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Crónicas
28 febrero, 2016

Policí­as de Tierra Blanca levantaron a dos más

"A mi hijo lo mataron de dos tiros de gracia. Una bala le entró por el ojo y la otra por la nuca. Apenas y pude reconocerlo"
•"Tengo un testigo; pero en la Agencia del Ministerio Público no dejan que declare" asegura madre adolorida, Clara González
•"A mi hija la mató la leucemia y a mi hijo los malosos"; en tanto, la Fiscalí­a ha congelado la investigación ministerial
•"Al amigo de mi hijo lo mataron a golpes. Y le desbarataron el ojo. Esa gente no tiene piedad"


TIERRA BLANCA, Ver.- “A mi hijo lo mataron de dos tiros de gracia, una bala le entró por el ojo y otra por la nuca. Apenas pude reconocerlo. Ya casi no era humano. Su cuerpo estaba esponjado. Lo único que pido es justicia. Dos de los policí­as que levantaron a mi hijo y a su amigo, son los mismos del caso Playa Vicente. Tengo un testigo. Pero en el Ministerio Público de Tierra Blanca no dejan que declarare”.

Miguel íngel León Carmona

  • Egon Abad López González y Rafael Thiel Vera

  • Egon Abad López González y Rafael Thiel Vera, desaparecidos y asesinados en diciembre de 2015

La señora, Clarita González Ramí­rez, a dos meses del asesinato de su hijo, Egon Abad López González, de 23 años y del joven Rafael Thiel Vera, de 18 años, ha exigido un interrogatorio a los policí­as René Pelayo Vidal, alias “Pelayo” y Edgar Omar Ruiz Tecalco, alias “La perrita”, a quienes un testigo los identifica, pues estuvo en el levantón del pasado 12 de diciembre de 2015 y libró la muerte.

Los ex elementos estatales, de la delegación regional Tierra Blanca, se encuentran detenidos en el penal Morelos, en Cosamalopan, por el delito de desaparición forzada, vinculados con el caso de los cinco jóvenes de Playa Vicente y siguen a la espera de una sentencia.

Desde que la madre firmó el acta de defunción de su hijo, en el Servicio Médico Forense de Boca del Rí­o, las autoridades han congelado las averiguaciones, asegura. En su necesidad de justicia, decidió enviar una carta dirigida al Presidente de la República, ví­a correo electrónico, con copia a Miguel íngel Osorio Chong, Secretario de Gobernación y Roberto Campa Ciprián, Subsecretario de Derechos Humanos de la Secretarí­a de Gobernación.

“Señor Enrique Peña Nieto, nos robaron la vida. Ayúdenos. No queremos que nuestro dolor quede impune, solo exigimos que los responsables paguen, sean criminales o autoridades. Que pare todo esto. Ya basta”, firma en la tercera cuartilla, la familia López González, con fecha 09 de febrero de 2016. La respuesta, no ha llegado, luego de 19 dí­as de haberla emitido.

“A MI HIJA LA MATÓ LA LEUCEMIA; A MI HIJO LOS MALOSOS”

En tres hojas tamaño carta, en un texto sin justificar, Clarita González, oriunda de Tezonapa, Veracruz, se dirige al máximo mandatario de México. Ruega que sus gritos sean leí­dos. Apenas se reponí­a de la pérdida de su hija, a causa de leucemia, cuando presuntos policí­as estatales, recibieron la orden por medio de un radio transmisor de levantar a su hijo y a su mejor amigo, Rafael Thiel Vera. “Tráiganse a los dos catrines y al mugroso déjenlo”, sentenció el agresor.

El finado Egon Abad López González, fue dueño del negocio Moto partes Tornado, ubicado a un costado de la Glorieta Caritas Sonrientes, en la Ciudad de Tierra Blanca, Veracruz, a unos 300 metros de la Delegación Regional de la Policí­a Estatal.

Allí­ fue el último sitio al que acudieron los dos jóvenes, antes de ser raptados y posteriormente hallados sin vida en el Rancho El Tamarindo de Conrado, el municipio de Soledad de Doblado, Veracruz. Según se estipula en el acta de defunción A 03303370.

“Aquella vez Egon iba a hacer corte de caja, pues era final de quincena. Mi hijo viajaba cada mes a Tierra Blanca para hacer cuentas con sus empleados. Incluso ese dí­a iban a asistir a un concierto de El Komander, cantante de música regional mexicana, pero ya no les dio tiempo de nada”, comparte la madre en la entrevista y lo detalla en su carta a Enrique Peña Nieto.

De acuerdo con la versión del empleado, el par de amigos, recién bajaban de la camioneta Ford Lobo, color blanco, doble cabina, modelo FT150; Egon López González saludaba a sus empleados, cuando tres sujetos vestidos y armados como policí­as estatales entraron al negocio familiar.

