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Sábado 23 julio, 2016

Bancos acreedores sobre Duarte

•También las calificadoras
•Peor camisa de fuerza a Yunes

1

El descrédito de Javier Duarte, JD, proviene ahora de algunos bancos acreedores del gobierno de Veracruz y de unas calificadoras.
Unos y otros a partir de la filosofí­a polí­tica y social del duartismo, como es la opacidad con que se ha manejado durante el sexenio.
Veracruz, en el sótano de la transparencia y la rendición de cuentas.

Luis Velázquez

El Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, y la Comisión de Vigilancia de la LXIII Legislatura, y la Contralorí­a, y la SEFIPLAN, y los auditores internos y externos, “tirados al piso” del Jefe Máximo de la Revolución Hecha Gobierno.
Tal cual, estamos en el mes de julio del año 2016 y JD se ha negado a publicar la Cuenta Pública del año 2015.
Y por tanto, los bancos y las calificadoras lo tienen bajo la lupa y permanecen agazapados para asestar el manotazo financiero (Reforma, Negocios, Gonzalo Soto, jueves 21 de julio, 2016).
El reportero lo describe de la siguiente manera:
HR Ratings dice que el duartismo tiene créditos con varios bancos, entre ellos, BANOBRAS, BANORTE, BANAMEX, Multiva y Santander.
Y lo bancos sólo esperan que JD cumpla en tiempo y forma con la Cuenta Pública de cada año.
Pero además, y de acuerdo con el contrato, en un tiempo determinado, que en el caso del duartismo, ya está vencido.
Y ante la opacidad, “de acuerdo con los contratos se podrí­a aplicar una sobretasa adicional de intereses”.
Lo peor: en caso de que JD se trepe en su mula, entonces, y siempre en la lógica de los contratos, “nueve bancos más podrí­an exigir el pago anticipado de los créditos que otorgaron al gobierno de Veracruz o solicitar su vencimiento antes del plazo previsto”.
Se confirma así­ una vez más lo que en su momento denunciara el senador Pepe Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso federal, y amigo y condiscí­pulo del secretario de Hacienda y Crédito Público, el presidenciable Luis Videgaray Caso:
“En Veracruz hay desorden administrativo, caos financiero y corrupción polí­tica”.
Por desgracia, y no obstante las 43 denuncias penales de la Auditorí­a Superior de la Federación ante la Procuradurí­a General de la República, PGR, nunca Los Pinos se han dado por enterados, y/o en todo caso, conociendo el asunto han sido omisos.
Ahora, la lupa de los bancos acreedores y de las calificadoras sobre JD.
¡Ay, Fidel Herrera, cuánto daño económico, social, educativo, de salud, de seguridad y de justicia causante a Veracruz!
¡Que Jesús de Nazareth se apiade de tu destino en el consulado de Barcelona!

2

Además, otro fantasma del Apocalipsis cabalga sobre el lomo duartista: la peor deuda pública del paí­s.
En el año 2010 era de 21 mil 499.9 millones de pesos.
En el año 2012 aumentó a 40 mil 28.9 millones de pesos.
Y este año está en 45 mil 776 millones de pesos según la secretarí­a de Hacienda y Crédito Público.
Lo más terrible es lo siguiente: ningún organismo fiscalizador del gobierno de Veracruz frenó la tendencia.
Quizá, acaso, lo intentaron, pero fueron desoí­dos.
Y si así­ fue, con tal de conservar el empleo (ni hablar, llevar el itacate a casa), todos callaron, guardaron silencio, se volvieron sordos.
La ley de Responsabilidades de Funcionarios Públicos incluye la omisión y la negligencia como pecados mortales que vuelven cómplice, aliado y socio al más pintado.
Desde luego, ha de precisarse el siguiente dato: según la ley, cuando la secretarí­a de Hacienda detectó que la deuda pública iba para arriba, y cuando la Auditorí­a Superior de la Federación descubrió las irregularidades en el destino social de los dineros federales, la obligación de Luis Videgaray era cerrar la llave a Javier Duarte.
Nunca la cerró.
¿No quiso? ¿No pudo?

3

Escribe el reportero Gonzalo Soto:
“Gerardo Carrillo, analista de calificaciones subsoberanas de Fitch Rating, explicó que al no cumplir con los estándares de transparencia financiera requeridos en los contratos con los bancos y otros acreedores, éstos podrí­an reclamar la liquidación anticipada de la deuda”.
De ser así­, entonces, habrán de apresurarse, porque a JD solo le restan 4 meses con 8 dí­as, y si “dejan hacer y dejan pasar”, entonces, el sucesor, Miguel Angel Yunes Linares quedará totalmente ahorcado para operar, incluso, hasta para cumplir, más que con los salarios de burócratas, con el pago puntual de las pensiones.
Y en el mes de diciembre, lo peor: el pago de los aguinaldos, y el aguinaldo, como el dí­a de descanso en la relación laboral, es sagrado.

4

El infierno, pues:
“No solo los créditos bancarios estarí­an en riesgo de ser cobrados anticipadamente, sino también el pago de algunas emisiones bursátiles de deuda que realizó la administración de Javier Duarte”.
Tantito peor:
“Los acreedores podrí­an acudir a los fideicomisos en donde la entidad recibe las participaciones federales que usa para el pago de deudas y cobrarse directamente de ahí­”.
La incertidumbre total. El caos. El vértigo. La insolvencia.

5

Yunes Linares se tardó unos veinte años para ganar la gubernatura para que de pronto, listo ya para el primero de diciembre, se tope con el peor de los mundos.
¡Vaya ironí­a del destino!
Toda su capacidad y relaciones polí­ticas, toda su inteligencia y experiencia, toda su fortaleza como negociador, todo el talento de sus asesores, está en juego.
Será inadmisible que Javier Duarte se salga con la suya…


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