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Martes 26 mayo, 2015

Exalcaldes, ví­ctimas de la violencia

•Al menos cuatro expresidentes municipales ejecutados, la mayoría por motivos que nunca se esclarecieron

•Fueron ediles de lugares como Tezonapa, Coscomatepec y Soledad de Doblado, de distintos partidos políticos

•Hombres de familias acaudaladas algunos, otros gente del campo; caso más reciente, Ambrosio Borbonio, de Cuitláhuac

•Investigan a policías municipales por su probable involucramiento; pero la mayoría han quedado en la impunidad

Laura Rojas

  • Arturo Bermúdez. El Veracruz que está dejando/Yerania Rolón

  • Bravo Contreras. El Veracruz que está dejando/Yerania Rolón

Zona Centro.- En las últimas dos décadas han sido asesinados varios expresidentes municipales de la zona centro, en municipios como Tezonapa, Coscomatepec, Soledad de Doblado y recientemente Cuitláhuac; en la mayorí­a de los casos, los crí­menes no han sido esclarecidos. Fueron exediles de distintos partidos polí­ticos, emboscados o secuestrados ultimados.

Antes, los motivos eran más bien polí­ticos, de intereses por el poder, venganzas personales o pasionales; pero hoy las investigaciones apuntan a redes criminales, donde podrí­an estar implicados policí­as municipales. En las lí­neas de investigación que en su momento siguieron las autoridades, aun cuando fueron concluidas las pesquisas, no hubo detenidos, ni se esclarecieron los hechos, no hubo justicia para las ví­ctimas y para sus familias.

Los expresidentes municipales ejecutados lo mismo eran gente del campo, agricultores, que descendientes de familias acaudaladas, como en el caso de Coscomatepec, cuyo exalcalde perredista fue asesinado en el año 2009 y heredó la vocación a su hijo, un joven de unos 30 años que hoy gobierna el municipio.

Muchos de esos funcionarios, acostumbrados a ganar sueldos de entre 20 mil y 70 mil pesos mensuales, dependiendo del municipio, todaví­a ocuparon otros cargos después de sus periodos de gobierno, aunque sea de regidores, y unos más aspiraron a otros puestos de elección popular, por los que ya no lograron contender.

De todos los crí­menes de los exediles, sólo en uno o quizá casos, fueron detenidos los probables responsables, otros sólo como sospechosos; pero del resto nada fue esclarecido, a pesar de las protestas que en su momento llevaron a cabo las familias de las ví­ctimas, quienes lo único que lograron si acaso, fue la remoción de los encargados de procurar justicia.

Hoy agentes investigadores que forman parte de la Fiscalí­a General de Justicia, que están impedidos para dar declaraciones, ni mucho menos avances de los expedientes ya archivados, admiten desde el anonimato que los casos prácticamente se encuentran “empolvados”.

EL PRIMER CRIMEN FUE EN EL 2007, CUANDO ASESINARON AL EXALCALDE DE OMEALCA, ALFREDO CABRERA


El 2 de mayo del año 2007 fue asesinado Alfredo Cabrera Castro, quien fuera alcalde del municipio de Omealca en el trienio 1995-1997 y al momento se ser ultimado se desempeñaba como secretario de Organización de la Asociación Local de Cañeros adheridos a la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR) del ingenio Central Motzorongo, ubicado en la localidad Motzorongo, el municipio de Tezonapa.

El exmuní­cipe fue acribillado un miércoles 2 de mayo, alrededor de las 14:00 horas, cuando, junto con su suegro Martí­n Zepeda Jacobo, viajaba en un Volkswagen sedán, blanco, modelo atrasado. Cuando llegó a uno de los topes de la calle 12, a la altura de la avenida Esfuerzo Obrero, en Motzorongo, fueron sorprendidos por un grupo de sicarios que ya los esperaban y dispararon en varias ocasiones, con pistolas al parecer calibre 0.9 milí­metros, matando al exalcalde y dejando gravemente herido a su suegro, que era quien manejaba.

