El moribundo SAS
El moribundo SAS, Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano, vive los últimos días con un cáncer social peor que el SIDA.
Pero, además, su muerte lenta está llena de indignidad.
Por ejemplo, la semana que inicia enfrentará los siguientes pendientes, estado de alerta:
Luis Velázquez
Uno. Cajas intervenidas por órdenes del juez federal para juntar centavitos que permitan liquidar los laudos a los doce trabajadores que demandaron al SAS en tiempo anterior, desde cuando los priistas Yolanda Gutiérrez Carlín y José Ricardo Ruiz Carmona estuvieron al frente.
Uno de ellos, Julio Martínez, a quien la Yolis Gutiérrez despidió de manera soez y arbitraria, todo porque era panista en la administración de su antecesor, el siempre digno y honesto a prueba de bomba ingeniero Alejandro Salas.
Entonces, cuando habló con los abogados de SAS y le ofrecieron una bicoca se fue al pleito y ahora ganó el laudo federal y el juez ha ordenado le paguen siete millones de pesos.
Y como las arcas están vacías desde que Ruiz Carmona pasó por ahí, entonces, el juez federal ordenó el bloqueo.
Tal cual están once extrabajadores más que interpusieron demanda laboral y a quienes el juez federal ha ordenado les paguen 35 millones de pesos.
Todo, por la política de exclusión, represiva y autoritaria, prepotente y ruin de Yolanda Gutiérrez y Ruiz Carmona.
Dos. Esta semana el SAS habrá de pagar 20 millones de pesos a la Comisión Federal de Electricidad, CFE, por servicio dado, en la inteligencia que de abstenerse le cortarán el servicio dejando sin el líquido a la población y negocios de Veracruz y el explosivo Medellín.
Tres. La amenaza de huelga del sindicato de la aguerrida y combativa dirigente oaxaqueña.
Cuatro. Los pagos pendientes al Seguro Social que se ha cansado de estar recibiendo abonitos.
Cinco. Las dificultades para pagar la catorcena a los burócratas sindicalizados y empleados de confianza.
Seis. La urgencia de comprar químicos para la calidad del servicio en la temporada de lluvias.
Siete. El mantenimiento constante de todo el equipo, sobre todo, las plantas de tratamiento.
Ocho. Con todo y que personal de Odebrecht y Aguas de Barcelona ha estado llegando, además del brasileño director y una panameña, la inexistencia Por un error político, laboral y jurídico de Yolanda Gutiérrez en el SAS, un juez federal ha ordenado el pago de 7 millones a un trabajador despedido sólo por el delito de lesa humanidad de que era panista de un plan operador para determinar el día siguiente.
Nueve. El director liquidador de SAS, José Aniceto Tello Allende, rogando a los brasileños pueda quedarse hasta que de plano esté inválido para seguir chambeando, pues necesita el ingreso mensual para sus cositas.
Diez. Los pobrecitos de Odebrecht angustiados con dar explicaciones a las cúpulas empresariales de que vienen con buenas intenciones, y más cuando su director general fue detenido en América Latina por corromper a políticos a cambio de concesiones y que, claro, por supuesto, en ningún momento es el caso del SAS.
Once. Un alcalde, Ramón Poo Gil, que ningún concepto tiene del servicio público; pero además, terco y obstinado, sin liderazgo social y que más bien debiera estar en Hollywood con su sonrisa Colgate.
Tal cual vive sus días el moribundo SAS.
SILENCIO CÓMPLICE DE PEPE TELLO
Lo más decepcionante de todo es José Aniceto Tello Allende, el priista que mudó a perredista y que mudara con los suyos a MORENA, con la fama pública de un técnico hidráulico fregón; pero que odia a los camellos por los bajos que tienen bien puestos.
Tello Allende, por ejemplo, se dobló ante las órdenes superiores de proteger a su antecesor, Ruiz Carmona, no obstante que él mismo denunció que el día de su toma de posesión El Pepín saqueó las cajas de SAS y retirando el pago anticipado del servicio del agua anual y que ascendiera a 300 millones de pesos, cuyo destino hoy se desconoce.
Pero, además, la denuncia que el mismo Tello Allende reveló que en tiempo electoral, desde Yolanda Gutiérrez a Ruiz Carmona, el ingreso diario de un millón de pesos en el peor de los días y un millón y medio de pesos en el mejor a SAS eran trasladados a las campañas de los candidatos priistas.
Además, el (presunto) desvío de recursos que el parcito hacía si de pronto el jefe máximo y/o el jefe bis hablaba pidiendo cantidades millonarias.
Tal cual, Pepe Tello sabía que SAS era una caja chica de la elite priista y nunca, jamás, lo puso en la mesa para negociar, digamos, y por el bien de la ciudad, la inversión millonaria que planteó al gobernador para evitar el colapso del sistema de agua.
Y el colapso aterrizó con tanta furia que ahora SAS ha sido privatizado y concesionado por 30 largos y extensos años a una empresa brasileña y otra española, asociadas ambas que están con inversiones hasta en el continente asiático.
Hoy Tello Allende tiene 66 años y si se consideran las tres décadas de concesión a Odebrecht y Aguas de Barcelona, y si lo dejan ahí como reliquia histórica cumplirá 96 años cuando quiera retirarse a la vida privada.
Y a esa edad, ningún caso tiene…