“The Guardian” en Veracruz
•Amistades peligrosas
•Censura y autocensura
DOMINGO
Un periódico vigila a Veracruz
El 3 de junio, el periódico británico “The Guardian” asestó un ramalazo al periodismo en Veracruz, aun cuando la premisa se aplicaría a otras latitudes de la nación.
Por ejemplo, dijo:
Un reportero local “dejó claro que el gobierno del estado tiene los archivos de todos los periodistas, información que pueden utilizar cuando sea necesario”.
La circunstancia, sin embargo, es vieja.
En la campaña electoral de Fernando Gutiérrez Barrios, 1986, los diaristas tomaban como broma la siguiente circunstancia, preguntándose uno al otro:
Luis Velázquez
--¿Ya tienes la currícula de Gutiérrez Barrios?
Y el otro respondía:
--¡No! ¡Pero él ya tiene la tuya!
Y los dos sonreían, digamos, del chascarrillo.
En la lógica del diario británico, en el Veracruz de Javier Duarte, JD, la historia se reciclaría.
Ninguna duda existe que así es.
Se partiría de un principio universal: el Estado utiliza todas las formas de intimidación para doblegar a los críticos y para ganar adeptos al mismo tiempo, sean por voluntad expresa y/o porque nada peor en la vida como que los demás conozcan tu historial.
Un día, por ejemplo, cuando Miguel íngel Yunes Linares era secretario General de Gobierno con Patricio Chirinos, invitó al diputado federal de entonces, Jorge Uscanga Escobar, a tomar un cafecito en su oficina.
Y cuando Uscanga Escobar apenas, apenitas entraba a la oficina, el Yunes priista que era entonces, le dijo, mirando una tarjeta informativa:
--Hoy en la mañana desayunaste con…, y luego tomaste café con…, y luego te reuniste con…
Yo, dice Uscanga, me estremecí.
LUNES
Amistades peligrosas
“The Guardian” también publicó lo siguiente:
“La muerte de periodistas de Veracruz ha sido justificada con una presunta relación con el crimen organizado”.
El dato es viejo, y al mismo tiempo, vigente.
Por ejemplo, la última estocada fue cuando Alberto Silva Ramos, director de Comunicación Social de JD, filtró una lista de 20 reporteros que según él figuraban en la lista negra de los malosos… para ser ejecutados.
En la lista de los 18 trabajadores de la información asesinados en el transcurso del duartismo la autoridad siempre filtró que uno que otro, varios, quizá la mayoría, tenían relaciones peligrosas.
Pero… nunca lo demostraron. Jamás aportaron un dato, un hecho, una prueba, una evidencia, una coincidencia, una fotografía, una grabación, etcétera, de que era así.
Y por tanto, y como dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, en Veracruz, los muertos son victimizados, casi casi dos veces asesinados.
La primera, cuando los matan, y la segunda, cuando el gobierno los sataniza, incluso, a través de sus apologistas mediáticas.
“Perro” comiendo “perro”.
MARTES
Los espías del palacio
Publica “The Guardian”:
“Entrevistados por el diario, reporteros de Veracruz acusan que han sido filmados y fotografiados por informantes. En noviembre pasado, en pleno evento para celebrar la libertad de expresión, un fotógrafo fue maltratado por el equipo de seguridad de Javier Duarte”.
La verdad, pues, escrita a su tiempo. Peor tantito, ha sido la constante del secretario de Seguridad Pública, con (presunta) anuencia del vocero en turno.
Por un lado, los llamados “orejas”. Y por el otro, el permiso a los guaruras, los escoltas, los encargados de seguridad… para agredir y agraviar a los reporteros, fotógrafos y camarógrafos para ellos incómodos, conscientes y seguros, además, de que desde el poder serán tolerados y solapados.
Ha sido la constante. Incapaz el duartismo de poner un bozal a todos los diaristas, recurre a las formas de la guerra sucia, y que reproduce el modelo policiaco de Arturo Bermúdez Zurita, es decir, policías al servicio de los narcos que secuestran a las personas y se las entregan.
