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A Mil por Hora
31 mayo, 2015

Cumbre en el hotel Balajú

120 priistas en un desayunito para rendir pleitesí­a a Carolina Gudiño
Sólo estuvo 15 minutos: once minutos, sentada en la mesa principal; cuatro minutos, echándose un chorizo
Entró y salió del restaurante por la cocina, como a salto de mata
A todos embargaron el teléfono celular

Fue en el hotel Balajú, propiedad del director del Registro Público de la Propiedad y notarí­a públicas, Raúl Ramos Vicarte, exalcalde de Boca del Rí­o y exsubsecretario de Gobierno.
Un par de semanas anteriores, unos 120 priistas se juntaron para desayunar.

Luis Velázquez

  • Carolina Gudiño. 120 priistas a sus pies

El pretexto: festejar el cumpleaños de Jorge Reyes Leo, expresidente del comité municipal del PRI en Boca, director de negocios turí­sticos de la OVC de Veracruz para Europa según cuenta su padre, Jorge Reyes Peralta.

Uno por uno, en grupos de dos y tres, la elite priista de la zona conurbada Veracruz/Boca del Rí­o fue llegando al hotel. Y a cada uno, a la entrada, ni modo, órdenes superiores, les incautaron el celular.

Nada de mensajitos externos. Nada de fotografí­as. Nada de grabaciones.

Un priista, Roberto López Delfí­n, notario público desde el alemanismo y escritor de novelas, dijo:

“Si Miguel íngel Yunes Linares nos quiere grabar, lo hace desde afuera, en el bulevar, en un automóvil, quitado de la pena”.

“Ajᔝ contestó el interlocutor.

Todos hablaban en clave. Yo traje los tamales que le gustan a Jorge Reyes Leo, decí­a uno.

Yo, unos pastelitos.

Yo, el café de La Parroquia, es el mejor.

Y en el lenguaje cifrado cada uno se expresaba creyendo todos que todos entendí­an el idioma crí­ptico creado y recreado para evitar, digamos, aquel desaguisado de cuando Salvador Manzur Dí­az habló de que los programas sociales eran oro molido para ganar elecciones y descarrilar el Pacto México.

120, aproximadamente, en el hotel de Ramos Vicarte, general de cinco estrellas que con Ramón Ferrari Pardiño, Armando López Rosado y Marlon Ramí­rez, entre otros, están comisionados para ganar el distrito electoral de Boca del Rí­o el próximo 7 de junio.

LA FUERZA DE FIDEL HERRERA

Así­ llegó el momento cumbre en aquel desayunito.

La señora entró por la puerta trasera, es decir, por la cocina, quizá para revisar los tamales con frijolitos que darí­an de entrada.

Y los chilaquiles, como segunda opción.

Llegó y se presentó ante los 120 priistas y solo permaneció unos 15 minutos.

Unos once minutos sentada en la mesa principal y unos cuatro minutos restantes pronunciando el discurso número 169 en la campaña electoral que esta semana terminará por fin y gracias a Dios luego de tantos chorizos.

Luego, sin dar espacio y tiempo para el diálogo, el intercambio de barajitas, la señora se retiró de igual manera, por la puerta trasera, por la cocina.

Ni siquiera, vaya, probó un tamalito.

Ni unos pedacitos de tortilla convertidos en chilaquiles.

Carolina Gudiño, candidata del PVEM al Congreso de la Unión, que sueña con derrotar en las urnas a Francisco Gutiérrez, el candidato de los Yunes azules, entró al restaurante del hotel de Ramos Vicarte como a salto de mata.

Tení­a prisa.

Claro, con toda la confianza del mundo llegó al hotel Balajú, consciente y segura de que tal cual lo sugiriera su coordinador de campaña, Fidel Herrera Beltrán, el autor de aquel desayunito.

Y más porque durante su reinado sexenal, un dí­a, pasando por el bulevar en una camioneta blindada, Fidel, acompañado de Ramos Vicarte, detuvo al chofer frente al hotel que apenas y estaba en proceso de construcción, dejado así­ desde el alemanismo.

--¿Para cuándo terminarás el hotel que ya lo quiero ver listo? habrí­a preguntado el góber fogoso y gozoso al exalcalde boqueño.

--En eso, ando, Fidel; pero me falta.

--Bueno, hoy mismo te entregarán once bultos de salmón para que termines, denominando así­, en clave, a una cantidad aproximada de once millones de pesos.

Y, por tanto, y en nombre de aquel episodio generoso de Fidel con Ramos Vicarte, el restaurante del hotel fue puesto a los pies de la señora Gudiño.

Con nadie habló aquella mañana.

Tampoco pasó saludando a uno por uno de mano para dar las gracias.

Tal cual es. Soberbia. Prepotente. Arrogante. Creí­da de que los dioses la parieron.

La fuerza de Fidel Herrera, pues.



3 comentario(s)

MISTICO 01 Jun, 2015 - 00:23
JALAN MAS DOS TETAS QUE DOS CARRETAS

Giannina 01 Jun, 2015 - 00:02
Creída de que los dioses la parieron?... o con tremenda vergüenza porque es una política derrotada y sabe que perderá las elecciones ante Francisco Gutiérrez de Velasco. Y una persona soberbia, prepotente y arrogante, esto... NO LO AGUANTA.

Patronato de Fomento Educativo 31 May, 2015 - 16:42
Ser despreciable y prostituida por la política.

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