A pesar, incluso, del gasto millonario, con cargo al erario, para las campañas de los candidatos como también para promover el voto que inunda los medios de comunicación.

Nadie, claro, habrá de culpar al prirruris Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, INE, por su ofensa y groserí­as a los indí­genas, por más y más que Rigoberta Menchu, premio Nobel de la Paz, se haya prestado a su jueguito de desagravio.

Tampoco, quizá, acaso, habrí­a de culparse a los partidos polí­ticos y candidatos que intercambian ofensas entre sí­.

Ni menos, mucho menos, a las promesas ridí­culas de los candidatos al Congreso de la Unión que ofrecen hasta creación de empleos y calidad educativa y de salud y seguridad, tareas que simplemente jamás cumplirán, porque su rollo es legislativo, y aun cuando también de gestorí­a social, jamás lo observan.

Habrá abstencionismo, porque cada ciudadano, cada familia, están desencantados del paí­s desigual e injusto que vivimos y padecemos, donde en cada proceso electoral se ofrecen las perlas de la virgen para que años después todo siga igual, quizá peor, porque el crecimiento económico y el desarrollo social se han estrangulado.

Y lo peor: cada vez aparecen polí­ticos nuevos ricos y cada vez los pobres están más jodidos.

Y más tratándose de la fama pública de los diputados federales y también los locales y de igual manera los senadores, la mayorí­a levanta/dedos para quedar bien con el presidente de la república en turno.

Por eso seis de cada diez ciudadanos con credencial de elector se abstendrán de asistir a las urnas el próximo 7 de junio.

Ni los partidos ni los candidatos han convencido.

Y, bueno, si de entrada, sólo el 40 por ciento de electores elegirán a los legisladores, entonces, que menosprecio para cada futuro conscripto de la patria en el Congreso federal.

La minorí­a ciudadana los habrá elegido.

Vamos para abajo.

¡Vaya desarrollo democrático!

DERROCHE Y DISPENDIO PRIISTA

Lo peor es lo siguiente: el gasto excesivo que muchos candidatos, sobre todo del PRI y el PVEM, han efectuado en su campaña, aun cuando el tope del INE fue de un millón 260 mil con 30 centavos.

Bastarí­a mirar alrededor, por ejemplo, el dispendio y el derroche de Érick Lagos Hernández, aspirante a la curul federal por el distrito de Acayucan, y de Jorge Carvallo Delfí­n, por el distrito de Los Tuxtlas.

Y el derroche de Carolina Gudiño Corro en el distrito de Boca del Rí­o y de Ana Guadalupe Ingram Vallines por el distrito jarocho.

Incluso, hay quienes osados y temerarios aseguran que Édgar Spinoso Carrera, candidato del PVEM por Martí­nez de la Torre, tiene desde hace ratito un gasto mensual de Las elites polí­ticas han convertido a los partidos en un botí­n de guerra; por eso sólo cuatro de cada diez ciudadanos votarán el 7 de junio 8 millones de pesos en la compra de lealtades desde lí­deres sociales hasta dirigentes campesinos y jefes de seccionales.

Es decir, y si así­ fuera y es como los hechos lo manifiestan, ¡qué caro está saliendo a Veracruz el escaño federal!

Estamos igual que en el siglo pasado y en el anterior cuando los votos se compraban con tal de descarrilar al candidato y partido polí­tico adversario.

Todo, para que sólo cuatro de cada diez electores hayan expresado al momento, nueve dí­as antes de los comicios, su voluntad de sufragar.

Peor serí­a, claro, si México fuera Venezuela, por ejemplo, donde hay 50 partidos polí­ticos, aun cuando la quimera electoral serí­a Estados Unidos con solo un par de partidos.

NACIDOS PARA PERDER

Muchos partidos (y candidatos) son nacidos para perder, aun cuando cobran las prerrogativas.

Por ejemplo, el PT, Panal, Partido Encuentro Social, Partido Humanista, Movimiento Ciudadano y hasta el PRD, que de hecho y derecho está descarrilado.

MORENA apenas empieza su vida electoral.

Pero, bueno, si la vida es tan simple (de izquierda y derecha, quizá centro), con tres partidos polí­ticos tal cual serí­an suficientes para el espectro electoral en el paí­s.

No obstante, en el INE hay solicitudes para más partidos, mientras en Veracruz también cantan bien las rancheras, como en el caso del senador Héctor Yunes Landa, quien ha anunciado que su Alianza Generacional se convertirá en un partido local, de igual manera como el AVE del biólogo Alfredo Tress, aquel que traicionó a su amigo y pariente, Dante Delgado Rannauro.

Y es que el ciudadano está harto de que los partidos se han convertido en un botí­n para los jerarcas que los fundaron, como es el caso del PVEM, que inició con el padre y ahora la regalí­a es del hijo, envuelto en tantos ilí­citos, incluso, hasta modelos extranjeros que se caen del piso número 20 de su edificio en Cancún, sin contar que el INE lo ha convertido en el partido más multado.

En fin, resulta inadmisible el derroche y el dispendio electoral para que sólo cuatro de cada diez ciudadanos (40 de cien, 400 de mil) hayan expresado, por ahora, su voluntad de sufragar.

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