educativo y de seguridad ha ocurrido.

La misma frivolidad: la polí­tica como fuente hedonista del poder.

La misma polí­tica financiera: endrogar las arcas públicas, el derroche y el dispendio, avivar la esperanza en los proveedores y prestadores de servicios y pagarles con abonitos.

La misma polí­tica de la secretarí­a de Finanzas y Planeación, traducida en lo que el senador Pepe Yunes engloba en tres ejes, los ejes del mal: desorden administrativo, colapso financiero y corrupción polí­tica.

La misma estrategia para resolver pendientes, pero, además, redoblada: mientras Fidel Herrera se redujo a un par de créditos millonarios (el último, al cuarto para las doce, de diez mil millones de pesos y que originara la renuncia del titular de la SEFIPLAN), Javier Duarte lleva 25 empréstitos.

Y todaví­a, el cinismo. Lo dijo el extitular de la SEFIPLAN, Fernando Chárleston Hernández, el secretario que renunciara al cargo porque tiene epilepsia según Alberto Ramos: la SEFIPLAN puede seguir endrogándose. Las participaciones federales la blindan.

El mismo dispendio y derroche: Fidel, por ejemplo, abrí­a la llave para todos, aunque fuera poquito. Pero algo les caí­a. Duarte, en cambio, abre la llave para unos cuantos, los suyos. Y por supuesto, igual que en el fidelato, la llave abierta para las barbies.

La misma impunidad: los carteles (tres según la PGR, Zetas, del Golfo y Jalisco Nueva Generación) operando de norte a sur y de este a oeste, incluso, como en los años 2011, 2012 y 2013.

Sólo el fin de semana anterior al lunes, 15 muertos.

La misma polí­tica de comunicación social: el incienso desde los medios, aunque se les deba, tal cual como ahora dos mil millones de pesos, aunque, claro, al cierre, el fidelato les amplió el convenio mensual sin ton ni son, embarcando más al duartismo con la deuda, que todaví­a hoy se mantiene.

Pero, además, el uso faccioso de los medios.

Por ejemplo, las plumas alquiladas tronando en contra de los enemigos, adversarios y crí­ticos, desde lí­deres sociales y polí­ticos hasta columnistas, para así­, tal cual, restar su autoridad moral, la evidencia y la duda.

DE TORRE PEDIíTRICA A TORRE GERIíTRICA A TORRE DE PORDIOSEROS

La misma polí­tica de infraestructura y obra pública: mientras el góber fogoso y gozoso construí­a puentes que se caí­an dado la pésima calidad de los materiales, ahora, cero obra pública. Y el pretexto, que las arcas están vací­as.

La misma polí­tica educativa: les han valido los 650 mil analfabetos, de 14 años de edad en adelante. Y aun cuando el Instituto de Educación para Adultos alardea de estar enseñando a leer y escribir y hasta suscriben acuerdos con los presidentes municipales, nadie conoce el resultado concreto y especí­fico.

Peor tantito: Fidel Herrera heredó un millón de habitantes de Veracruz con la escuela primaria inconclusa. Y otro millón con la secundaria a medias. Y 600 mil con el bachillerato a la deriva. Y en el duartismo, la cantidad se conserva.

Tal cual, la indiferencia. Mejor dicho, la apatí­a. Mejor dicho, el valemadrismo. Mejor dicho, todo les vale.

La misma polí­tica de salud. Por ejemplo, y más allá de hospitales inconclusos en la obra fí­sica, sin médicos y enfermeras, sin equipo, sin medicinas, la indolencia:

Fidel Herrera inició y dejó a medias la Torre Pediátrica, en el puerto jarocho. Así­, en el transcurso del duartismo, pasó de Torre Pediátrica a Torre Geriátrica, por la tardanza en terminarla… que aún subsiste.

Pero ahora, el edificio se ha convertido en refugio de pordioseros y malvivientes.

Todaví­a peor: el constructor se queja de que le adeudan cantidades millonarias.

Es el mismo caso, advierte el politólogo Carlos Ronzón Verónica, de una parte de la obra pública.

Por ejemplo, pendiente el libramiento del Paso del Toro. Pendiente, el libramiento de Cardel. Pendiente, la autopista Xalapa/Córdoba. Pendiente, la autopista Tuxpan/Tampico.

Todas, pues, dejadas a la deriva. El ahí­ se va. Algún dí­a. El gobernador siguiente… que las termine, cuando, caray, una parte fue anunciada en titulares a 8 columnas desde la prensa fidelista.

LOS POBRES DE FIDEL, LOS POBRES DE DUARTE

El resultado descubierto por el CONEVAL resulta catastrófico:

Seis de cada diez habitantes de Veracruz, en la pobreza y la pobreza extrema.

Casi un millón de paisanos de Veracruz en la miseria con sólo una o dos comidas, mal comidas al dí­a.

Cada año Veracruz produciendo 250 mil pobres, de los cuales, 125 mil pasan de clase media a clase baja y 125 mil de clase baja a la miseria total y absoluta.

Veracruz, conservándose en el primero y segundo lugar, alternando con el estado de México, en número de pobres.

Así­, Fidel Herrera y Javier Duarte terminaron enlazados, yuxtapuestos, en la historia con la llamada Decena Trágica de Veracruz, una entidad federativa pródiga en recursos naturales (Pueblos Mágicos, récord Guinness, la Houston de México, la Arabia Saudita de América Latina, campeón del turismo de aventura en América Latina, la más alta inversión extranjera del paí­s, la más elevada creación de empleos, etcétera), convertida en una fábrica de pobres y miserables.

Pero además, eso sí­, con una maquinaria electoral capaz de ganar en la última elección dieciséis de las 21 diputaciones federales, más cinco pluris, que convierten al PRI duartista, mejor dicho, a Duarte, en la segunda fuerza legislativa en el Congreso de la Unión, luego del estado de México, con el Eruviel ívila que comparte honores en número de pobres y jodidos con Veracruz.

¡Hosanna, hosanna!