Alfredo Cabrera recibió cuatro impactos de bala, uno de ellos en el costado derecho, otro en el brazo del mismo lado y dos más en la cabeza, a la altura de la sien y el mentón, lado derecho.

El suegro recibió solamente un impacto que le destrozó la mandí­bula derecha, afectándole el cerebro; pero aun así­ fue rescatado llevado al hospital general de Rí­o Blanco, donde falleció cuatro horas más tarde.

Ese dí­a, en lugar de los hechos llegaron varios elementos de la Policí­a Ministerial, coordinados por el entonces subprocurador de Justicia de la zona centro, Miguel Mina Rodrí­guez, quienes trataron de entrevistar a los posibles testigos; pero nadie se atrevió a dar detalles de lo sucedido, incluso se argumentó que habí­an sido dos sicarios quienes cometieron el atentado y otra versión que solamente uno, que escapó caminando tranquilamente entre la muchedumbre de estudiantes que se dirigí­an a sus casas luego del horario escolar.

Oficialmente las autoridades negaron cualquier información; pero trascendió que el o los homicidas todaví­a se cercioraron de que Alfredo Cabrera estuviera muerto, antes de huir del lugar.

El doble crimen motivó la renuncia del coordinador de la Policí­a Ministerial de la zona centro del estado, Normando Bustos Bertheua, quien fuera sustituido por Milton Martí­nez Fuentes, quien se desempeñaba en el Departamento de Mandamientos Judiciales del Grupo Especial Antisecuestros.

Normando Bustos sólo manifestó públicamente que se dedicarí­a a la docencia en el futuro inmediato, en el colegio de Postgraduados, donde además hizo su doctorado en Derecho Penal.

Crí­menes similares habí­an ocurrido por esos años en la región del extinto pistolero Toribio Gargallo Peralta, que tuviera incluso un pozo artesiano con decenas de cadáveres en la época de los 90's, dejando una leyenda negra de la zona de Tezonapa, donde en el año 2003 muriera en forma similar el dirigente de los cañeros de la CNPR, Filogonio Orellán Enrí­quez, y donde nadie atestiguó nada, a pesar de que el crimen ocurrió en el comedor del ingenio, y quedando el caso en la impunidad, como el de Inocencio Romero, candidato a alcalde en 1988, por el Frente Democrático Nacional ”“hoy PRD”“ quien fuera asesinado en la puerta de su casa, el 10 de octubre de ése año.

Horas después del homicidio, fue detenido uno de los presuntos responsables, Adolfo Orduña Cortés, mejor conocido como “El Plateado”; pero curiosamente, murió de un infarto sin que pudiera declarar quién le pagó para matar al también delegado especial de la Confederación Nacional de Productores de Caña, quien al momento de la balacera vestí­a ”“como Emiliano Zapata- huaraches, pantalón azul marino, camisola y un paliacate color rojo al cuello. Se ventiló que al plateado lo habí­an agarrado a madrazos los policí­as ministeriales; pero que no aguantó los golpes y se les murió.

En aquella ocasión, se dijo que el móvil pudieron haber sido conflictos cañeros que se gestaban al interior del ingenio Central Motzorongo, a partir del arribo de la nueva dirigencia.

La Policí­a Ministerial sostuvo la tesis de que al expresidente municipal lo asesinaron por lo menos dos personas, pues las balas disparadas contra él y su suegro fueron, al parecer, de diferentes armas. Además, en ese entonces el Ministerio Público, a cargo de Elizabeth Morales, le dio carpetazo al asunto una vez que fue detenido “El Plateado”, reconocido sicario, avecindado en Paraje Nuevo, municipio de Amatlán de los Reyes, y quien perteneciera alguna vez a la banda de Toribio Gargallo.

Adolfo Orduña era un hombre que mató a mucha gente por instrucciones de Gargallo y ya por esas fechas estaba a las órdenes de Natividad Velázquez Cadeza, exdirigente cañero cenecista del ingenio Motzorongo, y hoy prominente cañero de la zona de Paso Real, en el municipio de Omealca.

