La PGR tiene para el caso que armarán contra Navarrete Serna varias denuncias anónimas y otras respaldadas por ciudadanos de esa región que han tenido que huir de Veracruz ante el miedo a las amenazas que éste infundió para abrirse paso en el mundo criminal y, lo más importante, arrebatar la plaza los enemigos jurados del Cártel de Jalisco: los Zetas.

"Una persona que dijo llamarse Francisco Navarrete Serna me llamó a mi teléfono a mediados de marzo de 2014, y me dijo que era el mero mero, el jefe en Tierra Blanca y que allí­ no se hací­a nada sin su permiso, querí­a que quitara una denuncia por el allanamiento en una propiedad, y me pedí­a 500 mil dólares por no hacer nada contra mi familia", relató a Blog Expediente una persona que se dijo desplazada de la violencia en Tierra Blanca.

La ví­ctima, que ahora está fuera del paí­s, dijo que a mediados del 2014 sujetos armados, vestidos de civil, la visitaron en su rancho, en uno de los tantos ejidos de Tierra Blanca. Allí­ ingresaron por la fuerza, tumbando puertas, y arremetiendo con armas largas. En varias camionetas de civil. Iban custodiados por elementos de la Secretarí­a de Seguridad Pública del gobierno de Veracruz.

Dentro de la propiedad, saquearon la casa, se llevaron teléfonos celulares, dinero, joyas, y cuantiosos objetos de valor. Las únicas personas presentes durante el atraco, un adulto mayor y un menor de edad a quienes golpearon y sometieron con fusiles.

Relató que cuando fue a poner la denuncia a la misma Agencia del Ministerio Público en donde hoy los padres de los cinco duermen a la espera de noticias, un elemento de la "Ministerial se me acercó. Decí­a que me conocí­a, que sabí­a quién era, que sabí­a todo sobre mí­. Trató de intimidarme pero no me dejé".

La denuncia la tomó Marco Flavio Zavala, y "cuando salimos de poner la denuncia, me llamaron a mi teléfono celular para amenazarme y pedirme que la quitara, sino me iba arrepentir. La persona se identificó como Francisco Navarrete Serna y dijo que él era la ley. El matazetas de Tierra Blanca y que estaba haciendo una limpia. Que mejor me calmara y dejara de poner denuncias.

LIGAS POLíTICAS

De comprobarse las acusaciones contra Navarrete Serna, sus nexos irí­an más allá de un grupo delincuencia y la Policí­a, sino también con polí­ticos de la región, tal es el caso de su ví­nculo con Estras Obed Garcí­a Dí­az, su cuñado.

El ex aspirante a la alcaldí­a de Tierra Blanca en 2013 contrajo nupcias tiempo atrás con una hermana de Navarrete Serna.
En julio de 2013, un dí­a después de la jornada electoral, sujetos armados con palos, bidones de gasolina, palos, machetes y armas de fuego, encapuchados, irrumpieron en las instalaciones de la junta local del Instituto Electoral Veracruzano (IEV) para presionar a los consejeros ante la derrota del priista Garcí­a Dí­az, en el sistema de conteo se daba como ganador al panista Saúl Lara González.

Los panistas, según diversos testimonios levantados por medios de comunicación, pidieron ayuda al ejército y a la SSP. Los llamados no fueron contestados. Entre los rijosos iba Navarrete Serna para defender los intereses de su cuñado.

Durante varios dí­as, los simpatizantes del PRI, armados, sin que los molestaran, tuvieron bajo custodia la instalaciones del IEV; sus conteos finales se tuvieron que hacer en la capital del estado, en donde finalmente se confirmó la derrota de Estras Obed Garcí­a Dí­az.

Tiempo después de esas elecciones, medios de comunicación de la Cuenca del Papaloapan, dieron a conocer la detención de Julio César Casanova Saldaña, alias “El Popeye”, de 23 años.

Fue asegurado por la Secretarí­a de la Defensa Nacional (SEDENA) y la SSP cuando rondaba, abordo de un taxi, la residencia de Navarrete Serna, presuntamente para darle muerte a él y a otros elementos de la policí­a local por el apoyo al ex candidato del PRI.

Navarrete Serna estuvo tan metido en esa campaña, que golpeó al periodista Manuel Regueira Rodrí­guez, quien en su columna Sobre las banquetas, del diario la Crónica, hizo comentarios crí­ticos a las propuestas de su cuñado. Sin más, el ahora detenido le fue buscar y lo pescó por las solapas para golpearlo y amenazarlo delante de elementos de la Policí­a local.

Los uniformados le detuvieron y evitaron una mayor agresión al periodista, sin embargo, minutos después quedó en libertad.

Otra persona con la que convivió Navarrete Serna en ese proceso electoral fue Érick Lagos Hernández, quien en ese entonces era dirigente estatal del PRI; constantemente Lagos Hernández estuvo presente en Tierra Blanca para apoyar a sus aspirantes, en reuniones a las que también asistí­a Navarrete Serna y la ahora diputada Marcela Aguilera, cuyo cónyuge, Arquí­medes Mora Agustí­n, murió baleado en octubre de 2015 por sicarios que usaron armas calibre .9mml, las oficiales de los ajustes de cuentas en la mafia.

