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A Mil por Hora
14 agosto, 2016

“Mi hijo, decapitado y perdido en la fosa común”

Dos jóvenes del estado de Querétaro, desaparecidos y asesinados en tierra jarocha
•Cuatro años secuestrados en la fosa común de Palo Verde, Xalapa.
•El responsable: Amadeo Flores, hoy dirigente estatal del PRI en Veracruz
•Tuvieron que arrancarle un dedo al cadáver de mi hijo para verificar que fuera él; ”todo por un trabajo pericial que jamás hicieron” reclama la madre
•”Lo digo con certeza: no pienso volver a pisar el estado de Veracruz”


“A mi hijo lo decapitaron junto a su amigo. Cuatro años buscando sin saber que la Procuradurí­a General de Justicia del Estado de Veracruz los encontró a los seis dí­as de desaparecidos.

Miguel íngel León Carmona

  • Raymundo Isaac Rico Arias y José Antero López González, originarios de Querétaro, asesinados en Veracruz

La exhumación fue lo más indignante: escarbaban por aquí­, por allá y no los hallaban. Tuvieron que arrancarle un dedo a su cadáver para verificar que fuera él. Todo por un trabajo pericial que jamás hicieron”.

Palabras de la madre de Raymundo Isaac Rico Arias, un joven del estado de Querétaro cautivado por las playas del Golfo de México. Su último reporte fue el 14 de febrero de 2012 junto a su amigo José Antero López González; una fotografí­a con la Isla del Sacrificio a sus espaldas que atestiguaba felicidad.

El carnaval más famoso de México y las playas los habí­an llevado a tierras jarochas. Sin embargo, para fortuna de los queretanos, la única arena que poblaron fue la del panteón de Chavarrillo, en Emiliano Zapata, a unos 88 kilómetros de su paraje turí­stico. Allí­ los captores sembraron a las ví­ctimas, los cuerpos por un lado y por otro las cabezas.

Una pena por cruenta que se lea que aún no supera la señora Arias. “Si encontré a mi hijo fue gracias a la Procuradurí­a General de la República porque el estado de Veracruz, aparte de ineficiente, me dijo, bueno pues ahí­ está su hijo ya puede llevárselo. De parte del gobierno de Querétaro, lo de siempre: que no hay dinero”.

“La funeraria estuvo a dos dí­as de exhumar los cadáveres de nuestros hijos por falta de pago. Solicité apoyo a la Comisión Ejecutiva de Atención a Ví­ctimas (CEAV); pero su respuesta fue que no entraba en el presupuesto”.

“Si hoy Raymundo descansa en el cementerio es gracias a mis vecinos y amigos que no me han dejado morir; son mis ángeles protectores. Y si digo que estoy sola es porque a los tres meses de la desaparición de Raymundo mi esposo murió desolado” justifica el llanto la entrevistada.

Así­ el prólogo de otra historia extraí­da del tomo del duartismo que, de acuerdo con Luis íngel Bravo Contreras, Fiscal General, por lo menos otros 949 relatos con denuncia aún siguen abiertos, sin respuestas, en la impunidad.

Raymundo era un joven profesor preocupado por la niñez queretana que ayudaba a los más marginados; “las navidades eran para conseguir con empresas regalos y útiles escolares para los niños. Un maestro muy recto” solloza la madre.

“En 2010 fuimos de vacaciones al puerto. Habí­an pasado 27 años y mis hijos no conocí­an el mar. Nos la pasamos muy bien. Raymundo quedó encantado de la playa y regresó…pero jamás pensamos que pasarí­a todo esto. Hoy le digo con certeza: no pienso volver a pisar el estado de Veracruz” sentencia desde el comienzo de la entrevista la señora Arias.

RAYMUNDO ¿ERES TÚ, HIJO?

Fue el 9 de febrero de 2012, cuando Raymundo Isaac Rico Arias, de 27 años, en compañí­a de José Antero López González de 24, salieron abordo de su automóvil Clí­o, color rojo, modelo 2008. Serí­an tres dí­as de relajación comiendo volovanes a orillas del malecón, gozando un danzón en el Zócalo o quizá disfrutando el vaivén de las mujeres de la costa. De todo, menos desaparecer.