Años antes, Alfredo Cabrera Castro fue detenido y purgó una sentencia en el expenal de “Ignacio Allende” del puerto de Veracruz, por el delito de posesión de arma de fuego y, presuntos ilí­citos contra la salud; asimismo se sabí­a que no era grato para los dirigentes de la CNPR en la región, ya que se oponí­a a muchos temas emanados de la dirigencia.

EN 2009 FUE “LEVANTADO” Y EJECUTADO IGNACIO íLVAREZ, EN COSCOMATEPEC

A la entrada del municipio de Coscomatepec, sobre la carretera federal Fortí­n-Huatusco, se encuentra la entrada del camino a la localidad Tetlaxco, donde el 24 de enero del 2009, en el interior de su camioneta, fue ejecutado el exalcalde perredista Ignacio ílvarez Vargas.

Dos balazos le traspasaron el cráneo al exalcalde de este municipio, después de que fuera "levantado" por dos hombres que lo interceptaron en su negocio de carpinterí­a, frente a uno de sus empleados, para subirlo a su camioneta Grand Cherokee y en la que enfilaron rumbo a la sierra.

El trabajador que atestiguó los hechos fue maniatado y también amenazado de muerte en caso de oponer resistencia, pues fue golpeado con una pistola.

Ignacio ílvarez Vargas, quien tení­a 52 años, fue presidente municipal en el periodo 2005-2007, por el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Ese dí­a, acudió a un cajero automático ubicado en el Palacio Municipal, donde retiró dinero en efectivo y posteriormente se dirigió a su negocio de carpinterí­a y taller automotriz, ubicado en la carretera federal a Huatusco y avenida Independencia de este lugar, frente al telebachillerato.

El exmandatario municipal, al momento de ser ejecutado era coordinador regional de Protección Civil de la zona de Huatusco y las montañas.

Cerca de las 10 y media de la mañana llegó a su negocio, donde se encontró con su empleado, el carpintero Macario Vázquez Castillo, para darle las indicaciones de trabajo que deberí­a realizar durante el dí­a.

En esos momentos patrón y trabajador fueron sorprendidos por dos hombres de estatura alta, uno de tez blanca y otro morena, quienes sacando pistolas obligaron a las ví­ctimas a quedarse callados, para no pedir auxilio.

Los sicarios, que tení­an aparentemente todo planeado, se dirigieron con el carpintero Macario Vázquez, de 42 años, lo sometieron a golpes y lo maniataron para después ir contra el exalcalde Ignacio ílvarez, a quien también lo maniataron y posteriormente por la fuerza lo subieron en los asientos traseros de su camioneta Grand Cherokee, color verde, con placas de circulación YDJ-5834, y se fueron rumbo a la congregación Tetlaxco, sin que elementos policiacos se dieran cuenta de la dirección que habí­an tomado.

Minutos después, el carpintero logró desatarse y solicitó el auxilio de elementos de la Policí­a Municipal y dio a conocer que dos hombres habí­an secuestrado a su patrón. A pesar, se desataron operativos de la Policí­a Federal de Caminos, la Policí­a Ministerial y Seguridad Pública, quienes instalaron cercos carreteros; pero en cuestión de unas horas, encontraron la camioneta abandonada, con el exalcalde ejecutado.

Alrededor de las 13:55 horas del mismo dí­a, en el camino de terracerí­a a la congregación Tetlaxco, policí­as municipales hallaron la camioneta del exalcalde, abandonada entre matorrales y pegada al cerro.

En el interior estaba el cuerpo de Ignacio ílvarez, con dos balazos en la cabeza. La ví­ctima estaba sentada, con las manos atadas hacia la espalda y reclinada su cabeza hacia adelante, cubierta con una almohada.

El entonces Procurador de Justicia del Estado, Salvador Mikel Rivera, informó sobre el desarrollo de las investigaciones; pero nada de avances para esclarecer el homicidio. Posteriormente, se conoció del aseguramiento de un automóvil con placas del estado de Puebla, que habí­a sido abandonado por los sicarios, e incluso se manejó la versión de que el crimen habí­a sido por lí­os pasionales, debido a que el extinto alcalde mantení­a una relación con una persona de aquel estado.

