La noche de este jueves se consumó un nuevo ataque contra la libertad de expresión en Veracruz, pues el equipo fotográfico y archivo del fotorreportero Jonatan Rosas Ramí­rez fue robado de su domicilio.

Alrededor de la media noche, el agraviado manifestó que volvió a su domicilio luego de salir a cenar, cuando se percató de dos de sus ventanales se encontraban abiertos, lo que se le hizo raro.

Al ingresar a su casa se percató de que la computadora que dejó cargando archivos ya no estaba en su escritorio, así­ como sus 2 cámaras fotográficas y discos duros externos con su acervo.

Manifestó que fuera de eso, quien o quienes hayan ingresado, únicamente se llevaron algunas gorras de marca y 500 pesos, además de que prácticamente todo lo demás estaba en su lugar.

Manifestó que tras solicitar el auxilio de la Secretarí­a de Seguridad Pública, la patrulla tardó dos horas en aproximarse al punto, pese a que en numerosas ocasiones se pidió la ayuda.

Así­ mismo dijo que un amigo gritó y siguió a una patrulla de policí­as navales que pasaba por el lugar, pero estos le dijeron que "tení­an otro mandado" pero si podí­an regresarí­an.

Ya la mañana de este viernes, el agraviado acudió ante la Subunidad Integral de Procuración de Justicia de Boca del Rí­o para interponer la denuncia correspondiente.

Este robo se da a tan sólo un par de dí­as de cumplirse un año de la muerte del fotoperiodista Rubén Espinoza Becerril, quien era amigo cercano de Rosas Ramí­rez.

Tan solo unos dí­as atrás, Jorge Sánchez hijo del periodista asesinado Moisés Sánchez, denunció la falta de seriedad que los policí­as asignados a la vigilancia de su casa han tenido.

Cabe señalar que Rosas Ramí­rez también es amigo de Jorge Sánchez con quien retomó el periódico La Unión de Medellí­n que el difunto Moisés Sánchez fundó. mediante el cual continúan denunciando el acontecer de Veracruz.

Por último, compañeros del agraviado solicitaron a la Comisión Estatal de Atención a Periodistas y a la Fiscalí­a General que se le dé la atención necesaria al caso, pues temen sucedan más agresiones contra Rosas Ramí­rez.