Un régimen de terror y horror, de incertidumbre y zozobra, de miedo y parálisis, a tono con los dictadores de la historia.
MIÉRCOLES
“Yo soy Veracruz”
“The Guardian”:
“Javier Duarte toma cualquier crítica personalmente. Todo lo malo tiene que ver con sus enemigos, no con su Gobierno”.
Cierto.
En el viaje sexenal, JD ha confundido la realidad real con su realidad imaginada, de tal manera que con frecuencia, a cada rato, siente, está seguro de que él es la patria chica, la encarnación física y palpable de Veracruz.
Y, por tanto, quien de exprese o escriba mal de él… se está metiendo con la Constitución General de Veracruz y de la república.
“La patria soy yo” diría Antonio López de Santa Anna, el quinto, y el sexto y el séptimo gobernador de Veracruz en el periodo que va de 1829 a 1830, tiempo aquel cuando dada la inestabilidad política y social el mandato duraba unos cuantos meses.
Por eso, si el historiador Enrique González Pedrero publicó un libro intitulado “La patria de un solo hombre”, que es la biografía de Santa Anna, el corresponsal de Proceso, Noé Zavaleta acaba de publicar el libro “El infierno de Javier Duarte, crónicas de un sexenio fatídico”, refiriéndose al día en que Veracruz se convirtió en una sucursal del infierno.
JUEVES
Censura y autocensura
“The Guardian”:
El periódico británico se refiere “a la censura que se vive en Veracruz y dice que mientras los diarios amistosos han sido apuntalados con la publicidad oficial, las voces críticas han tenido dificultades para sobrevivir”.
El diario fue demasiado generoso.
En Veracruz, como en el resto de la nación, la prensa suele estar al servicio del gobernador en turno, con excepciones, digamos, excepcionales.
Y en efecto, un testimonio irrefutable de que “los diarios amistosos” son apuntalados con la llave abierta de la Secretaría de Finanzas y Planeación está en que ahora cuando la SEFIPLAN fue saqueada y ha cerrado la llave a los medios, muchos están en crisis.
Unos, por ejemplo, y de plano, han bajado el telón. Otros, han despedido personal. Otros, han reducido secciones y páginas. Otros más, han cerrado corresponsalías.
Incluso, hay quienes en el mismo edificio redujeron oficinas y concentraron a todos en un saloncito… para reducir el pago del servicio de energía eléctrica.
Y oh sorpresas (habituales) que da la vida:
En la víspera al 5 de junio, la mayoría de medios daba como un hecho que el candidato priista a la gubernatura ganaría en las urnas.
Dos días después, tales medios cambiaron de piel y se volvieron yunistas, de tal forma que, y por ejemplo, hay un medio, el decano, que toda su portada está vestida de azul.
VIERNES
Todos acalambrados
“The Guardian” expresa otra realidad avasallante:
En Veracruz “los habitantes viven con miedo y no se atreven a hablar abiertamente de sus experiencias, ya que si lo hacen suelen convertirse en el objetivo de las autoridades locales, los grupos criminales o ambos”.
Los días y noches, entonces, en el duartismo: vivir todos acalambrados. Un zípper que la mayoría se ha impuesto, digamos, como una estrategia para garantizar la vida y vivir un día más. “Calladito te ves más bonito” diría el de junto. El silencio como fenómeno social de un sexenio en “la extensa y larga noche de san Bartolomé” en Veracruz.
Pero más aún: el estilo personal de ejercer el poder en el duartismo ubicó a la población en la frontera entre lo lícito y lo ilícito.
Tal cual: si ejerces tu derecho constitucional a expresarte como ciudadano (y también como medio), la policía apaleadora de viejitos y/o los malandros te pueden desaparecer, mínimo, darte un sustito.
Y si por voluntad propia te silencias… continuarás sintiendo que habitas el paraíso terrenal.
Lo dijo la rectora de la Universidad Veracruzana: Javier Duarte “nos quitó el derecho a soñar”.
Lo peor: también a expresarnos.