Desde la Cuenca del Papaloapan llegan vientos huracanados asegurando que si el senador Héctor Yunes Landa sale candidato priista a gobernador, en automático, por inercia, un segundo después, Miguel íngel Yunes Linares declinarí­a la posibilidad de figurar como abanderado de la presunta alianza electoral del PAN y PRD.

Y es que, asegura el zahorí­ cuenqueño, al único Yunes que Miguel íngel respeta es a Héctor y, por añadidura, ningún enfrentamiento desearí­a.

Pero, además, el hechicero también vislumbra la siguiente jugada:

Con Héctor Yunes de candidato priista al trono imperial y faraónico, Yunes Linares se retirarí­a y originarí­a la gran felicidad de Javier Duarte y hasta de Fidel Herrera.

Pero, al mismo tiempo, y sin ninguna duda de que Yunes Landa ganarí­a la elección en las urnas, cuando ya fuera gobernador electo sufrirí­a el mismo destino que Luis Donaldo Colosio Murrieta como candidato presidencial.

Es decir, asegura el brujo, Yunes Landa serí­a asesinado.

Y serí­a asesinado porque Héctor es un polí­tico tan incómodo como indeseable para el duartismo, y como el poder polí­tico nunca, jamás se comparte ni se presta, y en nombre de la ambición desmedida de la generación fidelista en el poder soñando con el Maximato, Héctor serí­a eliminado.

Tal cual, y por ejemplo, correrí­a la misma suerte, el mismo destino que el arquitecto José Cristhian Carreto Morales, desaparecido, hasta la fecha, en el fidelato, de cuyo secuestro mucho ha de saber, mejor dicho, sabe su amigo de entonces Érick Lagos Hernández.

Pero, de igual manera, Yunes Landa correrí­a el mismo destino que “El oaxaco”, aquel contratista que bloqueó la circulación en la autopista sureña, reclamando con nueve alcaldes el pago de obra pública y luego de una audiencia con el secretario General de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, fue desaparecido, hasta la fecha, en las goteras de Xalapa por un par de patrullas policiacas que lo seguí­an.

Los duartistas son capaces de todo dice el brujo cuenqueño.

LA OBSESIÓN DEL MAXIMATO

BALAUSTRADAS: El lector dirá que el brujo de cabecera del tecleador fumó mota y de la más barata de igual manera como el escribidor.

Cierto, quizá, acaso.

Pero, al mismo tiempo, tal cual es la percepción dominante en una parte de los actores sociales de la Cuenca del Papaloapan que aquí­ se reproduce sin maquillaje ni liposucciones.

Y es que, además, el rafagueo entre Héctor Yunes, Javier Duarte y una parte de los duartistas ha rebasado el terreno de la cortesí­a polí­tica y el respeto a la dignidad humana.

Y aun cuando la misma circunstancia ocurrió en el año 2010, ahora resulta peor, pues Héctor tiene como aliado al presidente del CEN del PRI, Manlio Fabio Beltrones, además de tener como padrino al tí­o del presidente Enrique Peña Nieto, Alfredo del Mazo González, jefe polí­tico del grupo Atlacomulco.

Más aún si en contraparte se repasa la feroz lucha del llamado Maximato jarocho para quedarse de nuevo con la candidatura priista ahora a la mini, dueños como ellos han llegado a mirarse del poder polí­tico en Veracruz.

Saben, están conscientes, que Héctor es temperamental, bravo y bragado, peleador callejero, y por tanto, nunca, jamás, perdonará el episodio de “la caña de pescar”, y vive, por añadidura, para vengarse.

El mismo ha profetizado la cárcel para los pillos y ladrones (que así­ les ha llamado) que han desviado los recursos federales y también los estatales.

Por eso quizá es la hora de que Manlio Fabio Beltrones le comisione un equipo de seguridad federal, vaya a ser (que nadie lo desea) que de pronto sufra un accidente automovilí­stico en carretera y/o un ataque de caspa que lo ponga en la antesala de la muerte.

DESMEDIDA AMBICIÓN POLíTICA

ESCALERAS: La moneda está en el aire para clarificar si la ambición polí­tica de Fidel Herrera y Javier Duarte tiene un lí­mite y respetarí­an la vida de Héctor Yunes, y/o por el contrario, habrí­an perdido toda dimensión ética y moral, social y polí­tica.

Incluso, y de paso, hay quienes alrededor del senador Pepe Yunes piensan que un dí­a podrí­an darle una sorpresa cardiaca, y más, porque por lo regular siempre anda solo, acompañado de un amigo que a veces también le maneja la camioneta.

Pero en fin, los vientos huracanados del hechicero de los Llanos de Sotavento parecen una locura; pero, bueno, luego del asesinato del candidato priista a gobernador en Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, y del homicidio de Luis Donaldo Colosio, y de José Cristhian Morales Carreto y “El oaxaco”, nadie podrí­a descartar que en Veracruz las diferencias polí­ticas podrí­an arreglarse igual que en el siglo pasado, es decir, a partir del homicidio.