cargando

En twitter:

Barandal
Jueves 18 agosto, 2016

Dí­as inéditos en Veracruz

•La muerte de civiles
•En cada hogar hay dolor

PASAMANOS: Se viven y padecen en Veracruz dí­as inéditos. Nunca antes. Por ejemplo, antier, cuatro sicarios remataron a una persona en la Cruz Roja del puerto jarocho.

Luis Velázquez

Antes, mucho antes, otros pistoleros secuestraron a un feligrés en la iglesia de Santa Rita de Casia, un dí­a de confirmaciones en que esperaban al obispo.
En el fraccionamiento “Colinas de Santa Fe”, en un terreno donde caben diez estadios de fútbol, la ONG “Colectivo solecito de Veracruz” ha descubierto tantas fosas clandestinas que según ellos hay cadáveres cada dos metros.
Antes, la realidad dejando atrás a la ficción, por ejemplo, cuando en el poblado “Mata Mateo” de Paso de Ovejas una familia, con un bebé en los brazos de su madre, fue fusilada.
Y una noche, en el poblado de “Mata Loma”, en Manlio Fabio Altamirano, una familia, el padre y la madre, y dos hijos menores de 5 años, fueron desaparecidos… hasta la fecha.
Y en Coatzacoalcos, una niña de 5 años, Karime Alejandra, fue secuestrada con su tí­a, asesinadas y sepultadas en una fosa clandestina.
Y en Las Choapas, un niño fue asesinado porque fue testigo de un crimen.
Y en Chinameca, otro niño fue asesinado por “un pleito de cantina” como dijera el secretario General de Gobierno.
Y en Córdoba, una mujer fue asesinada de 40 puñaladas en un hotel de paso y en Orizaba otra mujer fue ejecutada de 20 puñaladas.
Felipe Calderón Hinojosa llamaba a los muertos civiles “daños colaterales” de la guerra contra los carteles, de igual manera como George W. Bush llamaba a los muertos en la guerra de Afganistán.
Antes, se leí­an noticias en la prensa de tantas mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, y de los narcos entrando a una discoteca en Guadalajara y matando a diestra y siniestra y se escuchaban los corridos norteños alrededor de los dí­as sórdidos y turbulentos.
Ahora, “la muerte también tiene permiso” en Veracruz.
El Veracruz de Javier Duarte, JD, y su gabinete de seguridad y de justicia.

BALAUSTRADAS: Igual que en otros estados, donde la seguridad pública ha fracasado, en Veracruz están matando a la población civil.
Además, del secuestro y el secuestro exprés y los desaparecidos.
Y lo peor: que en muchos casos, la familia paga el rescate y no obstante, el plagiado es ejecutado y sepultado en fosa clandestina y/o arrojado a orilla del camino.
Resulta inverosí­mil, por ejemplo, el asesinato de niños, mujeres y ancianos, que ninguna culpa tienen del caos a que nos han llevado porque simple y llanamente, jamás se han involucrado en el mundo sórdido de la delincuencia organizada.
Todos los muertos tienen padres, hermanos, tí­os, primos, sobrinos, abuelos y amigos y vecinos, compañeros de estudio, que resultan afectados, pues cada vida humana es valiosa.
En cada hogar de Veracruz de norte a sur y de este a oeste se llora un familiar y/o un amigo, un vecino, en tanto la vida cotidiana se ha vuelto un infierno, donde de nada sirven, y hasta vejan y humillan, las excusas de JD “lavándose las manos” y cacareando en boletines de prensa que detuvieron a una banda más, cuando de cualquier forma el infierno se recrudece.
“Hoy fue mi hija Karime y mañana será la tuya” enarbolaba en una cartulina la mamá de Karime Alejandra en una marcha pací­fica en Coatzacoalcos.
Tal cual, el Veracruz se ha multiplicado.
El llamado Estado de Derecho sustituido por el Estado Delincuencial.
Incluso, por el Estado de Sitio, donde apenas oscurece la población se concentra en sus domicilios particulares, porque en automático se escucha el rechinido de las motos tripuladas por los malosos, dueños que se convierten de cada pueblo.
El fuego cruzado a principio de semana en Soledad de Doblado, con cinco muertos, y el tiroteo en Poza Rica con seis muertos, sólo expresan la pesadilla generalizada en Veracruz.

ESCALERAS: JD, dice la rectora de la UV, “nos quitó el derecho a soñar”.
Cierto.
En cada familia hay miedo. Miedo a ser plagiado, a desaparecer, a un crimen, a un secuestro exprés, a una extorsión ví­a telefónica, a salir a la calle y exponerse a una bala perdida.
Incluso, hay quienes con el simple hecho de mirar acercarse a un motociclista se paralizan de miedo por si las dudas, digamos, viene armado y dispara y huye en medio de los automóviles.
Y/o en todo caso, hay miedo con sostener la mirada en un alto en la avenida a un tipo en el coche de al lado.
Quizá se trate de una sicosis. Acaso sea un miedo sin razón, pero como afirmaba el poeta León Felipe, “el peor miedo al miedo es el miedo”.
Y en tal esquizofrenia, JD ha sumido a la población.
Simple y llanamente, nos ha quitado a todos, incluso a los pudientes que tienen escoltas, el legí­timo derecho a caminar cada dí­a con tranquilidad.
Vivir y respirar en el tiempo duartista significa vivir atrapado y sin salida en el infierno.
Más allá del desempleo, el subempleo y los salarios de hambre…
Más allá de la migración a Estados Unidos y a los estados de la frontera norte…
Más allá de los 600 mil habitantes de Veracruz analfabetas…
Y más allá de la pésima calidad educativa y de salud, con hospitales sin materia prima básica y elemental…
Y más allá, incluso, del presunto y manifiesto saqueo del erario, el peor latrocinio de Javier Duarte es la incertidumbre y la zozobra, el miedo y el pánico social, caminando cada dí­a al filo de la navaja, a la orilla del precipicio.


Deja un comentario

Acerca del blog

Blog de noticias desde Veracruz.
Aquí, deseamos contar la historia de cada día.
Y cada día es un nuevo comienzo.
Y todos los días se empieza de cero...

Portal de noticias de Veracruz.