En tercero, Carlos Vasconcelos Guevara, dirigente cetemista en el sur de Veracruz.
Y en cuarto, una mujer que serí­a propuesta por Antorcha Campesina.
Entonces, se atravesó el dos veces senador de la república, 3 veces ex diputado federal, dueño de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al servicio del Estado, Joel Ayala Almeida (Sonora, 1946), y la planilla pluri del PRI quedó de la siguiente manera:
En primer lugar, Regina Vázquez Saut, apostando a la cuota de género que tanto proclama Enrique Peña Nieto.
En segundo, Callejitas.
En tercero, y blindada por Joel Ayala Almeida, la lideresa del sindicato de la secretarí­a de Salud, también conocida como la Elba Esther jarocha, Luisa íngela Soto Maldonado, y lo que, incluso, constituyó una sorpresa para todos.
Y el dirigente obrero, Carlos Vasconcelos, fue enviado al cuarto lugar, en donde lleva de suplente al coatepecano Armando López Contreras.
Claro, en la tabla de las hipótesis, los cuatro entrarí­an, y por tanto, digamos, todos ganan y nadie pierde.
Pero el hecho es significar el ajuste de cuentas y el reacomodo de las candidaturas, sujeto a las presiones polí­ticos que suelen darse en tales menesteres.

HÉCTOR YUNES, IGUAL QUE PONCIO PILATOS

Por ejemplo, el senador Joel Ayala Almeida cabildeó con el presidente del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones, para quedarse con tal posición y fue escuchado.
Pero si Joel Ayala es el padrino de Luisa íngela Soto Maldonado, el padrino de Carlos Vasconcelos y Armando López es el senador Pepe Yunes Zorrilla.
Así­, de senador a senador, las cosas quedarí­an, digamos, en un empate técnico.
Y más, mucho más, si el mismo Pepe Yunes organizó en su rancho familiar, San Julián, en Perote, una gran comelitona, donde con Beltrones y Javier Duarte, de testigos de honor, Yunes Zorrilla declinó por decisión propia a favor de Héctor Yunes para la candidatura priista a gobernador.
Y, por tanto, bien merecí­a que la única candidatura pluri que le habí­an otorgado fuera respetada.
Pero el ramalazo vino desde la Ciudad de México, donde Joel Ayala tiene un plus del que carece Pepe Yunes, como es el trono sindical de la Federación de Sindicatos.
Y, por si fuera poco, hay otra circunstancia: la lejana y distante relación entre Pepe y Duarte, que desde luego habrí­a influenciado para el enroque de Carlos Vasconcelos al cuarto lugar de la lista pluri.
Y más porque cuando Pepe declinó por Héctor cayó como un relámpago en el hí­gado, el corazón y las neuronas de Duarte, toda vez que el góber tuitero continúa soñando con un exabrupto (reventar los comicios del 5 de junio, por ejemplo) que le permita anular la elección y cabildear en el Congreso local para nombrar un interino a su modo, traje a la medida, ya sea Érick Lagos Hernández y/o Alberto Silva Ramos.
Por eso fue que Vasconcelos pasó del tercero al cuarto lugar, aun cuando hasta donde se sabe si se sabe bien, Héctor Yunes Landa se mantuvo lejos de tales vientos huracanados en el PRI, sin “tirar su espada en prenda” como candidato y defender la plaza de Pepe Yunes.
Simple y llanamente, Héctor cometió un gran pecado de omisión al dejar hacer y dejar pasar, aunque por medio se llevaran a Pepe entre las patas de los caballos.
Y si así­ fue su actitud ante Yunes Zorrilla, ya podrá el lector vislumbrar la reciedumbre de que está formado.

PEPE YUNES, DEMASIADO GENEROSO

Pepe Yunes ha sido demasiado generoso (rara avis en la polí­tica) con Héctor Yunes.
Nunca, por ejemplo, le pagará con nada (que tampoco espera) haber declinado la candidatura a su favor.
Pero además, con una honestidad fuera de serie, él sí­ “el más decente, el más limpio y el más digno” de todos los polí­ticos de Veracruz, el senador de Perote sigue caminando el territorio jarocho… haciendo campaña por Héctor.
Además, sin pedir viáticos de ninguna naturaleza, pues camina con sus propios recursos, quizá como gran recurso, estrategia e identidad… para mantener intocable su libertad, su independencia y su autonomí­a.
Y, por tanto, en ningún momento se valen tales agachadas de Héctor.
De cualquier manera, la circunstancia sirve para conocer más al candidato priista y saber cada uno a qué atenerse en caso de ocupar la silla embrujada de palacio durante el bienio en puerta.
En contraparte, ya desde ahora cien y las malas de que si se queda con la gubernatura, a Javier Duarte ni tampoco a los duartistas favoritos tocará ni “con el pétalo de una rosa”, de igual manera que la estafa en Nuevo León con Jaime Rodrí­guez quien para nada ha tocado a su antecesor, Rodrigo Medina, y en Sonora, donde el panista Guillermo Padrés se regodea ante la beltronista Claudia Pavlovich.