Y a partir de ahí­ ha sido todo, menos exgobernador y exsecretario del gabinete legal.

Pero a Gonzalo Morgado Huesca nadie lo rebasa ni le gana en el conocimiento polí­tico, geográfico y demográfico que tiene de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.

Nadie como él, ni siquiera su tlatoani, Carlos Brito Gómez, le gana en su dominio de la vida polí­tica de la tierra jarocha.

En el duartismo fue director del Instituto de Pensiones del Estado y delegado federal del ISSSTE, y se fue de ahí­ (otros dirán que lo fueron) como parte, digamos, de un relevo institucional.

Desde hace muchos años, cuando Pepe Yunes fue candidato por vez primera a senador y perdió Morgado está ligado al hijo ilustre de Perote.

Por ejemplo, en aquel tiempo en Martí­nez de la Torre le organizó un mitin con 4 mil priistas encendidos y fervorosos que ha mantenido como parte de su gran reserva electoral.

Tal cual, desde hace rato, Morgado es fan de Pepe Yunes para la candidatura a gobernador el año entrante, 2016.

Y quizá, caso, por eso mismo una parte de las plumas alquiladas por el llamado aparato del poder priista lo ha rafagueado.

El madrazo contra mí­, dice, es contra Pepe Yunes por lo que ha significado su precandidatura.

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Morgado es un hueso duro de roer.

En el tiempo priista del sexenio pasado fue el único que retó a madrazos al entonces priista Miguel íngel Yunes Linares, y se le rajó, por ejemplo.

Su vida ha sido dura. A su padre lo mataron y también a un hermano, y por tanto, desde la infancia, quizá la adolescencia, conoció la vida adversa, terrible, canija.

En aquel sexenio de Rafael Hernández Ochoa, cuando fue encumbrado como diputado local y presidente del CDE del PRI, los madrazos entre los grupos estaban a la orden del dí­a y se fajó.

Y lo más importante, sobrevivió.

Como presidente del PRI en Veracruz es el único de todos a la fecha que ha permanecido como dirigente tricolor los seis años de un gobernador, nadie más.

Incluso, cuando le correspondió la elección de 203 presidentes municipales que existí­an entonces sólo perdió tres alcaldí­as y ganó, por consecuencia, 200, un dato que nunca, jamás, ha sido alcanzado por un presidente del CDE del PRI en funciones.

Más todaví­a: indicativa y significativa su operatividad polí­tica porque, y por ejemplo, Felipe Amadeo Flores Espinosa en el liderazgo tricolor perdió 70 alcaldí­as, mientras Yunes Linares perdió 107 municipios en una contienda electoral.

Y con todos los altibajos de la polí­tica, Morgado ahí­ está, vigente, como el dinosaurio de Tito Monterroso.

Por eso, el madracito mediático que intentó intimidarlo para abandonar a Pepe Yunes en su legí­tima aspiración por la candidatura priista a gobernador, le hace lo que el viento a Juárez como decí­a César “El tlacuache” Garizurieta, quien también acuñó otra frase bí­blica: vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

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Exdiputado local y federal, expresidente municipal de Martí­nez de la Torre, su pueblo, delegado del CEN del PRI en varias entidades del paí­s, discí­pulo y homólogo ahora de Carlos Brito Gómez, los llamados Chamacos de la fidelidad son unos chicos imberbes, inexpertos, sin fogueo en el campo de batalla adverso, que por ninguna razón lo hará retroceder en su activismo a favor de Pepe Yunes.

Luego de su cambio institucional en el ISSSTE marcó una raya con el duartismo y el gabinete legal y ampliado, entregándose de tiempo completo a empujar la carreta de su candidato priista a la gubernatura.

--¿Ves al senador Héctor Yunes Landa? se le pregunta dejando en el aire el predicado, es decir, el nombre de Yunes Landa.

Dice:

--No lo veo.

--¿No lo ves?

--No. No. No lo veo. Hace mucho tiempo que no lo veo.

--Disculpa, corrijo, ¿ves a Héctor Yunes de candidato a gobernador?

--Yo veo a Pepe. Sólo a Pepe.

Morgado, pues, es un priista definido, sin dudas ni temores, por Pepe Yunes, en tanto el señor Javier Duarte se le sigue jugando por Yunes Landa.

Igual que Morgado está más de la mitad del gabinete legal del duartismo, y más del 50 por ciento de presidentes municipales, y más del 50 por ciento de diputados tricolores, y más del 50 por ciento de la militancia tricolor.

Más aún: desde hace un año, Pepe Yunes se mantiene en el primer lugar de la encuesta histórica como el favorito para la gubernatura.

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Pero, bueno, en el ritual priista faltan las últimas palabras de Los Pinos… que serán, digamos, en el mes de octubre, antes, mucho antes del dí­a de muertos… que muchos muertos dejará la sucesión.