Nos engañaron: padres de desaparecidos
•Nada investigó la PGR. Dejó todo a Fiscal
Manu Ureste/Animal Político
A las 18.40 horas de ayer lunes 8 de febrero, la señora Rocío Arróniz sale con el gesto adusto y el ceño fruncido de las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), en la Ciudad de México.
“En la PGR nos han dicho que ellos no están investigando nada”, lamenta Arróniz, quien es tía de José Alfredo González Díaz; uno de los cinco jóvenes oriundos del municipio veracruzano de Playa Vicente que, según la investigación oficial, desaparecieron en Tierra Blanca el pasado 11 de enero tras una revisión de la Policía Estatal.
“Sólo nos están dando largas. Así nos han tenido todo este tiempo, sin saber nada”, añade la señora, que viajó 10 horas en autobús desde Playa Vicente con otras 30 personas, entre ellas José de la O y Bernardo Benítez, padres de dos de los jóvenes, para protestar la mañana de ayer lunes frente a la Secretaría de Gobernación.
Arróniz busca con la mirada a los reporteros que están en la puerta de la SEIDO. Quiere denunciar públicamente que es inaceptable que aún no haya avances en la investigación a 28 días del caso. Que están hartos de reuniones estériles con funcionarios. Y que ya están desgastados por tantos días de no saber nada de sus muchachos.
Pero antes de hablar con la prensa, una compañera sale a su paso y la jala con delicadeza del brazo del que le cuelga un escapulario de madera.
Rocío la observa, se lleva al pecho la cartulina amarilla en la que va pegada la fotografía de los jóvenes junto al emblema En Playa Vicente Nos Faltan 5. Me dueles Veracruz, y pregunta qué sucede.
Como respuesta, otras dos compañeras la rodean y la abrazan. Y como pueden, le explican que hace 20 minutos, mientras las autoridades de la PGR le aseguraban que no habían investigado nada de su caso, la Secretaría de Gobernación publicó un comunicado que ya retomaron múltiples medios en internet, en el que informó que en un rancho de Tlalixcoyan, Veracruz, hallaron restos óseos que coinciden con el ADN de dos de los cinco jóvenes.
Ante la noticia, Rocío cierra los ojos y se aferra a la fotografía de los muchachos.
Ahora entiende por qué todos guardaron silencio a su salida de la SEIDO.