Por eso, cuando asegura que la campaña del candidato a gobernador para el año entrante costará mil millones de pesos por arriba y otros mil millones de pesos por abajo, corriendo en las sucias cañerí­as de la polí­tica, le asiste la razón del mundo… Tal cual, entonces, dos mil millones de pesos para el año entrante atrás de la gubernatura de dos años, más otros dos mil millones de pesos en el año 2018, quizá más dada la inflación, significarán 4 mil millones de pesos solo de gasto electoral… Y, bueno, un ramalazo así­ será imposible lo resista la población de la tierra jarocha, pues en todo caso, y tratándose de una elección estatal, el dinero saldrá de la secretarí­a de Finanzas y Planeación en el caso del candidato priista… Más, aparte, claro, el dinero de las campañas de los candidatos de los partidos polí­ticos opositores al tricolor… Por eso en su momento hubo muchas voces contrarias a la iniciativa de ley aprobada en la LXIII Legislatura que reformó la Constitución Polí­tica local para achicar la gubernatura de seis a dos años por un solo periodo, 2016-2018, y que, bueno, habrá de cumplirse pues ha sido promulgada en la Gaceta Oficial del gobierno de Veracruz, a excepción de un revés en la Suprema Corte de Justicia de la Nación… Un gasto innecesario, a todas luces, quizá, acaso, traje a la medida para la elite fidelista, mientras en contraparte la población sufrirá los estragos económicos y sociales, pues de cualquier manera el pago de los dos mil millones de pesos será cargado al gasto social…

BALAUSTRADAS: En su momento, el senador Fernando Yunes Márquez documentó el gasto electoral que significaban un par de campañas de candidatos a gobernador, una el 2016 y otra el 2018… Y, sin embargo, nunca, jamás, fue escuchado en sus razones… Ahora, a toro Con 2 mil millones de pesos (mil por arriba y mil por las cañerí­as sucias de la polí­tica) que costará la candidatura a gobernador el 2016, más otros 2 mil millones la gubernatura de 2018, el contribuyente estará sufragando 4 mil millones de pesos pasado, Dante Delgado se ocupa del asunto, cuando todo indica que por ninguna razón habrá marcha atrás por más que el senador Héctor Yunes Landa cacaree por ahí­ que de última hora pudiera, en tiempo y forma, darse el brinco de dos a cinco años, como de manera original él mismo lo propusiera… Por lo pronto, la secretarí­a de Finanzas y Planeación con su sexto titular, Antonio Gómez Pelegrí­n, el austero director administrativo que fuera de Juan Maldonado Pereda en la SEV y en la secretarí­a General de Gobierno del DF, habrá de prepararse para, en primer lugar, cubrir las prerrogativas electorales de la campaña del año entrante, y segundo, financiar al candidato priista como también suele acostumbrarse en la cultura priista, pues ni modo que el aspirante en turno la absorba de su bolsillo… Pero, además, Pelegrí­n también considerará el gasto de los otros mil millones de pesos que se van por las sucias cañerí­as, todo un lodazal y cochinero, para comprar conciencias y lealtades de todo tipo… Dos mil millones de pesos en total para amarrar la silla sucesoria de Javier Duarte en un Veracruz con 800 mil indí­genas, 650 mil analfabetas de 14 años de edad en adelante, 800 mil seniles, la mayorí­a sin seguridad social, dos millones de campesinos con jornadas laborales de 70 pesos, más las cientos y miles, quizá, de trabajadoras sexuales que venden su cuerpo para llevar el itacate a casa…

ESCALERAS: Por desgracia, el único objetivo de la mini/gubernatura fue evitar que la candidatura cayera en manos de cualquiera de los senadores priistas, Pepe Yunes Zorrilla y/o Héctor Yunes Landa, y todo indica que, bueno, en la casa del jabonero quien no caiga resbala… Y es que si en un principio el favorito oficial era Salvador Manzur, y luego Fernando Chárleston Hernández, y después alguno de los discí­pulos de Fidel Herrera que ninguno levantó… Y por tanto, si de entre los males el menor, antes, mucho antes de que Miguel íngel Yunes Linares entre a palacio de gobierno, ene millón de veces lanzar a Yunes Landa como el candidato local, la única forma que el duartismo siente que pudiera reventar tal posibilidad… Pero, oh paradoja, Dante Delgado está a morir con Héctor para la candidatura, más allá de que ahora enuncie y denuncie que la jornada electoral costará mil millones de pesos por arriba y otros mil mil millones por abajo… Es decir, descarrilar a Yunes Linares como candidato panista significará dos mil millones de pesos, mí­nimo, con la expectativa de entronizar al senador, su primo hermano… Pero, bueno, si tal jugada fuera así­ estarí­a por verse, pues si nadie tiene la vida comprada, tampoco la elección…