CONDE, OTRA VEZ

Otra ví­ctima, cuyo testimonio lo dio a la PGR por medio de una denuncia en su portal de internet (clave ROSA/a4gY1Nva6R) relató que también fue ví­ctima de Navarrete Serna y uno de sus aliados: Marco Conde Hernández, quien acaba de llegar a ese municipio con ascenso de delegado en Tierra Blanca.

Conde Hernández es el delegado de la SSP que ahora está bajo proceso de investigación, internado en el penal de Cosamaloapan, con pocas posibilidades de recuperar su libertad, ante los señalamientos de sus subalternos, de que era parte de una red operativa que cuidaba en Tierra Blanca los intereses para el Cártel de Jalisco.

Marcos Conde, según esa denuncia, habrí­a colaborado con sicarios que cometí­an ejecuciones, levantones y entregas de droga en la región por órdenes de esa organización delincuencial.

Marcos Conde, según la queja, era visto abordo de su patrulla brindando seguridad a los convoyes de pistoleros para cubrirles la retirada u obstruir la labor de las fuerzas federales, como ya lo habí­an realizado elementos bajo su mando, durante su estancia como comandante de la extinta Policí­a Intermunicipal Veracruz-Boca del Rí­o, a finales de 2010, corporación desintegrada por el duartismo en 2011 por estar infiltrada por la delincuencia.

En esa denuncia se remarcó que él invariablemente era visto en vehí­culos que los maleantes arrebataban a sus ví­ctimas. Él las tripulaba sin ningún recato por el centro de Tierra Blanca y también las parqueaba en la comandancia. Como trofeos.

Estas denuncias se suman a las más de 30 querellas por personas desaparecidas en la ciudad de Cardel, entre finales del 2012 y hasta inicios del 2014, cuando Marco Conde fungió como comandante de la SSP en el cuartel de la cabecera de La Antigua, y en las cuales los padres esos chicos señalan que elementos de la SSP se llevaron a sus chicos.

Al arribo de Conde a Tierra Blanca, a diferencia de Cardel, no incrementaron las desapariciones, el nivel de violencia se comportó relativamente normal, sin embargo, lo que se disparó fue la cacerí­a contra bandas de ladrones de hidrocarburos.
Entre las estadí­sticas de detenciones de Conde Hernández en su estancia en Tierra Blanca, es notoria la lucha contra los chupaductos, históricamente vinculados al cártel de Los Zetas.

De hecho, se dieron las primeras ejecuciones a personal de Petróleos Mexicanos, que siempre ha estado bajo sospecha sobre las fugas de información de esa dependencia para los ladrones de gasolina sobre la hora, el lugar y la técnica para pinchar un ducto.

Una de las más significativas, la de la pareja abandonada a un costado de la carretera que conduce a Cuitláhuac, en septiembre de 2014, quienes fueron identificados como Alejando Salamanca Bravo y Linda Patricia Valencia Martí­nez. Los dos exempleados de PEMEX. En el caso del hombre, encargado del área de Seguridad, implicado directamente en la vigilancia a ductos.

En esa ejecución, los sicarios dejaron un mensaje con varios nombres a quienes sentenciaban a muerte.

En esta tesitura, la trama de los cinco de Tierra Blanca no deja pasar la de los estudiantes asesinados en Villas de Salvacar, Juárez, en enero de 2010. Eran 16 estudiantes que fueron masacrados en una fiesta porque los narcos los confundieron con “doblados”, es decir, soldados y sicarios de otro cártel rival.

Los policí­as entregaron a los jóvenes a la delincuencia, primero, al verlos sospechosos en el coche que se trasladaban, de modelo reciente, y por ir más cuatro hombres en un vehí­culo, lo que los criminalizó más a la vista de las autoridades, que determinaron entregarlos a sus jefes en el cártel, se pierde la pista de su paradero, y se denota el grado de colusión con las autoridades judiciales.

En su denuncia ante la PGR, la ciudadana que pidió anonimato para Blog Expediente, mencionó que después de puso su denuncia, le quedó claro que las autoridades ministeriales estaban coludidas, pues del MP fue de donde salieron sus números de teléfonos personales para que llegaran a manos de la delincuencia, y molestarla constantemente con amenazas de muerte.

“Fueron muchas veces en que Navarro Serna me pidió los 500 mil dólares para dejarme en paz, es más, hay muchas personas de la familia que han sido asesinadas en Tierra Blanca porque nos pasaban información contra esta gente mala, los han ido quitando porque sienten el poder y están protegidos”, relató quien además afirmó que este asunto llegará la más altas esferas del poder para que se castigue a los responsables.

Navarrete Serna, uno de sus hijos, y otro sujeto, quedaron detenidos por la Gendarmerí­a Nacional el pasado domingo, y mientras el gobierno de Veracruz dio una versión oficial, en las redes sociales se ha desatado la polémica, de docenas de usuarios de Facebook que han salido a la defensa del ahora preso, en algunos comentarios se le identifica como el gran responsable de que Tierra Blanca esté en paz, pues él fue quien apoyó a las autoridades federales, concretamente a la Marina, para ejecutar acciones contra el cártel de los Zetas. Las muestras de apoyo a su causa no se han hecho esperar, pues lo ubican como un chivo expiatorio del duartismo.