Fernando Aportela, secretario y subsecretario de Hacienda y Crédito Público, la coyuntura amical y polí­tica le permite tocar puertas en el altiplano para apoyar el desarrollo y crecimiento municipal y de los sectores productivos.

Al momento, ha bajado más de tres mil millones de pesos que son de gran magnitud en estas horas de desorden administrativo, colapso financiero y corrupción polí­tica en Veracruz.

Pero, además, los recursos federales llegan en forma directa a cada beneficiado.

Sin intermediarios.

Sin ordeñar la vaca, ni menos, mucho menos cobrar comisión.

Ni tampoco jinetearlos en el mundo bursátil.

Así­, en varios pueblos los alcaldes, incluso, han concluido la obra pública correspondiente.

En tanto, los productores han desatorado sus pendientes sociales.

Por tanto, alcaldes y productores, tocad la puerta del senador.

Veracruz experimenta y padece hoy una insólita estrechez financiera y económica pues las arcas de la SEFIPLAN, se afirma, están vací­as, incluso, hasta para pagar la pensión mensual a los pensionados y hasta para retrasar una vez más el subsidio de 833 pesitos mensuales a los seniles sin seguridad social inscritos en el DIF.

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Sabed, alcaldes, sabed productores:

El senador Pepe Yunes es gestor social, sin distingos partidistas ni tendenciosas oficialescas.

Sabe y conoce las apreturas del gobierno de Veracruz.

Y, por tanto, de los sectores sociales.

Y por eso mismo, y toda vez que las circunstancias de la vida se lo permitan, cabildea los fondos federales, más allá de su trabajo legislativo puntual.

Acercaos a su gestorí­a, pues.

Basta y sobra con enviar un mensaje a su correo electrónico que está en la página de la Cámara de Senadores que de inmediato será escuchado.

Y escuchado con hechos y resultados, senador serio, responsable y solidario.

Incluso, desde su primer mes en el Senado se volvió un gestor social, porque tal cual concibe el trabajo parlamentario, es más, desde cuando fuera diputado local y federal.

Ahora, no obstante, los vientos son favorables para su concepción del poder polí­tico, la visión de Estado, el sentido de la historia, y con más razón.

Nadie, se recuerda, ningún legislador local ni federal, actúa y opera y vive sus dí­as en esa forma.

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Pepe Yunes camina Veracruz de norte a sur y de este a oeste.

En ningún momento lo hace, digamos, sólo para reposicionarse en el imaginario colectivo per se, sino para escuchar pendientes sociales.

Y a partir de ahí­ trazar una lí­nea rectora de gestorí­a en el altiplano ante las dependencias federales, donde ya lo conocen como un gran cabildero y, por fortuna, es oí­do, atendido, con hechos y resultados.

Y más ahora cuando todo mundo está consciente de que el problema número uno de Veracruz es el económico y el financiero.

Nada más urgente como salir del atolladero en que anda la administración pública y que desde el poder polí­tico sólo miran como salida, por un lado, endrogar las arcas, y segundo, aumentar impuestos.

Por ejemplo, multas de tránsito y vialidad hasta los peatones como pretendió la secretarí­a de Seguridad Pública y el Congreso local.

Por ejemplo, aumentar los valores catastrales como paso firme para subir el impuesto predial, pues el boquete en la SEFIPLAN constituye un abismo.

Por eso la trascendencia de la gestorí­a social de Pepe Yunes.

Y más, mucho más, cuando existe cero obra pública trascendente a nivel regional y municipal.

Y si la hay, sólo figura en la lí­nea ágata del periódico anunciada como un elemento distractor.