Santísima Trinidad azul
•PAN, sin figuras citables
•Los Kennedy de Boca del Río
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Gane o pierda el candidato aliancista del PAN y PRD a la gubernatura, Miguel íngel Yunes Linares, se daría en el partido azul una crisis de figuras notables y citables para la nominación en el año 2018.
Por ejemplo, las figuras fuertes ya renunciaron, entre ellas, Gerardo Buganza Salmerón, Juan Bueno Torio y Alejandro Vázquez Cuevas.
Luis Velázquez
Entonces, quizá estaría en primera fila el diputado local, Julen Rementería del Puerto, con suficiente espacio y tiempo para que desde ahora pudiera crecer en la percepción ciudadana de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, pues de hecho solo es conocido en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. Y en Xalapa, la sede del Poder Legislativo.
En el mismo carril podría, digamos, anotarse al senador Fernando Yunes Márquez, y a su hermano, el presidente municipal de Boca del Río, por segunda ocasión, Miguel íngel, ambos, por cierto, ex diputados locales.
El ex diputado federal, Víctor Martínez Serralde, también podría desde ahora multiplicar su proselitismo, pues una elección interna nunca se gana en la víspera, sino desde mucho antes.
De allí pa”™lante, ninguna carta fuerte se vislumbra.
Oh paradoja, la posibilidad del cuarteto anterior se reduciría a la mitad, en caso, digamos, de que Yunes Linares quedara con la silla embrujada del palacio.
Y es que si así fuera, entonces, y en caso de que papá Yunes impusiera a uno de sus hijos como candidato a la gubernatura en el año 2018, habría en automático un repudio partidista en el PAN.
Y enseguida se vería mal que el padre, “en la plenitud del pinche poder”, gobernador de 2 años, cabildeara por uno de sus hijos para intentar heredarle el cargo público.
Yunes Linares sucesor de Javier Duarte quedaría coartado por un mero principio democrático para seguir abriendo camino a sus hijos en Veracruz.
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Claro, si el Yunes azul pierde la silla, entonces, un día después de que el tribunal electoral notifique al Yunes rojo su victoria, podrá diseñar una nueva estrategia para encaminar a uno de sus hijos a la candidatura en el 2018.
Es más, según el politólogo Carlos Ronzón Verónica, mejor papel estaría desarrollando el senador Fernando Yunes Márquez como candidato aliancista del PAN y PRD a la gubernatura, pues se trata de un rostro joven, con mejor carácter, reposado en el temperamento, sin mancha ni lodo en su biografía política y con un buen karma en la población.
Además, Fernando Yunes fue el artífice del pacto de la Vía Muerte, cuando su padre y Javier Duarte tomaron café en la avenida del mismo nombre, en Boca del Río, donde Jorge Carvallo Delfín, entonces diputado local, tenía un departamento que sirvió de búnker para la negociación entre las partes.
Pero, ni hablar, el Yunes azul se impuso, dice Ronzón, por su tendencia genética a figurar en la pasarela, aunque el mundo se descarrile.
Por ahora, no obstante, los Yunes son punteros entre siete candidatos a la gubernatura, y si se considera que el CEN del PRI da como perdida la elección en Tlaxcala (para el PRD), Puebla (para el PAN), Aguascalientes (para otro partido de oposición todavía indefinible), también hay la versión de que en Veracruz el tricolor podría ser lanzado de palacio.
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Si este año el PAN y PRD cuajaron su alianza electoral y el PAN quedó con la candidatura, entonces, ninguna duda existe que la alianza se repetiría en el año 2018, tan cerca como está.
Y de ser así, entonces correspondería al PRD la candidatura.
Solo que el PRD está hecho añicos. Desprestigiado por la voracidad sin límites de las hordas y las tribus atrás del poder político. Y por añadidura, sin cuadros fuertes.
Y es que si el Yunes azul quedó con la nominación este año se debe, entre otras cositas, al descarrilamiento del PRD por todos lados que ni siquiera, vaya, le alcanzó para un candidato externo con fuerza social.
De ahí que el PAN con mejores fortalezas una vez más quedaría con la candidatura de la alianza con el PRD.
Y desde Julen y Serralde hasta el par de Yunes Márquez con grandes posibilidades, pues ni modo que el PRD de aquí a la primavera del año 2018 en que habrá candidato a la gubernatura pudiera improvisar, ni con un milagro, a un político con arrastre popular.
El PRD está desfondado y más con el MORENA que en todo el país le ha quitado peso social y fuerza política.
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Yunes Linares es una figura, Miguel íngel, su hijo, otra, y Fernando, otra.
Y, por tanto, aun tratándose de la Santísima Trinidad panista, cada parte tiene su espacio y tiempo, pues ni modo que el padre, por ejemplo, se imponga a los hijos de tal modo que por completo los obnubile en la carrera partidista y política.
En el terreno de los hechos el padre, cierto, con un elevado grado de proteccionismo, los ha proyectado hasta donde más lejos ha podido.
Pero al mismo tiempo, y ante la coyuntura histórica en Veracruz, que va del 2016 al 2018, incluida la carrera presidencial, sería la hora de que cada parte, y sin romper el cordón umbilical, se abriera espacio, porque Yunes Linares gobernador, ataría a sus hijos, al menos, en el concierto local.
Si el padre gana 2016, perdería en automático 2018 para sus hijos.
Pero al mismo tiempo, los hijos seguirían abriéndose espacio en el altiplano.
Por eso alguna vez los llamaron los Kennedy de Boca del Río.