La reunión celebrada en Bucareli entre representantes del gobierno, de la CNTE y la repentina aparición del SNTE, tuvo lugar el dí­a de ayer, sin acuerdos por las posiciones intransigentes que polarizan entre la imposición de la reforma educativa aceptada por el SNTE y la abrogación de la reforma exigida por la CNTE, según lo manifestaron al término de la reunión que por mas de cinco horas fue presidida por el secretario de gobernación Miguel íngel Osorio Chong.

Nadie hizo caso a la prohibición de Aurelio Nuño Mayer, quien por todos los medios de comunicación a su alcance, advirtió que no asistirí­a a la reunión de gobernación y que por ningún motivo se abordarí­a en la mesa de diálogo el tema de la reforma educativa.

Extraña la declaración de Nuño, porque siendo la reforma educativa el origen del conflicto en varios estados del sur sureste del paí­s, que ha hecho crisis en Oaxaca con muertos y heridos que ahora nadie mató ni golpeó y con un desabasto que según datos oficiales afecta a un millón y medio de personas radicadas en Oaxaca, con las consiguientes pérdidas económicas para el sector empresarial, como no se iba a dialogar sobre la educación y las sanciones impuestas a los maestros rebeldes a la SEP.

Tampoco rindió frutos la reunión de gobernación, puesto que los conflictos con toma de instalaciones, bloqueos carreteros, marchas y protestas se han multiplicado y hoy las manifestaciones de los médicos que reclaman la no criminalización de su trabajo y el suministro de medicamentos, instrumentos quirúrgicos y reparación y modernización de toda la infraestructura hospitalaria del sector salud, que incluye al IMSS y al ISSSTE, más las secuelas del fracaso en el congreso de la unión con la ley 3 de 3 que ha dado lugar a que la COPARMEX también salga a la calle y exija cambios a la propuesta oficial del sistema nacional anticorrupción; toda esa efervescencia social complica la función de gobernar y mantener un clima de tranquilidad y paz social.

Y mientras no se firmen y cumplan los acuerdos polí­ticos para liberar vialidades, desocupar edificios públicos, volver a la impartición de clases y aperturar el comercio y las fuentes de empleo en la zona de conflicto, de poco o nada servirá el plan de rescate económico del gobierno federal para apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas que según han sido afectadas por la "disidencia magisterial" (léase CNTE), el trabajo de Ildefonso Guajardo Villarreal quedará como tantas cosas del gobierno, solo en buenas intenciones.

Una mayor complicación ocurrirí­a si se cierra la refinerí­a de PEMEX en Salina Cruz, Oaxaca, ya que se trata de una fuente de riqueza nacional que da empleos bien remunerados a miles de trabajadores petroleros y no se justifica que por la ineficacia de los operadores polí­ticos obligados a lograr un entendimiento y un acuerdo que ponga fin a las movilizaciones de la CNTE, se de pie a un desabasto de combustibles y a un quebranto patrimonial para el sostén de la economí­a nacional que resulta ser la explotación del petróleo y sus derivados.

Porque esperar hasta el próximo lunes para reanudar el diálogo en gobernación, según convocatoria de Osorio Chong, si todaví­a podrí­a aprovecharse el fin de semana para avanzar en la solución del conflicto, evitando daños a una gran parte del paí­s, que resultarán de difí­cil o imposible reparación.