Medellí­n de Bravo, Ver.- El olor a muerte llegó dentro de un ataúd color cielo, igual al nuevo hogar de Juan Mendoza Delgado, ex reportero de El Dictamen supuestamente atropellado en la carretera Santa Fe- San Julián.

Desde las primeras horas de éste viernes 3 de julio, la familia se reunió en una casa de obra negra en la localidad de El Tejar, perteneciente al municipio de Medellin para esperar el cuerpo de un varón de 46 años de edad.

Recreando la misma escena de las anteriores muertes a reporteros en el gobierno que preside Javier Duarte de Ochoa, la casa número 13 de la lista negra exhibió carencias en servicios básicos; una calle rodeada de baches, sin pavimentar, con poca luminaria y sólo una guarnición mal pintada en amarillo.

A unas cuadras vivió Moisés Sánchez Cerezo, director del periódico “La Unión”, quien fue levantado por un comando armado el pasado 2 de enero del presente año y encontrado muerto en un paraje de Manlio Fabio Altamirano 20 dí­as después.

La cercaní­a entre ambas casas es mucha, tanta, que Jorge Sánchez Cerezo comentó sentir en cada poro de su cuerpo la misma sensación de espera por la llegada de su padre, en un féretro, con miles de dudas por las causas de su muerte y un dolor inmenso sin saciar con lágrimas.

Al filo del mediodí­a, Tayde Pavón regresó a la casa, sola, sin su esposo Juan Mendoza y con un bulto de papeles en su mano izquierda, esos papeles que le hacen firmar para recibir el cuerpo inerte de su esposo y con mil vueltas para una sepultura.

Las vueltas de trámites, dependencias y buscando una funeraria para los servicios fueron sola, la única ayuda fue de un taxista que en sus puertas traseras promocionaba a Juan Mendoza como el próximo dirigente de taxistas en Medellin.

A lo lejos, un vehí­culo de lujo llegó a toda prisa para extender los brazos en sí­mbolo de condolencias, eran tres integrantes de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas; la presidenta, Benita González, la secretaria ejecutiva, Namiko Matsumoto y el comisionado, Jorge Morales.

De ellos, sólo se admiró presencia, como una vez más, como la treceava vez en el estado de Veracruz, dónde los periodistas son vinculados con el crimen organizado, o al menos, así­ lo expresó el gobernador Javier Duarte de Ochoa el pasado martes 30 de junio en Poza Rica.

Los ojos inflamados y rojos de Tayde Pavón clamaron justicia, investigación para conocer a fondo el motivo de la muerte de su esposo reportado como desaparecido el pasado 1 de julio.

“Era su pasión, a él le gustaba escribir, creo que no lo hací­a por algo económico, él lo tení­a por vocación. A él le gustaba, decí­a que el periodismo era lo suyo”, externó ante los medios de comunicación que se reunieron en el velorio.

En cada hora, esperando la llegada del cuerpo, los familiares, amigos y compañeros rezaban a una fotografí­a instalada en una mesa, entre flores amarillas y blancas representando simbólicamente el cuerpo de Juan Mendoza.

Al llegar el cuerpo, el olor inerte se extendí­a hasta la calle donde lo esperaban flores de colores a postrarse sobre una plasta de cemento.

La compañí­a fue poca, casi nula, todos los presentes eran familiares, dos o tres amigos del gremio, esos compañeros de reporteada en calles de la conurbación Veracruz y Boca del Rí­o.

Sus trabajos se pueden aún admirar en la red, bajo el link “Escribiendo la verdad...” donde su última columna se escribió bajo el nombre “Porqué callar, Héctor Yunes Landa la peor opción para Veracruz”.

Otras publicaciones se dividí­an en policiaca, polí­tica, deportes, espectáculos y sociales.

Al igual que “La Unión”, los interesados en denunciar o colaborar en el medio podí­an enviar sus notas, fotos o videos al correo escribiendolaverdadl@gmail.com

Juan Mendoza y Moisés Sánchez compartí­an dos trabajos a diferentes tiempos, ambos, amaban el periodismo libre, la denuncia ciudadana, la expresión de quejas y peticiones a las áreas gubernamentales, mientras, para generar ingresos más fuertes, dirigí­an un taxi en Medellí­n y El Tejar.