Pocos son los polí­ticos que creen en la fuerza de un sindicato para ganar los comicios cuando, y por ejemplo, en todos hay tribus y hordas, como el caso del SNTE y la CNTE.
Y, no obstante, resulta extraño y raro que el cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, haya quedado una vez más con “el hacha, la calabaza y la miel” con un par de candidaturas a diputados locales, las dos por la ví­a pluri.
Su hijito, el Callejitas, en el número dos de la lista pluri del PRI.
Y su profesora de kí­nder, Patricia Guadalupe Peña Recio, ex diputada federal que tanto quiere a los migrantes, de igual manera en el número dos de la lista pluri del PVEM.
Además, una de sus hijas, inamovible en la dirección de los RVOE de la secretarí­a de Educación de Veracruz, donde ya lleva un trí­o de secretarios, a saber, Adolfo Mota, Flavino Rí­os y Xóchitl Adela Osorio.
Y, por añadidura, una de sus sobrinas, Natalia, directora de Espacios Educativos de la SEV.
Ni siquiera, vaya, Héctor Yunes Landa, como candidata a gobernador, pudo filtrar a uno solo de los suyos como candidato pluri, a excepción de Alicia González Cerecedo, registrado en el número siete de la lista pluri del PRI.
Y, bueno, Jacob Zayas Garcí­a, quien fuera su secretario particular, en el número diez, consciente y seguro de que solo para hacer bulto, pues está predestinado a quedar fuera de la curul.

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Callejas Arroyo se ha vuelto un caso patológico. Quizá es el lí­der sindical con más antigí¼edad caciquil. 33 años como propietario de la sección 32 del SNTE.
Más de tres décadas en las que ha sido seis veces diputado local y federal, todas pluri, además de coordinador de la bancada priista, como ahora en la LXIII Legislatura.
Además, en cada elección municipal, el PRI le ha regalado veinte candidaturas a presidentes municipales y cien candidaturas a ediles.
Y aun cuando en algunos procesos ha perdido las 20 alcaldí­as, se ha quedado con las cien regidurí­as.
Tal cual, mucho se duda que 33 años después, el profesorado esté contento y satisfecho con Callejas, pues son demasiados años en el trono sindical, haciendo y deshaciendo.
Y si recordamos la marcha de más de 50 mil profesores en Xalapa y de 30 mil en la zona conurbada Veracruz-Boca del Rí­o en contra de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, manifiesta por sí­ sola el hartazgo magisterial en contra de Callejas, incapaz como quedó de controlar a la oposición.
Y sin embargo, el PRI lo sigue pri/vilegiando con más y más cargos públicos.
Sólo falta que Héctor Yunes Landa, de ganar la gubernatura, lo nombre secretario de Educación, con lo que se cumplirí­a en Veracruz el viejo sueño de Carlos Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo que con ganas quedaron de despachar en la secretarí­a de Educación Pública.

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Ningún otro cacique sindical con la fuerza partidista de Callejas ante el gobernador en turno.
Ni siquiera, Pascual Lagunes Ochoa, de TAMSA, hace más de 20 años en el trono, ha alcanzado una curul para él o los suyos.
Una vez, y una golondrina no siempre anuncia el verano, Enrique Levet Gorozpe, dueño del FESAPAUV, el sindicato que aglutina al personal académico de la Universidad Veracruzana, fue diputado local, y aun cuando en el último proceso la buscó, la fuerza le fue insuficiente.
Ningún lí­der petrolero en un Veracruz con feudos en el norte y el sur, logró una curul pluri para ellos y/o su primer cí­rculo del poder.
Hay varios dirigentes de burócratas con muchos años en el trono sindical (los Ditz Herlindo y las Acelas Serví­n, por ejemplo), y también sin control polí­tico y partidista como Callejas Arroyo.
Muchas cositas, pues, le deberá la elite gobernante, y/o por el contrario, muchas cosas sabrá él de las cúpulas, que por eso las tiene doblegadas, a sus pies.

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Acaso le faltó tiempo, quizá ambición polí­tica como a Carlos Jongitud Barrios quien de lí­der del SNTE pasara a gobernador de San Luis Potosí­, y después a senador de la república, pero con todo, Callejas Arroyo prefirió, digamos, concentrarse en el equipo sindical de donde nunca ha sido lanzado ni será, y sin duda del trono imperial y faraónico partirá derechito al panteón, con unos 2, 3 dí­as de duelo estatal que declare el gobernador en turno.
Nadie dudarí­a que fuera inmortal, pues ni los profes de la CNTE lo derribaron ni tampoco el tuit de Rosa Margarita Borunda de Herrera que lo dio por muerto.
Por lo pronto, con Manuel Cavazos Lerma y Érick Lagos cabildea que su hijo Callejitas sea nombrado desde ahora el coordinador de la bancada priista en la LXIV Legislatura.
Tal cual, si una vez le prestó la sección 32 del SNTE ahora le heredarí­a el escaño y el cargo parlamentario.
Nunca un padre ha podido expresar su amor y cariño por su hijo, además, con la bendición de la elite priista.