Para el domingo 12 de febrero la madre recomendarí­a que el regreso lo hicieran por la mañana, pues la noticia del septiembre anterior, en 2011, los 35 cuerpos abandonados sobre bulevar Adolfo Ruiz Cortines en Boca del Rí­o, no la dejaban serena. Sin embargo, las llamadas, desde entonces, dejaron de ser contestadas por Raymundo Isaac.

“¿Qué quieres?” preguntó una voz de adolescente.
“¿Eres tú, Raymundo?”.
Luego vinieron las risas y colgaron. Allí­ los fantasmas jarochos aparecieron. ¿Quién tení­a el equipo del joven de 27 años? Años más tarde la madre descubrirí­a que por lo menos cinco sujetos practicaban el salvajismo con desdén.

Las horas mutaron en dí­as sórdidos y los familiares de ambos muchachos decidieron emitir, primero, la denuncia en el estado de Querétaro. La respuesta fue lapidaria desde un principio. “Será complicado, señora, primero por la distancia, luego porque se trata de Veracruz”.

La señora Arias comenzó a indagar por su cuenta y sólo así­ se enteró que los dos jóvenes se habí­an hospedado hasta el municipio de José Cardel, adyacente al municipio de Veracruz, ya con el presunto operar del cartel de los Zetas.

Fue hasta la semana siguiente que los padres de José Antero López González denunciaron la doble desaparición ante el ministerio público de Veracruz. Allí­ la autoridad presumió los procedimientos investigación a los visitadores, pues la copia de la denuncia era imposible de entregarse mientras la impresora no tuviera tinta.

“Mientras se aprendan el número de carpeta con esto basta, señores. Ustedes llámennos y se les irán dando reportes de manera puntual. En mala hora se les ocurrió vacacionar a sus muchachos. Tenemos mucho trabajo” contestó el personal del entonces procurador de justicia Amadeo Flores, actual presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Lo último que hicieron en suelo veracruzano las dos familias queretanas fue someterse a los análisis de ADN para que los perfiles genéticos fueran confrontados con los cadáveres que fueran reportados sin reconocer.

“Desde entonces tuvieron las herramientas para buscar a mi hijo; pero es tan deficiente su trabajo que en cuatro años no pudieron contactarse de Veracruz a Xalapa para preguntar por los dos jóvenes desaparecidos. Para entonces a mis hijos ya los habí­an asesinado” lamenta la mujer detrás del teléfono.

“A MI HIJO LO ENCONTRARON A LOS SEIS DíAS”

“Lo más indignante es que la Fiscalí­a General del Estado los encontró desde el año de 2012, seis dí­as después de la desaparición. Cuatro años marcando desde Querétaro para escuchar lo mismo: “que estaban trabajando”.

De acuerdo con rastreos satelitales emitidos por la Procuradurí­a General de la República (PGR), que se harí­a cargo de la investigación en 2015, el celular de Raymundo fue utilizado en el municipio de Emiliano Zapata, a 88 kilómetros aproximadamente del paraje vacacional de los jóvenes.

El número estuvo activo por cinco dí­as, lográndose obtener datos de uno de los sujetos. La señora Arias se reserva la información para no viciar la investigación y por temor. “No sé todo lo que habrá detrás del asesinato de mi hijo”.

De acuerdo con notas periodí­sticas, los cuerpos fueron semi enterrados en el panteón de Chavarrillo, Emiliano Zapata, allí­ lugareños notaron un fétido aroma y se extrañaron por danzas de zopilotes casi a ras de suelo.

Al lugar arribaron las fuerzas armadas y efectivos de la Policí­a Estatal, quienes hicieron una inspección eficiente y encontraron las cabezas cerca de los pies de los ejecutados. (1)

“Mi hijo desaparece el 12 de febrero, el 18 de febrero de 2012 ya estaban reportados como desaparecidos. Yo le llamaba a cada rato al fiscal y me decí­a siempre que estaban trabajando. Pero qué hací­an, me pregunto. Los cuerpos hasta fueron noticia y nadie nos avisó”, reclama la señora Arias.

“RAYMUNDO Y SU AMIGO ESTABAN PERDIDOS EN LA FOSA COMÚN”

Ya con una averiguación comandada por la PGR, el 17 de enero de 2016 se logra el cotejo de perfiles genéticos con los cuerpos inhumados en el panteón de Palo Verde, Xalapa. “Los agentes de Unidad de Búsqueda me dijeron que ya habí­an encontrado a mi hijo y a su amigo, más no como yo hubiera deseado”.

