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Crónicas
Lunes 06 julio, 2015

El Fiscal desacreditado

Ningún crimen de reporteros ha esclarecido Bravo Contreras ahora cuando en la lista sórdida se agrega Juan Mendoza, residente en Medellí­n
Arturo Bermúdez tiene un guión cinematográfico para cuando periodistas sean ejecutados y sólo repite la misma cantaleta: Artí­culo 19

Un dí­a de enero, año 2000, sobre el puerto de Veracruz, la muerte de una persona ahorcada en una de esas...

Juan E. Flores Mateos

  • Juan Mendoza. 16 reporteros asesinados en Veracruz

colonias de tierra que están a la periferia. Juan Mendoza Delgado entonces fotógrafo del Dictamen, acudió con un reportero, en su taxi, para tomar datos y fotografí­as.

Como Juan Mendoza era muy estricto con los tiempos debido al taxi que usaba como transporte, el reportero le dijo que ya con los datos que tení­a era suficiente. Sin embargo, para su sorpresa Juan le dijo que esperara un rato más.

El reportero se dedicó a ahondar en los datos, y cuando regresó al taxi, donde estaba ya Juan esperándolo, vio que habí­an varias personas a bordo.

-¿Qué es esto, Juan?, le preguntó el reportero algo extrañado.

-Una carrera es una carrera, cuñao, pues me pidieron el servicio, los llevo a ellos y ya luego regresamos a la base.

Sin más, se subió e hicieron lo que Juan Mendoza Delgado le dijo. Desde entonces Mendoza combinaba desde ya, su labor periodí­stica, con el taxi que manejaba.

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Sobre esta calle sin pavimentar llamada Teotihuacan, de la colonia Lomas de San Gabriel, está la casa, marcada con el número 18, de Juan Mendoza, el décimo tercer periodista asesinado en Veracruz.

La casa es blanca, de dos pisos con estacionamiento para un auto. Al fondo hay dos perros blancos, un lavabo, en la casa se asoma, en su frente, la humedad que se impregna en las casas de esta ciudad. Sus amigos y familiares esperan por él.

-Dijeron que desde las once de la mañana estarí­a aquí­, pero llevamos rato. Mi sobrino desde ayer está arriba y abajo con los trámites, en un principio no se los querí­an enseñar, y según no se lo quieren entregar porque está descompuesto por dentro.

Son ya las doce y media, el cuerpo no ha llegado. Sobre la calle, y bajo esa bóveda del cielo de lluvia dormida en sus nubes, alguien pasa vendiendo los plátanos de la temporada, unos muchachos pasan sin casco sobre una motoneta.

Minutos después, su esposa, Taydé Pavón, arriba a la casa en un taxi. En su puerta, a un costado, la cara de Juan Mendoza resalta como publicidad.

Desde las nueve de la mañana la señora Pavón ha estado haciendo trámites junto con su hijo, quien es menor de edad.
Tayde, en una entrevista breve con los medios, no habla mucho, pero pide justicia, que se llegue al fondo del asunto.

“él tení­a buena amistad con sus compañeros, todos los vecinos lo conocí­an, era una buena persona…que sigan investigando, se llegue a fondo” (...) no estoy conforme, por eso pido que se siga investigando” dijo la señora Taydé.

Así­ como ella, nadie en el velorio, tanto familiares, amigos y vecinos creyeron la primera versión de la Fiscalí­a General del Estado, en la que se dice que Juan fue atropellado.

Y es que en un lugar con un patrón de violencia a comunicadores, y con un contexto de investigaciones nada transparentes, es obvio. Sin embargo, según dijo Jorge Morales, de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas, el dictamen pericial asegura que hubo muerte por arrollamiento.

“La Fiscalí­a está ya desacreditada, no ha resuelto los crí­menes, ha dejado muchas dudas…para que Juan fuera atropellado debió haber ido caminando y él desapareció en su taxi el cual no aparece”.

Sin embargo, circuló por la red que su taxi ya habí­a aparecido, cosa que no fue cierto, pues se trataba de un taxi que vendió hace un tiempo. El taxi que él manejaba era el número económico 1962.

Taydé Pavón, por su parte, se va por un par de horas y regresa a casa, ya con la noticia que el cuerpo de su esposo será entregado hasta las cuatro. El cuerpo sólo visitará la casa, dice, sólo unos minutos para que le hagan un rezo y así­ sepultarlo en el panteón de la localidad.

LAS DUDAS

En los protocolos firmados por la Fiscalí­a General del Estado para las investigaciones de muertes a periodistas se dice que el primer móvil para investigarla debe ser su labor.

Sin embargo, hasta ahora sólo la Fiscalí­a se ha pronunciado por el arrollamiento. Ya la organización Artí­culo 19 declaró que el gobierno del Estado tiene un guión para atender investigaciones sobre comunicadores asesinados.

