Y en ningún momento se le revertirán porque, digamos, se trate de simple justicia divina, sino por el contrario, porque el góber electo se encargará del operativo.
Ahora, claro, JD tiene de su lado el aparato gubernamental, incluido el Poder Legislativo con los diputados priistas, anexos y conexos.
Y ni se diga el Poder Judicial, con la esperanza inmediata, un hecho, de que el tiempo de los magistrados sea aumentado a 15 años.
Y de igual manera, la prensa sumisa… a cambio del billete fácil.
Pero a partir de las cero horas del primero de diciembre, “otro gallo cantarᔝ desde el palacio principal de Xalapa, y entonces, solo entonces, más, mucho más allá de la venganza, “¡muerto el rey, viva el rey!”.
JD es dueño hoy, incluso, hasta de las calles y avenidas para hostilizar, intimidar y frenar manifestaciones.
Es más, también es propietario de una parte sustancial de los titulares de periódicos.
Y hasta de una parte de los obispos (¡oh, Luis Felipe Gallardo) y del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, aquel “acarreado” que en el Palacio Legislativo aclamara, sin pudor, a Érick Lagos, “El Lucky II” y lo destapara como extraordinario diputado local.
Pero a partir de diciembre, otro gallo cantará.
Y los mismos que hoy aclaman a JD, se “tirarán al piso” del góber electo, incluidos unos que otros diputados priistas que ahora satanizan al Yunes azul.
Algunos podrán llamarle la venganza. Otros, el desquite. Otros, el revire. Otros más, cacerí­a de bruja.
También, claro, habrá quienes precisen que simple y llanamente se trata de justicia.

A SALTO DE MATA

Hoy, desde el poder público, JD hace y deshace. Mañana, el sucesor tendrá el látigo en la mano.
Y a tono con su temperamento será implacable.
Hoy, Enrique Peña Nieto (así­ haya sido reality-show) pide perdón por la Casita Blanca. “El tema afectó a mi familia y lastimó (¡oh, Dios santo!) la investidura presidencial”. “Sentí­ en carne propia la irritación de los mexicanos”.
Y en contraparte, con los vientos huracanados sembrados por JD a partir del 5 de junio, fecha de la doble derrota priista con la gubernatura y el Congreso, el góber tuitero sigue de omnipotente, impecable, impoluto, glorificado, sin escuchar “la irritación” popular y el coraje social.
Pero a partir de diciembre, muchos duartistas, con JD al frente, andarán a salto de mata.
Por ejemplo, en los primeros cien dí­as del bienio, Yunes Linares habrá de cumplir parte de su juramento de encarcelar al antecesor y/o ya a uno que otro duartista, por ejemplo, a uno de los tres voceros de igual manera, digamos, como Claudia Pavlovich, de Sonora, quien tiene al director de Comunicación Social de Guillermo Padrés tras las rejas.
De lo contrario, si llega la elección de presidentes municipales hacia el mes de junio, sin que ningún duartista esté preso, el sucesor de JD se atragantará con sus propias palabras.
Y lo peor, la confianza depositada en su candidatura con más de un millón de sufragios comenzará a descarrilarse.
De aquí­ al 30 de noviembre, JD tiene la fuerza polí­tica, económica, policiaca, legislativa, judicial y mediática.
Pero desde las cero horas del primero de diciembre habrá quedado sin la investidura gubernamental.
Y entonces, solo entonces, el Yunes azul será dueño de la plaza.
Ojo por ojo, diente por diente.

UN HOMBRE EN LA TEMPESTAD HURACANADA

El Yunes azul profesa la religión griega, aquella que entre otras cositas se sustenta en el mito. Tan es así­ que ellos tienen 12 dioses que viven, dice la leyenda, en el Monte Olimpo. Todos, con forma humana.
Por eso creen en el politeí­smo, es decir, muchos dioses, desde digamos, los mitos hasta la piedad y la misericordia, pasando por el misterio de las cosas y las cosas, cierto, del más allá, pero también de este mundo.
Y entre tales valores, la justicia.
Intensos, impetuosos, frenéticos y radicales, los partidarios del presidente de Turquí­a, Recep Tayyitp Erdogan, lo han demostrado cuando se adueñaron de las calles y sin armas enfrentaron y repelieron a los militares con su golpe de Estado.
Por eso, el millón 55 mil 544 votos que obtuviera en las urnas motivarán a Miguel íngel Yunes Linares para devolver “ojo por ojo y diente por diente” a Javier Duarte.
Así­ está en las Sagradas Escrituras. Y tal cual habrá de cumplirse.
Que Jesús de Nazareth (en cuyo nombre los evangélicos bendijeron su oficina) se apiade del alma y el destino del góber tuitero.
Durante los 24 meses de Yunes en la gubernatura vivirá a salto de mata.
Sembró espinas y cardos, espinas y cardos cosechará.
Y también, claro, uno que otro duartista en la mira.
Y uno que otro diputado priista que desde ahora andan aterrorizados.
JD perdió la cordura y la mesura polí­tica que, bueno, nunca ha conocido, en tanto, Yunes Linares siempre ha caminado en medio de la tempestad huracanada.