El mismo dí­a las dos familias fueron trasladadas hasta la ciudad de Xalapa, a las instalaciones de la Fiscalí­a General del Estado. La Fiscal encargada pidió un tiempo para confirmar que la muerte de Raymundo Isaac Rico Arias y José Antero López González. Sin embargo, de regreso a Querétaro la madre recibió una llamada de su familiar, asegurando que el procurador de justicia recién habí­a asegurado en rueda de prensa la localización de los muchachos desaparecidos en Veracruz y que además ya los llevaban de regreso. La madre tuvo que desmentir tales aseveraciones ante los medios.

Para el 27 de febrero de 2016, por sugerencia de la PGR, la FGE muestra algunas de las pertenencias de los dos finados. “Vi un anillo de mi hijo, que siempre usaba en el dedo pulgar de la mano izquierda, una pulsera y algunas de sus prendas. En tanto, de José, su familia reconoció una cadena y una trusa”.

Los dí­as pasaron inquietos para los familiares, ya convertidos en ví­ctimas indirectas. Fue hasta el 19 de marzo que la Fiscalí­a de Luis íngel Bravo Contreras confirmó la muerte de los jóvenes queretanos.

“El dí­a de la exhumación no tení­an ni la menor idea de dónde estaba mi hijo rascaron al menos en cuatro cavidades. Raymundo fue el que más se pudo reconocer. Para entregármelo tuvieron que arrancarle un dedo lo hidrataron y la huella coincidió finalmente con la de su cartilla militar”.

“En Veracruz, las autoridades nos dejaron así­ de que, bueno… ya los encontraron, ahora a ver como se los llevan”. La madre tras suplicar y exponer su caso ante el Senado de la República consiguió el apoyo para el traslado de ambas osamentas.

“A nosotros, el gobierno de Querétaro no nos ha apoyado en nada; en tanto la Comisión Ejecutiva de Atención a Ví­ctimas terminó diciéndonos que ya no entrábamos en el presupuesto. Si acaso nos ayudaron para los gastos de Querétaro a Veracruz, no más”, asegura la señora Arias.

El 20 de marzo de 2016, hace cinco meses, parecí­a terminar la tragedia originada en Veracruz; sin embargo, la madre todaví­a adeudaba la cantidad de 11 mil pesos por los servicios funerarios. "Me amenazaron con exhumar los dos cuerpos si no pagaba. Gracias a muchas personas conseguí­ el préstamo y la deuda con la funeraria ya pasó, aunque el dolor se queda y para siempre”.

Así­ llega el final de la entrevista, a cientos de kilómetros de distancia, pero con una tristeza que cimbra el auricular del receptor. La madre, ahora integrante de la asociación civil Desaparecidos Justicia, agradece a Dios por haber recuperado a Raymundo, No obstante, asegura: “seguiré colaborando con la causa de los desaparecidos hay mucho sufrimiento, pero más autoridades mentirosas e ineficientes”.


2 comentario(s)

maria l. 30 Nov, 2016 - 05:06
es una lastima que no contemos con gobiernos que se fajen como en la historia de mexico hoy por dia piensan en el dinero que tendran en el extranjero fregando all pueblo .gobiernos que deven de cuidar asu pueblo metidos en asuntos ilegales y segun ellos ganando dinero y lo mas lamentoso que tienen es que nunca gozan de ese dinero lo unico que al ultimo que ya llego otro a tomar su lugar igual a ellos lo unico que gozan es una muerte segura ala familia o.parientes y asta ellos.mismo asi que nunca gozan de carros lujos ni dinero solo de barios cajones para su ultima morada ...es un echo en la actualidad

veronica segoviano ortega 18 Sep, 2016 - 03:06
Gracias por hacer verdaderos reportes de noticias. Esto permite conocer la realidad en mi país, es necesario saber para que las siguientes generaciones estén informadas y busquen nuevas alternativas que ayuden a terminar con el mal gobierno. Le pido a Dios que con la protección de la Virgen de Guadalupe logremos un MÉXICO MEJOR.

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