Con todo, el mundo polí­tico del altiplano ya le está dando trato de sucesor de Javier Duarte, JD, y tiene, por añadidura, varios frentes abiertos.
Por ejemplo:
La dupla Fidel Herrera y JD. El góber electo ganó en las urnas por un juramento en campaña: la cárcel para JD y uno que otro duartista y el góber fogoso. Incluso, dijo que cuatro meses le bastaban. En contraparte, desde hace casi un año, Jaime Rodrí­guez en Nuevo León con Rodrigo Medina y Claudia Pavlovich en Sonora con Guillermo Padrés ofrecieron lo mismo y han incumplido.
Las arcas saqueadas. Además, las participaciones federales comprometidas en un 80 por ciento para el pago de la espantosa deuda pública. Además, los pagos pendientes a proveedores y prestadores de servicio. Y hasta la UV y las florerí­as de Xalapa. Sólo la Federación, ha dicho, podrí­a rescatar al gobierno de Veracruz.
El Fiscal de nueve años. Con varias denuncias penales en la Fiscalí­a en contra de JD, el Fiscal fue nombrado por nueve años, y por tanto, su lealtad está con el góber tuitero. Por tanto, ninguna posibilidad de que las denuncias caminen. A menos, claro, que Yunes cambie al Fiscal.
Un Veracruz pobre y miserable. Seis de cada 10 habitantes están en la jodidez según el Consejo Nacional de Evaluación de la Polí­tica de Desarrollo Social (CONEVAL). Un millón de indí­genas y dos millones de campesinos, pobres. El éxodo a EU como única alternativa con un Barack Obama que fracasó con la reforma migratoria ofrecida y un Donald Trump que hasta examen ideológico riguroso pretende imponer a cada migrante. El destino social de la población en el limbo los próximos dos años.

BALAUSTRADAS: Dos años con fiebre electoral. Apenas se siente en palacio, el Yunes azul enfrentará elección de 212 alcaldes. Y luego, de diputados locales y federales y de senadores y de gobernador y de presidente de la república. La vida pública, entonces, para ganar comicios. Los pendientes sociales de un pueblo pródigo en recursos naturales habitado por jodidos… en el limbo.
El activismo de dos senadores. Tanto Pepe Yunes Zorrilla como Héctor Yunes Landa han convertido práctica cotidiana la gestión social. Más, mucho más, Pepe, desde el inicio de su mandato legislativo. Ahora, Héctor se ha unido. Habrá, pues, una competencia reñida para hacer obra.
La relación con la prensa. Con Javier Duarte, dice el góber electo, la prensa en Veracruz navegó con vientos económicos favorables con un solo objetivo: el halago. Su voluntad democrática se calibrará: sigue pagando a los medios para el incienso fácil, mediático como es él mismo, o aplicará la ley federal de la circulación y el rating para, en todo caso, suscribir convenios.
La delincuencia organizada. El gran pendiente social es la seguridad en la vida y en los bienes. Los carteles y cartelitos, dueños de ciudades, pueblos y carreteras. Incluso, dueños de los rí­os Blanco y Coatzacoalcos, sus cementerios particulares. Miles de secuestrados y desaparecidos esperando justicia. Muchos pueblos en Estado de Sitio apenas anochece. Yunes ha garantizado que en seis meses pacificará Veracruz. Fernando Gutiérrez Barrios lo pacificó en 40 dí­as. Al momento lleva cuatro promesas: una, él mismo al frente de los caza/malandros. Dos, asesorí­a de Genaro Garcí­a Luna, el súper policí­a de Felipe Calderón. Tres, asesorí­a israelita. Cuatro, asesorí­a colombiana. Bandazos, pues.

ESCALERAS: El proyecto polí­tico familiar. Ante los pendientes sociales, el proyecto familiar. Uno de sus hijos, para la alcaldí­a jarocha. El otro, para la gubernatura y/o la senadurí­a. Además, su propio proyecto, como es brincar de la gubernatura al gobierno federal en caso de que el PAN ganara la elección presidencial en el año 2018. Ni Superman podrí­a cubrir todos los frentes.
La rebatinga por el poder. Dada la alianza electoral, el CEN y el CDE del PAN y del PRD disputan su parcela de poder en el gabinete legal y ampliado. El pastel de los cien mil millones de pesos anuales de presupuesto, más los negocios lí­citos e ilí­citos, más el diezmo y el doble diezmo, más el tráfico de influencias para usufructuar los bienes, más el manejo bursátil del erario, codiciado por azules y amarillos. Más, claro, los yunistas quí­micamente puros. Y los empresarios amigos y aliados, socios y cómplices.
La integración del gabinete. En polí­tica, dice el de junto, no hay hombre sin hombre. Y por tanto, el gabinete será el primer gran indicativo del estilo personal de gobernar y ejercer el poder. Un gabinete con amigos, un gabinete con parcelas de poder, un gabinete con polí­ticos y técnicos honorables, un gabinete con las mismas caras, descarrilará la esperanza. Francisco Monfort fue el primer desencanto.
El descrédito. Tanto Javier Duarte como Yunes Linares intercambiaron graves acusaciones de corrupción. Ante la percepción ciudadana, uno y otro han quedado como polí­ticos deshonestos, propietarios de una riqueza a la sombra del poder público. Verdad o mentira, medias verdades o medias mentiras, el par está bajo sospecha. Y más allá del dictamen de la PGR y la Fiscalí­a con las denuncias, el pendiente será sacudirse el desprestigio y mostrar con hechos, digamos, que todo fueron pedradas. Ante todo, la autoridad moral.