Y mientras tanto, Héctor ni las manos metí­a quizá, acaso, para evitar conflictos.
El caso, no obstante, es el siguiente: cuando el jefe del Poder Ejecutivo, digamos, el gobernador en turno, pierde el control del Congreso, y/o en todo caso, los diputados locales se deben a otro jefe, entonces, el góber está jodido.
Será jefe del Poder Ejecutivo, pero ningún momento jefe del Poder Legislativo que de una u otra forma lo puede doblegar, desde, y por ejemplo, la aprobación del presupuesto anual hasta modificaciones a la ley y nombramientos, alianzas coyunturales.
Y es que si se revisa la lista de los candidatos unis al Congreso, y la lista en ciernes de los abanderados a la curul pluri, todos tienen el sello de Duarte. Ninguno de Héctor Yunes.
Y aun cuando, digamos, Héctor tumbó a Duarte con Gabriel Deantes Ramos por el distrito de Zongolica y a Vicente Bení­tez por San Andrés Tuxtla, como se afirma, de cualquier manera, y hacia el final del dí­a, quedó otro duartista y/o en su lugar, un candidato ajeno a Héctor.
Es más, según las versiones, el mismo Yunes Landa lo ha expresado de la siguiente manera:
“Hay muchas presiones”.
Y si un candidato priista a gobernador manifiesta el estado de cosas con tal frase bí­blica, solo demuestra sus lí­mites, y por tanto, que está cooptado.

BALAUSTRADAS: Se dirá que algún candidato por ahí­ debe su nominación a Héctor Yunes.
Quizá, sin duda. Pero al mismo tiempo, si se revisa la biografí­a polí­tica de tal candidato, en ningún momento es quí­micamente puro gente de Yunes Landa.
Acaso, los tenga predestinados para una secretarí­a en el gabinete legal, pero, y por ejemplo, los amigos, cuadernos de doble raya, de Héctor, son tantos que tales cargos serán insuficientes.
Y más cuando ya desde ahora está repartiendo los puestos, como por ejemplo, según dijo, la secretarí­a General de Gobierno para el biólogo Alfredo Tress y la secretarí­a de Finanzas y Planeación para el diputado local, Ricardo Ahued Bardahuil, y quien según la fama pública trabaja en la renegociación de la deuda pública, “desorden administrativo, caos financiero y corrupción polí­tica” como le ha denominado el senador Pepe Yunes Zorrilla.
Algunos dirán, por ejemplo, que Ví­ctor Rodrí­guez, el lí­der del Movimiento Territorial, es candidato por Coatzacoalcos elegido por Héctor, pero al mismo tiempo, Rodrí­guez debe todo, absolutamente todo, hasta su riqueza calculada en 300 millones de pesos, a Marcelo Montiel Montiel, dos veces presidente municipal, diputado local, secretario de Desarrollo Social y delegado federal de la SEDESOL, y quien una semana anterior al destape de Héctor, estaba a morir con Pepe Yunes.
Y/o en todo caso que Amanda Gasperí­n Bulbarela, alcaldesa de Rodrí­guez Clara con permiso, es candidata a diputada por el distrito de Santiago Tuxtla, por dedazo de Héctor.
Y no obstante, su nominación se debe a Juan Carlos Molina, el lí­der de la CNC jarocha, y compadre y socio de Julión Alvarez, y por quien el CDE del PAN lo quiso enjuiciar.
Ningún hectorizado quí­micamente puro es candidato a diputado local.
Y si Héctor piensa que con Juan Nicolás Callejas Roldán como candidato pluri y posible coordinador de la bancada priista como lo destapara Alberto Silva Ramos cuando fuera presidente del CDE del PRI estarí­a amarrado, cuidado, porque Callejas Arroyo solo es leal, igual que Joseph Fouché, a sí­ mismo.
Es más: en Xalapa urbano, el candidato a diputado local es Adolfo Toss Capistrán, ex director del DIF y exregidor, pero cuya vida pública depende de Ricardo Ahued.
Y aun cuando Ahued es gente de Héctor, en polí­tica, está claro, cada polí­tico tiene su pesebre, su tribu, su horda y sus intereses.
Jesús tuvo un Judas. Dios, un Luzbel. Pancho Villa, un Alvaro Obregón. Emiliano Zapata, un Jesús Guajardo. Francisco I. Madero, un Victoriano Huerta. Luis Echeverrí­a, un Carlos Armando Biebrich. Manuel Camacho Solí­s, un Carlos Salinas. Etecé. Etecé.

ESCALERAS: Se trata de una pifia más del Yunes rojo, como otras más son que está ofreciendo “las perlas de la Virgen”, sin ton ni son, como uniformes y útiles para los niños pobres, casa para las familias jodidas y aplastar a la delincuencia en un dos por tres, etcétera.
Gobernador sin el control del Congreso se devalúa.
Peor tantito si se considera que al momento, y antes del 5 de junio, Javier Duarte ha descarrilado por completo a Héctor, acotándolo por todos lados y desdibujando su fuerza polí­tica y social, por más amiguito que sea de Manlio Fabio Beltrones, Alfredo del Mazo González y Carlos Camacho Quiroz, y de Enrique Peña Nieto según alardea él mismo.