complicidad gubernamental”™”™ definió el Comando Norte (La jornada, David Brooks, corresponsal en Nueva York, 13 de mayo, 2015).

El asunto se centra en las fosas clandestinas, que tanto auge han tenido, y por desgracia, en la tierra jarocha, aun cuando, claro, el descubrimiento más terrorí­fico ha sido en el caso de los 43 estudiantes secuestrados y desaparecidos de Ayotzinapa, donde el alcalde de Iguala y su esposa tení­an su propio cartel.

En Veracruz, la alerta está con las fosas clandestinas de la Cuenca del Papaloapan, las más preocupantes dado el número de desaparecidos en la demarcación, en donde fueran sepultados parientes de polí­ticos vigente, desde alcaldes hasta diputados locales y ni se diga de empresarios.

Por eso mismo, incluso, muchas familias han migrado del Papaloapan a otros municipios, estados y al extranjero, pues la lumbre les ha llegado cerca, desde los plagios hasta las extorsiones.

Y más, cuando como respuesta feroz y atroz, la Fiscalí­a General se la pasa rechazando la existencia de fosas, y como en el caso de la fosa en una cantina en Tejerí­a asegurando que, en efecto, sus fuerzas policiacas hallaron un cadáver…pero de un perro.

Ahí­ está el informe del Comando Norte de Estados Unidos como única respuesta.

II

En los dí­as que corren, el descubrimiento de fosas clandestinas, al menos en Veracruz, ha descendido.

Pero como asegura el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, fray Tomás y el activista Rubén Figueroa, Veracruz es el cementerio de migrantes más extenso y largo del paí­s.

Y como reconoce el Fiscal General Luis íngel Bravo Contreras, hay en la tierra jarocha más de mil desaparecidos, de los cuales 144 son menores, y como El Comando Norte de Estados Unidos, Northcom, ha insistido con las fosas clandestinas halladas en México de norte a sur y de este a oeste del paí­s ha transcurrido tanto tiempo, la imaginación es tan desbocada que puede contemplar la posibilidad de que también estén por ahí­ en una fosa clandestina.

Serí­a, por ejemplo, el mismo caso del trí­o de reporteros desaparecidos, a saber los siguientes:

Gabriel Manuel Fonseca, del Diario de Acayucan, el 17 de septiembre, 2011, en Acayucan.

Cecilio Rodrí­guez Domí­nguez, del semanario Proyectos, el 11 de mayo, 2012, en Chinameca.

Y Sergio Landa Rosado, del Diario de Cardel, el 23 de enero, 2013, en Cardel.

III

Otras entidades federativas cantan peor las rancheras en fosas clandestinas que Veracruz.

Las fosas descubiertas en Guerrero, a partir de los ayotzinapos.

Las fosas en Michoacán, con la disputa de los carteles.

Las fosas de los migrantes en Tamaulipas, una ola de terror y miedo iniciada con el asesinato de los 73 migrantes a ras del suelo, con el tiro de gracia.

Las fosas en Ciudad Juárez a partir de un número incalculable de chicas asesinadas y cuya tragedia fuera llevada al cine.

Hacemos votos porque nunca, jamás, en Veracruz, pudieran repetirse tales epopeyas sangrientas, aun cuando nadie está ileso ni blindado.

Y más con el fuego cruzado en íngel R. Cabada y el tiradero de cadáveres en el libramiento de Plan del Rí­o y Soledad de Doblado.

Además, de la cuota de sangre proveniente de los tratantes de personas que, como dice el Fiscal, operan sin que la autoridad brinde resultados, de Costa Esmerada, en Nautla, a Coatzacoalcos, en el sur de la tierra jarocha.

Además, de los feminicidios, donde las mujeres son asesinadas de 50 puñaladas como la última en Cuitláhuac y/o en todo caso son levantadas del bulevar jarocho cuando se ejercitaban y asesinadas y arrojado su cadáver en un lote baldí­o en Boca del Rí­o.

En Veracruz, digamos lo contrario, la muerte y las fosas clandestinas tienen permiso…por más y más 8 columnas de que la autoridad policiaca detuvo a una banda más de asesinos.