AGUA DULCE, VERACRUZ.- Han pasado más de diez dí­as desde aquel cuando explotó la planta de Clorados III, en el complejo de Pajaritos. Por la misma cantidad de tiempo, no sólo Daniel Rodrí­guez, sino decenas de obreros se han quedado sin trabajo.

Mientras que 32 personas perdieron la vida y poco más de 160 resultaron con heridas, Antonio Carrillo Rulé, director general de Mexichem, que operaba en alianza con Petróleos Mexicanos (PEMEX) minimizó la situación al añadir que el impacto a su consorcio es “limitado” pues apenas afecta sus ventas.

La planta surtí­a apenas el 10% de la materia prima del consorcio, materia que será traí­da desde Colombia sin problema, sin embargo, a pesar de que a nivel empresarial el grupo no se vio severamente afectado, la empresa declaró “fuerza mayor” para evitar demandas contractuales.

Adicionalmente, Mexichem declaró que los trabajadores fallecidos no pertenecí­an a su empresa, sino a compañí­as outsourcing que operaban en un proceso de “modernización” o “conversión” que, pese a una inversión de más de 200 millones de pesos, no evitó que se presentara una fuga y explotara la planta.

Así­, de la noche a la mañana, más de 200 trabajadores se quedaron sin empleo, como Daniel Rodrí­guez, de Agua Dulce, quien desde hace más de un año laboraba en la planta de Clorados III con la esperanza de tener un trabajo seguro.

A más de semana y media de la tragedia, lo único que sabe el trabajador sobre su lugar de operaciones es que se robaron la herramienta de su taller y que no pueden entrar a la planta: “Sólo entraron algunos a limpiar, a los demás no nos dejaron, iremos hasta que nos hablen”.

Pero esa llamada no ha llegado. Él y cientos de obreros de Mundo Nuevo, Nanchital, Coatzacoalcos, Minatitlán, Las Choapas y Agua Dulce permanecen a la espera del llamado, que tal parece, no llegará pronto. “Seguimos en espera, pero creo que si no se hace nada nos darán de baja”.

Según las declaraciones de los directivos, a Mexichem, empresa con ganancia de miles de millones de dólares, no le afecta el cierre de Clorados III en Pajaritos, pues apenas representa una pérdida leve para su enorme consorcio.

Pero para los trabajadores veracruzanos, en donde llevar 100 ó 150 pesos al dí­a es sinónimo de poder alimentar a su familia y subsistir en una región tóxica, la pérdida de sus empleos sí­ duele.

Ya más de 1,200 trabajadores fueron jubilados o liquidados cuando Mexichem se apoderó de Pajaritos en 2014. Ahora, la situación se repite para los obreros, con prestaciones de miedo, sin seguros, indemnizaciones o estabilidad laboral. “¿Qué pasará con mi esposo, será que pueda volver a trabajar?”, se pregunta la esposa de un trabajador herido e internado en el hospital de zona del IMSS, ante un futuro incierto al igual que desolador.