Y como en la novela de Morris West, El arlequí­n, que los dos terminen muertos.
Tal cual, y por más que JD “se lave las manos” en el twitter declarándose inocente de la embestida del Movimiento de los 400 Pueblos en contra del góber electo, nadie, absolutamente nadie… le cree.
Por el contrario, nueve de cada diez habitantes de Veracruz están seguros, ciertos, ciertí­simos que el góber tuitero estuvo atrás del operativo.
Y/o en todo caso, y sólo en beneficio de la duda, que JD ordenó a gente de su confianza fastidiar más, mucho más, al góber electo, y el corifeo y cancerbero operó como ha acostumbrado JD desde el año 2010 cuando en la campaña electoral a la gubernatura enfrentara a Yunes Linares como adversario electoral.
Y es que desde el 5 de junio, luego de que el PRI perdiera la silla embrujada del palacio y el Congreso, JD ha entrado en una fase preocupante, como si las neuronas se le hubieran destrabado de golpe y porrazo.
Es más, antier, la presidenta del CEN del PRI, Carolina Monroy del Mazo, prima del presidente Enrique Peña Nieto, diputada federal, la mismita que acusara a su homólogo Alberto Silva Ramos de misógino, deslindó al partido tricolor de JD y le recordó que todo ha de estar dentro de la ley, nada fuera de la ley.
Y aun cuando aceptara que por la ví­a legal, JD puede crear las Fiscalí­as deseadas, por el lado ético y moral está vedado.
En tanto, el secretario de Gobernación, Miguel íngel Osorio Chong fue solidario con Yunes Linares, Alberto Anaya y Santiago Creel por la agresión sufrida en Xalapa.
JD entregará la estafeta al Yunes azul y todo parece indicar que ha perdido el control de sí­ mismo.
Es más, ya ni los Tafiles ni los Rivotriles le surten efecto.

2

En la agresión del 29 de junio en Xalapa al salir del Palacio Legislativo contra de Miguel íngel Yunes Linares fue herido un escolta del dirigente panista, miembro del Estado Mayor Presidencial.
Fue herido con un ladrillazo en la cabeza, de igual manera como fue herido con una piedra en la frente Luis Echeverrí­a ílvarez cuando visitó la UNAM.
Desde luego, se trata de un delito expreso y manifiesto.
Peor, no obstante, hubiera sido que la piedra cayera en la frente del góber electo y/o del lí­der nacional del partido azul y/o del ex secretario de Gobernación con Vicente Fox Quesada.
El hecho y la circunstancia expresa el objetivo latente, siniestro y sórdido de JD: el góber tuitero está dispuesto a todo… con tal de descarrilar a Yunes Linares de aquí­ al primero de diciembre.
Y si así­ andan las cosas, caray, nadie puede olvidar que en Veracruz, y en la lógica de la PGR y la DEA operan un trí­o de carteles. Los Zetas, Jalisco Nueva Generación y Del Golfo.
Además, hay 460 policí­as sujetos a un proceso penal acusados de desaparición forzada de ciudadanos a quienes levantaron y entregaron a los malosos, y por tanto, dispuestos a todo.
Además, de los oficiosos que siempre existen.
Ningún ciudadano quisiera más sangre, y menos, mucho menos, que la vorágine polí­tica se resolviera como en el siglo pasado, a balazos y con muertos, tiempo aquel cuando, incluso, hasta en el Congreso de la Unión se mataran.
Tiempo cuando el general Victoriano Huerta, tan leal que se decí­a a Francisco I. Madero, ordenó su fusilamiento al mismo tiempo que el de José Marí­a Pino Suárez.
Tiempo cuando ílvaro Obregón ordenó una celada para emboscar a Pancho Villa.
Y tiempo cuando el general Jesús Guajardo también emboscara a Emiliano Zapata.
Dicen los que saben que la historia suele repetirse unas veces como tragedia y otras como comedia.

3

Javier Duarte es temperamental, igual que Yunes Linares.
JD es violento, igual que Yunes.
JD es irascible, igual que Yunes.
JD es rencoroso y vengativo, igual que Yunes.
Tal para cual, entonces.
Enojado, y con justa razón, molesto, ocupado y preocupado, Miguel íngel Yunes Márquez, presidente municipal de Boca del Rí­o, publicó en su cuenta de Twitter que JD habí­a ordenado a través de los 400 Pueblos agredir a su padre, el góber electo.
A partir de ahí­, todo puede suceder, incluso, lo peor…, que nadie quisiera.
Pero las cosas ya se salieron de control y estarí­an a punto de recrudecerse.
Y es que JD perdió la gubernatura muchas veces.
La perdió cuando lanzó a los fidelistas, sus favoritos, como aspirantes y suspirantes.
La perdió cuando sólo promovió a Érick Lagos y nunca levantó.
La perdió cuando promovió a Alberto Silva Ramos y tampoco jamás levantó en la encuesta.
La perdió cuando urdió todas las intrigas para descarrilar a los senadores Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa.
La perdió cuando en la Casa Veracruz tuvo una comelitona con seis de sus candidatos, pues para entonces habí­a agregado a Flavino Rí­os Alvarado y el pobrecito de Tomás Ruiz González.
La perdió cuando lanzó a Gerardo Buganza Salmerón y a Juan Bueno Torio como candidatos independientes.
La perdió cuando abrió las puertas de la Casa Veracruz a Cuitláhuac Garcí­a Jiménez según denunciara Héctor Yunes.
Y la perdió con Héctor Yunes.
Y por tanto, es un animal polí­tico herido que nunca, jamás, se preparó ni para el fin del sexenio ni menos para perder la elección del sucesor.
Igual que todos los gobernadores y presidentes de la república, JD soñó con dejar sucesor.
Y un polí­tico en tales circunstancias se vuelve un dinosaurio con los últimos estertores y coletazos de su vida.
Por eso varios polí­ticos y ciudadanos miran que JD y Yunes Linares podrí­an terminar con el pleito… matándose uno al otro.
Todas las señales son fatí­dicas.