“La primera vez que yo me di cuenta estábamos comprando piñatas para su fiesta y pidió una de chilindrina. Su papá le dijo que no podí­an llevarle esa porque era para niñas y él era un niño. Lloró y le compraron la de spiderman”.

En varios episodios, la frustración de la madre y del padre ocasionó que Daniel renunciara a sus deseos iniciales. No le compraron las pulseras brillantes que vio en un aparador, su abuela no le hizo la falda tejida que regaló en navidad a sus otras nietas”.

Cuando tení­a 6 años, sus padres ya divorciados decidieron llevarlo con un psicólogo, bajo el mal entendimiento de que su preferencia por objetos y actividades adjudicados a las niñas era un problema que debí­a atenderse.

“Su papá me contó que una vez en el carro pidió unos listones de colores para el cabello, se los puso enredados en las orejas diciendo que eran su coleta. Sus papás lo regañaron y le explicaron que no podí­a usar coletas porque él era un niño”.

“Los niños tienen pene, las niñas no. Tú eres un niño” le dijo su papá cansado de tener la misma discusión con él. “Entonces quí­tamelo” le respondió el pequeño. Ese fue su boleto para ser considerado con un problema mental.

ESCUELAS CATÓLICAS OMITEN TEMAS DE EDUCACIÓN Y DIVERSIDAD SEXUAL

Daniel acude a una reconocida escuela católica del centro de la ciudad. Ahí­ no le enseñan sobre diversidad sexual, ni siquiera sabe que existen otras personas como él. En sus libros de texto los temas de educación sexual se vieron lo más rápido posible.

La escuela sí­ ha tocado el tema y se ha abstenido de enviar un recado a los padres de familia pidiendo su autorización para saltarse ese tema, como ocurrió en años anteriores cuando sus primos cursaban ahí­ la primaria.

La activista por la diversidad sexual, Silvia Susana Jácome Garcí­a, lamentó que los talleres de sexualidad que emprenden diferentes organizaciones civiles no puedan ser llevado a las escuelas particulares, mucho menos a las católicas.

“Mientras ellos (las escuelas) sigan con esa mentalidad donde si les hablamos de condones se les va a antojar, como si no hubiera una predisposición biológica en la pubertad. Nadie le dice a un chico o una chica de qué se trata una relación sexual”.

Además, profundizando en la situación, las escuelas aunque particulares no deberí­an enseñar materias relacionadas con el adoctrinamiento religioso y que son nombradas de manera diferente para aparentar que respetan la educación laica. “En el caso de la sexualidad, se están brincando temas”.

Silvia Susana indicó que en la ciudad de Xalapa sólo se tiene conocimiento de un caso de una niña trans que ya fue aceptada por su familia e incluso por la institución educativa a la que asiste, donde incluso llevan su registro con el nombre femenino que ella decidió.

Las personas trans continúan siendo discriminadas laboralmente, ejemplo es que meses tras un grupo de mujeres trans de la zona conurbada Veracruz Boca del Rí­o denunciaron que a pesar de ser egresadas de licenciaturas y otros grados académicos, las ofertas de empleo que reciben sólo son en el horario nocturno como si se tratara de una etiqueta.

Además, Rosa Feijó, especialista en temas de bullying, ha mencionado que los niños que mayor violencia reciben en las escuelas y cuyas agresiones son cometidas con odio, son los niños de diversidad de género y sexual.

A Mayra le preocupa la situación en la que su sobrino se encuentra, pues ahora es temeroso de mostrar sus deseos en público y sus padres se sienten orgullosos de la supuesta masculinidad que ha adoptado a partir de sus visitas al psicólogo.

“Él no es lo que sus papás quieren que sea. Yo no puedo hacer nada, ellos son sus papás y es muy conflictivo tratar de ayudarlos. Lo que sé es que un dí­a Daniel va a poder mostrar quien realmente quiere ser”.