¡Honor y gloria, pues, al general de West Point, Arturo Bermúdez Zurita, por la imposición de la legalidad a partir del tolete, la macana, los gases lacrimógenos, los toques eléctricos, los perros amaestrados y las patrullas policiacas!

Duarte y Bermúdez unidos en un sólo haz de voluntades de cara a la historia.

Estado fascista. Gobernador fascista. Secretario de Seguridad Pública fascista, le llaman los veintidós maestros que suscribieron el desplegado, encabezados por su secretario general, Luis A. Polo Villalobos.

Todos, de Veracruz, desde Poza hasta Cosamaloapan, pasando por Altotonga y Orizaba.

En el apartado dos del desplegado demandaron:

“La no intromisión de la fuerza pública en este proceso, pues con sus perros, caballos y elementos con pasamontañas intimidan a los docentes, afectándoles aní­mica y sicológicamente su desempeño en la evaluación”.

¡Ah, las pasamontañas, las mismitas de los enmascarados que madrearon a los estudiantes de la Universidad Veracruzana aquella madrugada en Xalapa y los mismitos que sitiaron la USBI Xalapa el dí­a del último informe del rector Raúl Arias Lovillo.

Los enmascarados de Érick Lagos Hernández, entonces, secretario General de Gobierno a quien, dada su ignorancia jurí­dica y desapego a la ley, las neuronas sólo le alcanzan para reprimir y corromper, basado en el principio fidelista de que “en polí­tica lo que se compra con dinero… sale barato”.

Por eso mismo, el senador Pepe Yunes Zorrilla ha dicho que si sale nominado candidato a gobernador y gana en las urnas, el primero en caer en la prisión será Érick Lagos, en tanto el destino de Javier Duarte corresponderí­a al presidente Enrique Peña Nieto.

EL DíA DE LOS CUCHILLOS LARGOS

ROMPEOLAS: El mismo viernes 27 de noviembre, otro desplegado fue publicado en La Jornada Veracruz. Lo firma el Comité Ejecutivo Sindical de la Delegación D-1-78 y D-1-37 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE sección 56, la de Manuel Arellano, el otro caciquito magisterial igual que Juan Nicolás Callejas Arroyo.

Ellos cuentan la dramática pesadilla vivida el domingo 22 de noviembre en Boca del Rí­o:

En el camino a la entrada del recinto oficial para la evaluación magisterial “encontramos que el gobierno nos recibí­a en un ambiente hostil, con un gran número de marinos, personal de seguridad pública, policí­a estatal y demás uniformados.

Seguimos caminando y nos dimos cuenta de que un grupo de civiles salí­a de entre los soldados y la policí­a montada que resguardaban la entrada del local y se fueron sobre los docentes que estaban frente a la entrada y en ese momento comenzó el enfrentamiento, donde los docentes comenzaron a ser agredidos fí­sica y verbalmente, lo que nos hizo quedarnos alejados de ahí­ para salvaguardar nuestra integridad fí­sica.

HONOR Y GLORIA A AURELIO NUÑO

ASTILLEROS: A los pocos instantes empezó una gran movilización y se observa que los uniformados con escudos comienzan a replegar a los docentes, mientras la policí­a montada avanza haciendo que los caballos se vayan sobre los maestros.

Así­, corrimos atemorizados, porque los uniformados no hací­an diferencia entre los docentes que í­bamos a evaluarnos y los docentes disidentes, agrediéndonos con gases lacrimógenos, macanas y bastones de stock eléctrico.

Nos tuvimos que retirar buscando la salida del fraccionamiento rumbo a la calle calzada Costa Verde, buscando apoyo en casas particulares quienes nos negaron, por lo que seguimos corriendo hasta la calle mencionada que se encontraba a unas cuantas cuadras.

Afortunadamente pasaron taxis y nos subieron y decidimos separarnos para evitar andar en grupo y ser ví­ctimas de los uniformes por ser docentes, pues el peligro era inminente, por lo que decidimos regresar a nuestro lugar de origen”.

He ahí­, pues, el Veracruz de Javier Duarte y de Arturo Bermúdez Zurita, el dueto infernal que gobierna y ejerce el poder en la tierra jarocha como si fuera una hacienda porfirista y ellos fueran los capataces, dueños del dí­a y de la noche y de las vidas ajenas y del destino de cada ciudadano, de cada contribuyente, de cada elector.

Prepárese, pues, una condecoración en el Congreso del cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, a Arturo Bermúdez, por tantos servicios prestados al secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.