La leyenda mágica de “Las caritas sonrientes” tuvo su dimensión estelar cuando Agustí­n Lara, Pepe Guí­zar y Chabela Vargas le cantaban a Veracruz en el siglo pasado.
Pero en este siglo, la muerte aquí­ ha tenido permiso.
Nada representa el estado de ánimo, el viacrucis sexenal, el camino al Gólgota como, por ejemplo, Jocelyn Elizabeth Macedonio Calvario, y su señora madre, Isabel Calvio, repartiendo volantes en Coatzacoalcos con la fotografí­a de su hijo robado en el Hospital Valentí­n Gómez Farí­as.
Pero quizá el golpe demoledor estarí­a con la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos que una vez más está entre nosotros, porque aquí­, en Veracruz “hay numerosas fosas clandestinas”.
Y porque, además, “nos convoca la tragedia de Veracruz”, según expresaran en un desplegado, suscrito, además, por ene número de ONG del paí­s y locales, avisando al paí­s que hasta el dí­a 29 de julio seguirán rastreando la pista de los muertos.
Y más, por lo siguiente:
La vez anterior hallaron “varias fosas clandestinas, de gran magnitud, en los que se exhumó una cantidad aún indeterminada, pero importante de restos humanos y que aún están bajo proceso de identificación por un equipo forense de la División Cientí­fica de la Policí­a Federal”.
En contraparte, y como ellos mismos han documentado con prudencia y serenidad, el dolor y el sufrimiento en cientos, miles quizá de hogares y familias, que mantienen inamovible al secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.
“No queremos más sangre. No queremos más violencia. Y mucho menos queremos venganza”, dicen, “y que nadie olvide que Veracruz hoy se llama también Guerrero, Coahuila, Chihuahua, Baja California, Morelos, Michoacán y Sinaloa, en fin, se llama México”.

BALAUSTRADAS: Si el ciudadano común y sencillo escudriña las expresiones de la cara en los demás advertirá, por ejemplo, que la mitad de la población carga en el rostro las huellas del dolor por un familiar plagiado, desaparecido y/o asesinado, en tanto la otra mitad para ya va y/o también está atrapada en la angustia y la nostalgia.
Bien lo dijo en una frase lacónica la madre de Karime Alejandra, la niña de 5 años ejecutada en Coatzacoalcos, cuando caminaba en una marcha pública con los vecinos:
“Hoy fue mi hija Karime Alejandra. Mañana puede ser la tuya”.
Y es que la sentencia bí­blica se ha cumplido, digamos, al pie de la letra, como sucedió, por ejemplo, el lunes 11 de julio, en el puerto jarocho, cuando un par de primos, Baruch Grajeda y Francisco Vargas, fueron secuestrados en su propia casa y desaparecidos hasta el momento.
Y/como el caso de los diez muertos el sábado 16 en diferentes municipios de Veracruz, todos con violencia.
Por eso el ciudadano podrá, digamos, escuchar sonrisas en el café y en el antro, pero al mismo tiempo, son más, muchos más los hogares enlutados, con la advertencia de que nadie está a salvo, nadie está ileso, nadie puede cantar victoria.
Y un pueblo que vive atrapado y sin salida en la incertidumbre y la zozobra se vuelve incapaz de sonreí­r, pues nada alienta la sonrisa fácil en el Veracruz de Arturo Bermúdez Zurita y el Veracruz de Javier Duarte, la peor pesadilla sexenal que se ha vivido y padecido en 86 años de gobierno priista.

ESCALERAS: Todo ha robado JD a la población.
La Auditorí­a Superior de la Federación mantiene las denuncias penales en la Procuradurí­a General de Justicia de la nación por tantas irregularidades en el destino de los recursos federales.
También nos robó “el legí­timo derecho a soñar” como ha expresado la rectora de la Universidad Veracruzana.
Y nos robó la tranquilidad que llevaba cada tarde a miles de familias a colocar su sillón tlacotalpeño en la banqueta de sus casas para platicar con los suyos y los vecinos, pues una bala perdida bien puede extraviarse por ahí­.
En decenas, cientos de poblados se padece un virtual Estado de Sitio, de tal forma que hasta los presbí­teros solicitan a los feligreses se abstengan de salir a la calle apenas pardea la tarde, porque la noche es para los malandros, muchos de ellos operando en motocicletas para cometer fechorí­as y huir.
Lo peor es que la inseguridad en el diario vivir se multiplica por la dudosa y cuestionable procuración de la justicia resumida en una sola palabra, como es la impunidad.
Sólo Arturo Bermúdez con sus policí­as stripperos y Luis íngel Bravo Contreras con sus canciones como barí­tono la pasan bien en un Veracruz donde se vive una tragedia como dice la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos.
Y en donde el góber tuitero tiene 6 mascotas con los que suele jugar tan quitado de la pena, porque ene número de policí­as y judiciales lo cuidan dí­a y noche.