidata a la presidencia de la república por el PAN, doña Margarita Zavala de Calderón, acompañada siempre de su esposo el ex presidente Calderón, y de llegar al triunfo en 2018, no podrí­a deslindarse jamás del cónyuge que compartió con ella los buenos tiempos y mejores momentos vividos en la casa oficial de los Pinos.

En México se prohí­be la reelección en forma absoluta para quien haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, mediante elección popular o nombramiento como interino, provisional o substituto y aunque de cumplirse la hipótesis de "Margarita presidenta", no serí­a técnicamente una reelección en términos del artí­culo 83 Constitucional; pero en los hechos, en la realidad cotidiana, el cargo lo ejercerí­a la pareja presidencial, con una notoria influencia de quién de 2006 a 2012 fue jefe máximo de las instituciones públicas y del ejército en este paí­s.