Tal cual, será difí­cil que algún ciudadano enervado se ocupe de la Casita Blanca. Y menos, luego de que el presidente, arrepentido, solicitara perdón a los mexicanos.
Por añadidura, los grupos polí­ticos y económicos se olvidarán del grupo Higa, el constructor favorito de Los Pinos, cuyo dueño fuera consuegro de Fidel Herrera, el góber fogoso que se ha desligado de JD.
Andrés Manuel López Obrador se quedará sin armamento para seguir bombardeando al presidente por la compra del avión multimillonario para la secretarí­a de la Defensa Nacional.
Y quizá, en una de esas, los sectores crí­ticos olviden Ayotzinapa, Tlatlaya y Nochixtlán.
Desde hace unas semanas, el par de Duartes y Borge se han convertido en los elementos distractores para que la población desahogue su indignación crónica contra los polí­ticos corruptos.
Es más, si por alguna razón la popularidad del presidente fuera a la baja, sin levantar expectativas.
Y en el gobierno federal cometieran errores que trascendieran.
Y/o en alguna latitud geográfica de la nación apareciera otro Ayotzinapa, otro Tlatlaya, otro Nochixtlán.
Entonces, nada fácil serí­a que para evitar el hundimiento presidencial, el manotazo de Los Pinos se tradujera en la cárcel para uno, o dos, o los tres de ser necesario, gobernadores incómodos (Javier y Cesar Duarte y Roberto Borge) y fueran renunciados y enviados a la cárcel.
Con todo y la cárcel anunciada para el priista Rodrigo Medina de Nuevo León y el panista Guillermo Padrés de Sonora.
Y la cárcel anunciada para los priistas ex gobernadores de Tamaulipas, Eugenio Flores Hernández y Tomás Yarrington, por sus ligas con los narcos, el trí­o caerí­a antes que ellos en las cárceles de sus estados para ver si así­ Peña Nieto repunta… de cara a la elección del sucesor en el año 2018.
Y más, mucho más, porque en todas las cuestas, López Obrador se mantiene de puntero.

2

He ahí­, pues, el factor clave: AMLO y MORENA.
Si durante doce años, el PAN, con Vicente Fox y Felipe Calderón lanzaron al PRI de Los Pinos.
Y si ahora el ex priista Miguel íngel Yunes Linares lanzó al PRI de palacio de Xalapa, de igual manera como otros seis candidatos más de la alianza PAN y PRD en igual número de entidades.
Y si el PRI con Peña Nieto regresó a la presidencia de la república, entonces, significarí­a el peor lastre de su vida que en el año 2018 de nuevo el tricolor fuera lanzado de palacio, y ahora, digamos como hipótesis, por la izquierda radical escenificada en AMLO.
Nunca, por ejemplo, la renovación moral de Miguel de la Madrid Hurtado ni la moral pública de José López Portillo convencieron.
Ahora, Peña Nieto lanzó su Sistema Nacional Anticorrupción que para demostrar su eficacia ha de encarcelar, más que a pececillos, a tiburones de la polí­tica.
Y el trí­o de gobernadores de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo… se han puesto de pechito.
La reivindicación de Peña Nieto y la sobrevivencia del PRI, dice Raymundo Riva Palacio, están en la cárcel para los tres.
El 12 de julio, 2016, lo escribió de la siguiente manera:
“Borge y Javier Duarte, en todo caso, encabezan la lista de quienes pueden ser sacrificados primero”.
Todo depende, advierte el politólogo Carlos Ronzón Verónica, del cálculo electoral.
Es decir, serán sacrificados cuando las circunstancias polí­ticas sean favorables.
Y pronto, porque el fin del sexenio para ambos está cerca.
En el caso de Veracruz, cuatro meses y cinco dí­as pasan demasiado rápido.

3

Ene número de veces JD ha sido renunciado. Y la mitad de la población de Veracruz y la otra mitad han quedado con las ganas.
Incluso, ha sido renunciado asegurando que se irí­a al gabinete con Peña Nieto.
Es más, luego del nombramiento de Fidel Herrera en el consulado de Barcelona (y ahora con la designación de Fidel Herrera Borunda en la embajada de México en Canadá, apenas la semana anterior) cacarearon que JD irí­a a un cargo diplomático.
Nada, sin embargo.
Ahora, de nuevo parte de la prensa defeña retoma el asunto y con su bolita de cristal anuncia inminentes vientos huracanados contra el trí­o de gobernadores priistas.
En contraparte, también hay voces profetizando que el peñismo ha decidido dejar a los tres… para que el repudio popular se descargue contra ellos, aun cuando sólo alimentarí­a que la población electoral se harte más, mucho más, del priismo, y hacia el 2018 se exprese.
Lo peor del asunto serí­a que Peña Nieto “deje hacer y deje pasar” a Javier Duarte para terminar el sexenio y de pronto, Miguel íngel Yunes Linares cumpla su juramento de encarcelar a JD en los primeros cuatro meses de su gobierno.
Y por tanto, el Yunes se fuera a las alturas de su popularidad y liderazgo social y en el año 2018 el PAN, quizá en alianza con el PRD, ganaran otra vez la gubernatura, pero también Los Pinos.
Tal cual, Yunes ganarí­a lo que Peña Nieto habrí­a tolerado por omisión y debilidad.