José Antonio Meade 2018
•Secretario con mayor formación
•Los Pinos... lo esperan
PASAMANOS: La bolita de cristal está mostrando un nuevo nombre para la candidatura presidencial del PRI en el año 2018.
Se trata de José Antonio Meade Kuribreña (27 de febrero, 1969), secretario de Desarrollo Social, luego de ocupar las secretarías de Energía y Hacienda y Crédito Público con Felipe Calderón, y de Relaciones Exteriores en el primer tramo del peñismo y luego de una carrera meteórica que lo llevara por la Comisión Nacional de Seguros y y finanzas, el IPAB, la dirección general del Banrural y la Financiera Rural.
Luis Velázquez
De ser así, y cuajar como todo indica, entonces, en el carril peñista estarán, además, los secretarios de Gobernación, Miguel íngel Osorio Chong, y de Hacienda, Luis Videgaray Caso y, quizá, acaso, el de Educación, Aurelio Nuño Mayer, quien pronunciando discursos ante niños cada semana piensa meterse en la sucesión.
Según los interesados, Osorio Chong, Videgaray y Nuño llevarían, digamos, demasiado camino andado a Meade, pues, incluso, el trío ha formado una especie de muro de Berlín (los muros también caen) alrededor de Enrique Peña, y ningún viento político pasa por ellos.
“Es un muro infranqueable… por ahora” dice un conocedor de los grupos, las tribus y las hordas políticas.
Pero con todo, la secretaría que ocupa está proyectando a Meade a estadios superiores, además de que de todos, incluido el trío, es el político con más trayectoria en la administración pública.
Bastaría recordar que al momento se ha desempeñado en cuatro secretarías, lo que le da una visión de Estadista de primer nivel y un profundo, inalterable conocimiento de la administración pública.
Y, por añadidura, una gran sensibilidad sobre, mínimo, cuatro áreas de la vida pública, a saber, la política energética, la política financiera, la política social y la política diplomática.
Además, hasta donde se sabe si sabe bien, es el político más culto y más informado del peñismo, pues siempre anda y está con un libro enfrente para ocuparse el máximo tiempo posible en la lectura, el análisis y la reflexión. Quizá el único que se le aproximaría en tales menesteres es Luis Videgaray, a quien sus condiscípulos recuerdan sentado en los pasillos del ITAM con un libro leyendo en los recesos, mientras otros compañeros, por ejemplo, se dedicaban a la chorcha, el relajo y el desmadre.
BALAUSTRADAS: Una señal, entre otras, de que Peña Nieto, el gran tlatoani, el único del sistema político priista, distingue a José Antonio Meade se ubica, digamos, en los últimos nombramientos en puestos claves para sus compañeros y amigos que lo han sido siempre.
Por ejemplo, José Antonio González Fernández, el famoso concuño de Carlos Salinas de Gortari, es uno de sus cuatísimos y fue nombrado director general de Petróleos Mexicanos, PEMEX.
Otro de sus amigos, Aristóteles Núñez Sánchez, fue encumbrado director del Servicio de Administración Tributaria.
Otro más, Mike Arriola, fue designado director general del Seguro Social.
Y otro más, Francisco Guzmán Ortiz, coordinador de la Oficina Presidencial, donde antes se ocupaba Aurelio Nuño.
Y toda vez que el inquilino principal de Los Pinos es un político de señales, entonces, el cuarteto de cargos públicos anteriores un significado han de tener en el juego sucesorio según se desprende de la bolita de cristal.
Claro, Osorio Chong, Videgaray y Nuño también han de tener enrocados a su primero y segundo y tercer círculo del poder amical en el gabinete federal legal y ampliado, con señales optimistas.
Pero por ahora se ha de connotar que Meade también estaría jugando en el carril presidencial para la sucesión en el año 2018 que cada vez está más cerca, y más con la elección de 12 gobernadores en el país en unos cuantos días, el 5 de junio.
A partir de entonces, y según el resultado comicial, la bolita de cristal se irá aclarando.
ESCALERAS: La pobreza y la miseria constituyen, con la seguridad, el más grave pendiente de norte a sur y de este a oeste.
Bastaría referir que el CONEVAL, por ejemplo, documentó que tan sólo en Veracruz 6 de cada 10 habitantes están jodidos, atrapados y sin salida en la precariedad.
Pero además, que de los 8 millones de habitantes un millón y medio únicamente aplican dos comidas al día, y mal comidas, debido, entre otras cositas, al desempleo, el subempleo y los salarios de hambre.
Incluso, según CONEVAL, las ciudades más pobres son Veracruz, Xalapa y Banderilla.
Por eso, si de aquí pa”™lante, José Antonio Meade logra revertir la tendencia nacional de la pobreza y los grandes programas sociales aterrizan enseñando a los pobres a pescar más allá de simples paliativos que a nada llevan más que a satisfacer el hambre de cada día, entonces, el secretario de Desarrollo Social crecerá de manera exponencial hacia el 2018.
El país, por ejemplo, está incendiado. Todavía Ayotzinapa y Tlatlaya significan las grandes manchas negras de Osorio Chong.
Las reformas sustanciales del Peñismo fueron aprobadas en el Congreso de la Unión, pero y por desgracia, ninguna ha aterrizado en el bolsillo de la población, con lo que siembra de piedras el camino de Videgaray.
Y la reforma educativa a cargo de Aurelio Nuño se está implantando a costa de una represión magisterial fuera de serie, donde la amenaza y el garrote y la macana constituyen la fuerza del diálogo.
Y si Meade y su equipo dignifican la vida cotidiana de miles y miles de mexicanos, entonces, el llamado “Combate a la pobreza” lo perfilaría como el inminente candidato presidencial.