Incluso, con bajeza y ruindad moral.

También, y desde el anonimato, ha utilizado a tuiteros y blogueros para enlodar y salpicar el nombre de los actores sociales, personajes y personas a quienes consideran enemigos.

Además, claro, de los texto/servidores que han puesto su libertad de expresión al servicio del poder.

Ahora, el llamado sexenio próspero ha lanzado una campaña sintomática en desplegados, quizá de norte a sur y de este a oeste de nuestra tierrita jarocha, acaso apenas empieza en algunas ciudades, de Xalapa hacia la periferia.

Una de ellas proclama lo siguiente en un anuncio espectacular:

Por un uso responsable de Internet y redes sociales.

El ladrón gritando a los vecinos que detengan al ladrón.

Tirar la piedra y esconder la mano.

Lavarse las manos como Poncio Pilatos.

Tal cual, y luego que semanas anteriores desde el poder polí­tico culparon al Internet y redes sociales del explosivo crecimiento de la violencia en Veracruz, el fuego cruzado, los muertos, los secuestros, los desaparecidos, las fosas clandestinas y hasta el plagio de niños.

Pero, también, después que la mayorí­a de diputados locales aprobó el nuevo reglamento de tránsito que criminaliza, entre otras cositas, la protesta ciudadana, en la advertencia de que los marchistas solicitarán permiso al secretario de Seguridad Pública seis horas antes (¡vaya trampota!) para que el gabinete policiaco de Javier Duarte determine si procede.

Y si resulta improcedente, ni hablar, permiso negado.

Pero, además, lanzan la campañita para el uso responsable del Internet, luego que el Congreso aprobó la ley Enrique Ampudia, que condena a cinco años de cárcel a quienes bloqueen las ví­as de comunicación… Oh Bonifacio Aguilar Linda, alcalde de Soledad Atzompa, lo que te espera.

Además, luego que el diputado local, presidente de la Comisión de Vigilancia de la LXIII Legislatura, Adolfo Ramí­rez Arana, esposo de la alcaldesa priista de Paso de Ovejas, se viO obligado a retirar su iniciativa de Ley Bermúdez criminalizando la indignación popular y reprimiendo el derecho constitucional a expresarse en la ví­a pública en contra del mal gobierno.

Ahora, y para redondear la represión, el duartismo se cura en salud y lanza su campaña.

Uso responsable de Internet y redes sociales.

II

Se ignora si el sexenio próspero siente y cree que la población electoral es tarada.

Si está convencido que con tal campaña a base de espectaculares (cada uno vale unos 30 mil pesos mensuales), el ciudadano común cree a ciegas en tal alarde.

Pero, bueno, en todo caso se trata de una Si Barack Obama nunca pudo controlar las redes sociales de Julián Asange, menos, mucho menos Javier Duarte en Veracruz derrota anunciada, pues lograr el cometido resulta más loco que, por ejemplo, intentar volcar de un puntapié el vagón de un ferrocarril.

Hoy, el Internet y las redes sociales significan la más alta expresión de la libertad.

Sin ataduras.

Y desde el punto de vista sociológico y polí­tico ¡qué bueno!, pues el ciudadano busca espacios de libertad; pero también, espacios para desfogarse cuando todos los otros canales están cerrados.

Por ejemplo, los medios, el poder Legislativo, los lí­deres sindicales y una parte de los lí­deres sociales y hasta una parte de la jerarquí­a eclesiástica.

Además, según la historia si el pueblo se topa con pared porque los espacios de libertad están cerrados se desfoga.

Y, por tanto, el hecho puede resultar más peligroso para la elite gobernante.

Más aún, si la piel duartista es frágil, demasiada frágil, primero, resulta una locura controlar el Internet y las redes sociales, y segundo, que todos y cada uno de los secretarios del gabinete legal y ampliado gobiernen con apego a la ley y el Estado Derecho.

Así­, ninguna necesidad habrá de volverse represivo.

III

El gobernador ha declarado su amor inquebrantable al Internet y las redes sociales.

Pero su amor es fogoso y unilateral, pues solo mira el lado negativo, al que da mayor importancia, en vez de construir una plataforma con gran sentido social.

Según parece, causa la impresión de vivir angustiado por lo publicado en las redes sociales en lugar de asestar un manotazo para que su gabinete cumpla con su trabajo y responsabilidad.

¿Así­ vivirá y actuará cada dí­a Enrique Peña Nieto?

¿Qué otros gobernadores pasan los dí­as como Javier Duarte ocupados en controlar el Internet con, digamos, finas campañas convocando a su uso responsable?

Si ni Barack Obama pudo con Julián Asange…

Si tampoco Enrique Peña Nieto pudo controlar, con toda la fuerza presidencial, el Twitter y el Facebook sobre la Casita Blanca de Angélica Rivera…

Si ni el PRI derrotó a las redes sociales de El Bronco, de Nuevo León, que le ganó la gubernatura a su candidato priista…

Si ninguno de los dictadores del Medio Oriente pudo con las redes sociales que los llevaran a su caí­da en la Primavera írabe…

Si nadie ha podido con las redes sociales del Estado Islámico y sus decapitados en Internet…

Menos, mucho menos el milagro tecnológico será logrado en Veracruz.

Lo único que resta es que El señor chuletas continúe su trabajo de topo depredador de la dignidad humana.

Y porfis, que solicite aumento salarial.

Lo merece…