Juan Mendoza Delgado fue hallado en la carretera Tamaca-San Julián, a la salida de la urbe porteña que va rumbo a Cardel, según dicen las notas “con signos de tortura y una venda en la cabeza” de la que apenas se le asomaban sus ojos muertos.
Hay unas fotografí­as de ello que fueron publicadas por periódicos locales y que circularon por redes sociales.

“La venda ya no la tení­a en el forense cuando llegó” dijo Jorge Morales, comisionado de la Comisión Estatal de Atención para la Protección de Periodistas, sobre ello.

Sin embargo, la zona donde fue hallado el cuerpo no era frecuentada por Juan Mendoza, ni siquiera en la ruta de su taxi.

Juan Mendoza circulaba las zonas de Medellí­n, El Coyol, Flores del Valle y muy rara vez, Nuevo Veracruz. Sus compañeros taxistas lo recuerdan como un tipo alegre que preferí­a las corridas en zonas urbanas.

“Cada que habí­a un viaje, por ejemplo, a Alvarado, él no lo tomaba, preferí­a llamarme para que yo lo hiciera” recordó uno de sus compañeros cuya foto de Juan está en la puerta de su taxi.

Ante la versión de que querí­a buscar la agencia municipal de Medellí­n o la presidencia del sindicato de taxistas al que pertenecí­a, no hay nada meramente claro.

“Lo único que nos dijo es que querí­a hacerse notar en la zona, querí­a buscar posicionamiento para lograr apoyos” dijo uno de sus compañeros.

Juan Mendoza Delgado estuvo desaparecido desde el martes 30 de junio, ese fue el último dí­a que su esposa tuvo contacto con él. La denuncia está registrada en el expediente de la agencia séptima del Ministerio Público, 701/2015.

Sin embargo, dos dí­as después, Taydé Pavón quedó atónita al asistir dos dí­as después al Servicio Médico Forense y enterarse que el cuerpo de Juan estaba en una de sus planchas.

APRENDIÓ PERIODISMO DE JUAN ZANONI

Juan Mendoza, al igual que Moisés Sánchez era un reportero de los que llaman empí­ricos. Fue secretario de Juan Zanoni de la Garza, un reportero nacido en Tamaulipas, que fundó una revista por allá de los años 70”™s llamada Basta.

La revista era bastante crí­tica, tanto que el gobernador de aquel entonces, Rafael Murillo Vidal, encarceló a Zanoni, a quien acusó de asesinar a un muchacho de la comunidad LGBTI.

De él fue quien aprendió periodismo, pues Juan no tení­a estudios. Después Juan comenzó a trabajar en el Dictamen, primero como reportero de polí­tica, luego como reportero de nota roja, actividad que combinaba con el taxi por su bajo sueldo.

“Él tení­a 46 años, era empí­rico, lo conocí­ en la sección de polí­tica del Dictamen, trabajé pocas veces con él. Él empezó como secretario de Juan Zanoni de la Garza, en su semanario Basta, llegó a la redacción con 16 años.”, recuerda uno de sus viejos amigos que pidió anonimato.

“Conmigo trabajó como fotógrafo, siempre saluda ”˜quihubo cuñao, qué onda cuñao”™, luego le perdí­ la pista y supo que se asoció con uno de los hijos de Juan Zanoni, él abrió un portal, Escribiendo la verdad, le gustaba mucho ir a eventos de espectáculos, le gustaba tomarse fotos con los artistas y la lucha libre. Nos asombra porque era muy calmado, nada pedante, lo veí­a ocasionalmente en el café…desde chico siempre anduvo trabajando, combinaba la labor del taxista con el de reportero” recuerda su mismo amigo.

Escribiendo la Verdad es un portal electrónico que cubre la zona de Medellí­n, las notas son en su mayorí­a de accidentes o de eventos polí­ticos de la zona. Tiene también una sección de videos, en él un artista de reguetón local es entrevistado por su canción del Sobaco Prieto.

Su esposa recordó a Juan como un tipo que se levantaba temprano que le dedicaba por lo menos dos horas al portal, salí­a por las mañanas para conducir su taxi, regresaba ya hasta la madrugada.

“El periodismo era su pasión” sentenció su esposa Taydé, al recordar su labor.

En su Facebook Juan escribió el pasado 25 de junio, en una ida al cine, que habí­a trabajado 38 de 46 años y que se iba a dedicar a disfrutar su vida al lado de su esposa.

Juan Mendoza Delgado es ahora la estrellita número trece puesta por la muerte en la frente del gobernador, Javier Duarte de Ochoa, sin embargo, para sus seres queridos, será recordado por su peculiar saludo ”˜qui”™hubo, cuñao”™, y esa forma en que levantaba el pulgar, cuando le tomaban una foto, ya sea en un rí­o o en su casa.


1 comentario(s)

06 Jul, 2015 - 20:46
hermano llegaremos hasta dondesea necesario basta ya de la muerte de compañeros periodistas Dios con nosotros y tu fallecimiento no quedara impune

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