“¡Fuiste tú!” gritaron a Duarte por Rubén Espinosa
•Familiares y amigos del fotoperiodista pegaron carteles en la secretaría de Seguridad Pública a un año del crimen
•Rubén Espinosa tuvo un sueño; mostrar con fotos, la pesadilla de vivir en Veracruz: los colegas reporteros
•“Queremos que Veracruz deje de ser este estado de muerte y de silencio": Marcela Turati
•“Su muerte lleva el sello de agua de los crímenes de estado": su hermana/Crónica de Miguel Ángel León y fotos de Yerania Rolón
"¡Fuiste tú! ¡Fuiste tú!" frase dibujada por reporteros y activistas, frente al palacio de gobierno de Veracruz, responsabilizando al priista, Javier Duarte de Ochoa por el asesinato de Rubén Espinosa Becerril, una de las 19 víctimas en “esta cacería de comunicadores”.
En punto de las 11 horas, periodistas capitalinos y del estado recordaron en la ciudad de Xalapa al excolaborador de la Revista Proceso y Cuartoscuro, en su primer año luctuoso.
Lo anterior en recuerdo del multihomicidio del 31 de julio de 2015 en la colonia Narvarte, Ciudad de México. Donde, además de Rubén, perdieron la vida cuatro mujeres; Nadia Vera, activista veracruzana; Mile Martín, Yesenia Quiroz y Alejandra Negrete.
El sitio de reunión fue en la Plaza Regina Martínez, nombrada así por el colectivo Voz Alterna, agrupación a la que Rubén Espinosa perteneció y que hasta la fecha condena la muerte de la también corresponsal de la Revista Proceso.
Custodiados por una patrulla de la Policía Federal, un grupo de 25 reporteros, representando a Periodistas de a Pie, Fotorreporteros MX y Ojos de Perro, arribaron a la capital veracruzana, uniformados de camisetas blancas y una letra escarlata al centro, que en conjunto se leía #JusticiaparaRubén.
La apertura del evento estuvo a cargo de la reportera, Arantxa Arcos, quien fervorosa demandó: “Creímos que al exiliarse y con el paso del tiempo el hambre de los asesinos de Rubén disminuiría; pero no fue así: el 31 de julio nos enteramos que lo habían asesinado”.
Posteriormente, Marcela Turati, defensora de los derechos humanos de periodistas, fue llamada al micrófono, ya que fue de las últimas personas con las que Espinosa Becerril se apoyó antes de perder la vida.
La también premio Gabriel García Márquez 2014, anunció la exposición de trabajos fotográficos del finado: “Rubén Espinosa tuvo un sueño: mostrar la pesadilla de vivir en Veracruz. Hoy se hará realidad”.
“MATARON Y TORTURARON A UN VALIENTE”
Conmovida ante el micrófono, Turati compartió una reseña de Rubén, a quien denominó como un poeta de la lente, una persona incorruptible, de los mejores. Su ímpetu y gallardía por cubrir manifestaciones se vio aminorado por la serie de hostigamientos que comenzaron a aparecer para el final de su vida.
“El hombre, de 31 años, temía perder sus tres trabajos y convertirse en un fotógrafo que nadie contratara. Cargaba con la sensación de ser tóxico y poner en riesgo a su familia. Poco hablaba de sí mismo.
De acuerdo con la fundadora del proyecto Periodista de a Pie, Rubén comenzaba a tomar terapias, para vencer los miedos sembrados por la policía de Arturo Bermúdez; sin embargo ya vislumbraba escenarios trágicos.
“No lo dejaron en paz, aunque huyó de la narcomafia Veracruzana. Exigimos justicia y castigo para los funcionarios que participaron, solaparon, encubrieron, ignoraron o facilitaron estos crímenes. Queremos que Veracruz deje de ser este estado de muerte y de silencio”.
Para el final de su participación, Turati se dirigió a Javier Duarte de Ochoa. En punto del medio día, sincronizada con el resonar de las campanas de la catedral, exigió que el máximo ejecutivo saliera y se llevara a la conciencia los nombres de los 19 tundeteclas asesinados, así como los tres desaparecidos.
“Rubén, Regina, Goyo, Anabel, Juan, Moisés, Víctor, Manuel, Noé, Miguel íngel, Yolanda, Gabriel, Armando, Juan, Daniel y Pedro. También Octavio, Sergio, Miguel. No importó que muchos de ellos denunciaran sus acosas ante la prensa, ante el mismo gobierno o mecanismos internacionales; nada los salvó”.
“LA MUERTE DE RUBÉN UN CRIMEN DE ESTADO”
Posterior a la intervención de la reportera capitalina, la hermana de Rubén, Patricia Espinosa Becerril, acusó a las autoridades veracruzanas y capitalinas; a las primeras como responsables de la ejecución; a las otras por haber ensuciado las investigaciones correspondientes.
Mi hermano lo dijo: una persona de la Ayudantía del Gobierno del Estado le advirtió tomándolo del cuello: “Deja de tomar fotos si no quieres terminar como Regina”.
“Se trata de otra verdad histórica que lleva el sello de agua de todos los crímenes de estado. A la fecha no sabemos dónde quedó el arma que mató a mi hermano ni las señas del verdadero homicida. Por otro lado, las líneas de investigación siguen abiertas, ¿acaso siguen así sólo para calmar la protesta social? cuestionó indignada la mujer.
“PUÑO ARRIBA; LO QUE HACEMOS ES DIGNO”
“Exigimos justicia en el multihomicidio de la Narvarte, queremos la verdad. Puño arriba y frente en alto, que lo que hacemos es digno” frase de Marcela Turati que convocó a los presentes a tomar pancartas con el rostro de Rubén Espinosa y salir a marchar por las calles de la capital, donde dedicó años de oficio a las causas sociales; aquellas personas que no tienen voz” compartía en entrevistas Rubén.
Fue un contingente de 40 personas los que rodearon el palacio de gobierno, entre uno de los planes de protesta estaban panfletos con la consigna “No pueden matar la verdad”, manifestantes comenzaron a tapizar edificios de la zona.
El alto forzado fue en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública. Sin importar la presencia policial, amistades de Rubén embarraron con engrudo panfletos con el rostro de Rubén sobre las paredes de la base del “Capitán Tormenta” y unísonos gritaron ¡justicia!
El final de la marcha se dio frente al palacio de gobierno; esta vez dando la espalda. El grupo de allegados al fotoperiodista se agrupó para darle vida a la frase #JusticiaparaRubén. Y así la protesta culminó, con el sonido predilecto del décimo cuarto reportero ejecutado: el que emite el obturador fotográfico.