Los hombres de uniforme azul apuntaron a la cien de los tres presentes, cerraron la cortina de aluminio del lugar y sintonizaron sus radios transmisores. La orden fue dictada desde afuera. “Tráiganse a los dos catrines y al mugroso déjenlo” relata el sobreviviente desde el anonimato, a quien luego de agredirlo fí­sicamente lo dejaron tirado en el interior del inmueble.

El ahora, testigo, corrió a reportar lo sucedido a la familia de Egon González, quienes buscaron por todos lados, sin obtener resultados favorables. “Ahí­ fue cuando tomamos la decisión de esperar, creí­mos que se trataba de un secuestro, que pedirí­an dinero. Además, para qué í­bamos a hacer una denuncia, si nuestro empleado fue claro, los agresores eran los mismos policí­as”.

72 HORAS DESPUÉS LOS HAYAN MUERTOS

El dí­a 15 de enero, tres dí­as después de la desaparición de los dos jóvenes, la señora Clarita González recibió la llamada trágica. Eran las 13:00 horas aproximadamente. “Señora, encontramos a dos cuerpos. Necesitamos que venga a reconocerlos al SEMEFO de Boca del Rí­o.

De acuerdo con los peritos, el hallazgo lo relacionaron con el caso de los dos jóvenes, pues en la bolsa derecha del cuerpo inerte de Egon estaba su licencia de manejo, además los cuerpos se asemejaban con los caracterí­sticas dictadas en la denuncia 1289/2015-II rendida en el ministerio público de Tierra Blanca.

“Asistimos las dos familias al SEMEFO. Me dijeron que a mi hijo lo mataron desde el mismo sábado 12 de diciembre, porque ya tení­a un fuerte grado de descomposición. Cuando lo pasamos a reconocer, ya no era un humano. Su cuerpo estaba esponjado. A su compañero lo mataron a golpes, le desbarataron su ojo. Esa gente no tiene piedad”, declara la madre inconsolable.

“No podí­amos reconocerlo en el estado que estaba, entonces le abrimos la boca, y así­ lo comprobamos. Desde chico le decí­amos que tení­a dientes de serrucho. Sus dientes eran afilados y estaban separados de una manera muy peculiar”, comparte la madre.

Con base en el acta de defunción de Egón López González, con número A 03303370, “heridas por proyectil de arma de fuego penetrantes de cráneo que produjo fracturas y legaciones del encéfalo”.

“SABEMOS QUIENES SE LLEVARON A LOS MUCHACHOS, SON LOS MISMOS”

“El 16 de enero de 2016 vi una publicación en El Piñero de la Cuenca, ahí­ estaba la foto de cuatro policí­as detenidos por la desaparición de los cinco muchachos de Playa Vicente. Nuestro testigo inmediatamente identificó a dos policí­as. Se tratan de los mimos”.

Con base en el relato del testigo, dos de los personas que sustrajeron a los dos jóvenes del inmueble son los ex policí­as estatales detenidos por la desaparición forzada de los jóvenes de Playa Vicente. Se tratan de René Pelayo Vidal, alias “Pelayo”, y Édgar Omar Ruiz Tecalco, alias “La perrita”.

La madre, Clarita González, declara que ha solicitado en el Ministerio Público de Tierra Blanca la declaración del testigo, así­ como en Soledad de Doblado, donde aparecieron los cuerpos y en Veracruz donde les fueron entregados. No obstante, a 41 dí­as del doble asesinato, la investigación sigue sin requerir la versión del empleado que presenció los hechos.

“En Veracruz nos dicen que a ellos sólo les corresponde lo del robo de la camioneta, misma que no ha aparecido. En Soledad de Doblado me mandan a Veracruz. Y en Tierra Blanca no me hacen caso. Me traen en ese triángulo. Si nos hubieran hecho caso muchas vidas se hubieran salvado; pero a nadie le importa” comparte la madre con gestos de impotencia.

Clarita González, antes de terminar la entrevista, suelta las preguntas que la fastidian todas las noches, desde el pasado 15 de diciembre de 2015, mismas que comparte al presidente de la República. Incógnitas que no le devolverán su funesta pérdida, reconoce; pero que largaran sus fantasmas de la madrugada:

¿Por qué lo hicieron? ¿Por qué les quitaron la vida? ¿Quién dio la orden? ¿Quiénes andan libres? Aquí­ ya hay un delito que perseguir, pues ya mataron a mi hijo. Ahora que se haga justicia. Que pare todo esto. Ya basta”. Firma la familia López González, con remitente a Enrique Peña Nieto.



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