Un dí­a como hoy del año 1893, el presidente de la república Porfirio Dí­az, inauguró la ví­a del ferrocarril de Alvarado al Puerto de Veracruz, consolidando su proyecto de comunicación por toda la república, a través del ferrocarril que hizo posible el cambio de los viejos y polvorientos caminos de herradura a los rápidos y seguros transportes a través de las ví­as de fierro que sembradas por todo México sumaron durante los 34 años de gobierno del general Dí­az diecinueve mil kilómetros de ví­as férreas.

La comunicación por la red telegráfica nacional instalada en el gobierno del general Dí­az, permitió enlazar a la población dispersa por la campiña mexicana y radicada en comunidades, pueblos y ciudades de los más recónditos lugares.

El progreso con la instalación de fábricas y el empleo de manufacturas mexicanas, así­ como las grandes textileras fueron posibles gracias a la confianza de inversionistas extranjeros, que confiaron en un gobierno que para el año 1893, ya contaba con finanzas sanas.

La paridad del peso frente al dólar, era de uno a uno, es decir, un peso mexicano por un dólar americano, y esa paridad se conservó durante todo el gobierno del general Porfirio Dí­az, cuya estabilidad económica y monetaria se logró desde 1875 hasta 1911 con la salida de Dí­az, durante la revuelta iniciada por la Revolución Maderista en 1810.

Actualmente la paridad es de dieciocho pesos con cincuenta centavos por dólar y se teme que pueda llegar a más de veinte pesos por dólar en los próximos dí­as, debido a la inestabilidad social y polí­tica del sur y sureste del paí­s, cuya explosión ya constituye un reto para el gobierno del presidente Peña Nieto.

En el año de 1993 al peso mexicano le borraron tres ceros por decreto del presidente en turno don Carlos Salinas de Gortari, quien logró que los multimillonarios se volvieran millonarios, los millonarios se volvieran clasemedieros y la clase media desapareciera para formar parte de la gran masa proletaria. Como distractor de la quiebra económica nacional utilizó el gobierno el cuento del famoso "chupacabras" y concluyó con otro gran distractor que fue el levantamiento del ejército zapatista de liberación nacional y su famoso subcomandante Marcos, Rafael Sebastián Guillén Vicente, con su lugarteniente la comandante Ramona.