Y pague las becas a los estudiantes becarios y a los deportistas discapacitados…
Y a los proveedores y prestadores de servicios…
Y garantice la seguridad en la vida y en los bienes…
Y corretee de Veracruz a los carteles y cartelitos…
Incluso, aunque Javier Duarte, JD, y uno que otro duartista negocien en el altiplano su libertad…
Miguel íngel Yunes Linares habrá fregado como gobernador.
Y su trascendencia social y, por añadidura, su popularidad, su liderazgo, se habrá dimensionado.
Y es que son tantos los agravios y las heridas sociales que el duartismo ha sembrado como pólvora en el suelo y en el subsuelo de cada hogar y de cada familia que con tales alcances, el sucesor de JD significará un parteaguas.
Antes y después del góber tuitero.
Claro, con todo y que Andrés Manuel López Obrador se ha pronunciado por una amnistí­a a los polí­ticos a quienes sigue llamando la mafia en el poder, el Yunes azul está obligado a luchar por el reino de la justicia.
Y si hubo polí­ticos, como dice el senador Pepe Yunes Zorrilla, que se fueron cabezones “ordeñando la vaca”, la ley ha de aplicarse.
Quizá, devolviendo el dinero robado como afirmaba el senador Héctor Yunes Landa.
Acaso, devolviendo también los bienes comprados con el dinero sustraí­do a las arcas oficiales, desde el yate de Jorge Carvallo y las mansiones de Gabriel Deantes hasta las casitas de Woodlands de varios duartistas (Javier Duarte, Salvador Manzur, Arturo Bermúdez, Édgar Spinoso, etcétera).

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Pero como para bailar la bamba “se necesita un poquito de gracia y otras cositas”, entonces, el Yunes azul también habrá de aplicar la lupa en algunas secretarí­as del gabinete legal.
Por ejemplo, ahí­ por donde pasaron los polí­ticos más cercanos a JD:
La secretarí­a de Finanzas y Planeación: Tomás Ruiz, Salvador Manzur, Carlos Aguirre Morales, Fernando Chárleston junior, Mauricio Audirac y Antonio Gómez Pelegrí­n.
La secretarí­a de Infraestructura y Obra Pública, antes Comunicaciones: Guillermo Herrera, Raúl Zarrabal, el perredista clásico, Francisco Valencia, Gerardo Buganza y Tomás Ruiz.
La secretarí­a de Seguridad Pública. Arturo Bermúdez.
La secretarí­a de Educación: Adolfo Mota, Flavino Rí­os y Xóchitl Osorio.
La secretarí­a de Salud: Pablo Anaya Rivera, Juan Antonio Nemi Dib y Fernando Bení­tez Obeso.
Y la dirección de Comunicación Social: Marí­a Georgina Domí­nguez, Alberto Silva, Juan Octavio Pavón y otra vez Alberto Silva.
Y es que los mayores negocitos, digamos, lí­citos e ilí­citos, han caminado por ahí­.
Y por tanto, y en nombre del perdón, con devolver el dinerito robado a las arcas, habrá recursos suficientes para lanzar una gran obra pública.

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Varias acciones de gobierno pueden, incluso, operarse sin necesidad de recursos oficiales.
Digamos que basta y sobra la voluntad polí­tica y social para hacer.
Por ejemplo, en las cárceles de Veracruz hay 900 indí­genas presos porque cometieron “un delito de lesa humanidad”, como es robarse un pollito, una gallinita, para llevar la torta a sus hijos, a sus padres ancianos y a la esposa abnegada.
Y para todos ellos, la amnistí­a.
Por ejemplo, el simple hecho de que por aquí­ la secretarí­a de Hacienda y Crédito Público deposite las participaciones y el subsidio federal extra a los presidentes municipales y en automático sean entregados a las tesorerí­as correspondientes, significa una tarea singular, fuera de serie si se considera que los duartistas están acusados de irregularidades con 53 denuncias penales de la Auditorí­a Superior de la Federación en la Procuradurí­a General de la república, PGR.
Por ejemplo, por aquí­ la secretarí­a de Hacienda entregue el subsidio federal de la Universidad Veracruzana a Sefiplan, de inmediato entregarse sin someterlo al juego bursátil ni tampoco a la “Operación licuadora” servirá para enaltecer la estatura polí­tica del Yunes azul.
Por ejemplo, el simple hecho de suspender el diezmo y el doble diezmo a las compañí­as constructoras, prestadores de servicios y proveedores servirá para agigantar la dimensión moral del Yunes azul.
Pero además, para lograr una obra de calidad con materiales de construcción de primera.
Por ejemplo, el simple hecho de suscribir convenios mensuales con los medios en base a la ley federal de una auditorí­a previa para asignar cantidades, en todo caso, según la circulación y el rating, permitirá un ahorro insólito de fondos públicos.
Por ejemplo, el simple hecho de cancelar “las aviadurí­as” en todas y cada una de las secretarí­as y dependencias alcanzará para construir ene número de escuelas y equipar a los hospitales públicos.
Y de paso, claro, desaparecer las plazas y pagos de honorarios del ejército de “orejas”.
Y por añadidura, detener el gasto inverosí­mil que significan las barbies, que también han sido bendecidas con cargos públicos como parte del gobierno frí­volo que padecemos.
Ya se conocerá, no obstante, el estilo personal de gobernar y ejercer el poder del Yunes azul.