LLEGA AL PODER SU HIJO

Cuatro años después del crimen del exalcalde Ignacio ílvarez, su hijo Ignacio Manuel ílvarez Sánchez llegó a ocupar la presidencia municipal, por el partido Movimiento Ciudadano.

El 1 de enero de 2014, Ignacio ílvarez Jr. tomó protesta como alcalde ante más de mil personas que se conglomeraron en el centro histórico de Coscomatepec.

En el "Salón Nicolás Bravo" abarrotado, así­ como parte de la avenida principal donde se desplegaron carpas y una pantalla gigante para los asistentes que no pudieron entrar al salón, estuvieron exalcaldes, lí­deres sindicales y de asociaciones civiles, quienes reconocieron y respaldaron al nuevo alcalde.

En representación del poder ejecutivo, el Procurador Estatal de Protección al Medio Ambiente, Dalos Ulises Rodrí­guez Vargas, llegó a tomarle protesta a Ignacio Manuel ílvarez Sánchez.

GAFFET ROMERO, EXPRESIDENTE MUNICIPAL DE TEZONAPA, TAMBIÉN FUE EMBOSCADO

El 9 de septiembre del 2009, fue asesinado el exalcalde y posteriormente también regidor del municipio de Tezonapa, Gaffet Romero Mendoza, fue asesinado de un balazo, cuando conducí­a su vehí­culo por la carretera Omealca-Tezonapa.

Personal de la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), elementos de la Secretarí­a de Seguridad Pública y policí­as municipales de la zona serrana realizaron un operativo, que de nada sirvió para dar con los homicidas, y aunque la agencia del Ministerio Público abrió una investigación, los responsables nunca fueron capturados.

Romero Mendoza era lí­der del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la zona serrana del centro del estado, y ocupó la alcaldí­a de Tezonapa, luego de que fuera asesinado el candidato original, su padre, Inocencio Romero Juárez, el 10 de septiembre de 1988.

La izquierda veracruzana estuvo de luto, tras la muerte del primer alcalde de Tezonapa, emanado de las filas del partido del Sol Azteca.

Versiones de los hechos indicaban que Romero Mendoza habí­a sido “levantado” por sujetos que viajaban en una camioneta tipo Cherokee, blanca.

El perredista fue ultimado de un disparo desde una camioneta en movimiento mientras conducí­a su camioneta Chevrolet-Tracker, con placas LRB-8933, en la carretera estatal Omealca-Tezonapa, en el tramo comprendido entre Rancho Nuevo y Presidio. Al momento del ataque iba acompañado de su esposa, la profesora Magdalena Hernández y una hermana de ésta.

Los hechos ocurrieron cerca de las tres y media de la tarde, a unos doscientos metros antes de la desviación de la localidad Presidio, cuando el polí­tico perredista regresaba de Córdoba hacia Tezonapa, luego de haber llevado a su cuñada al Hospital General “Córdoba”.

Según lo narrado por su esposa Magdalena Hernández, Gaffet Romero conducí­a a velocidad moderada, cuando de pronto una camioneta blanca se le cerró obligándolo a bajar la velocidad y replegarse al lado del camino. Al momento de reducir la velocidad desde la ventanilla de la camioneta blanca le disparan a Gaffet.

Luego del ataque los asesinos imprimieron velocidad, dejando en el pavimento las marcas de las llantas, mientras la ví­ctima les dijo a sus familiares “ya me dieron” y se colocó la mano en el pecho.

Magdalena le pidió que se pasara al asiento del copiloto para que ella lo trasladara a un hospital; pero él dijo que no podí­a moverse y sus últimas palabras fueron para despedirse: “hasta aquí­ llegu锝, balbuceó. Ella intentó reanimarlo; pero expiró mientras intentaban pedir ayuda por teléfono, ya que para mala suerte, en ese lugar no habí­a, y hasta la fecha no hay, cobertura de servicio telefónico.

Magdalena Hernández, mencionó que no pudieron ver el rostro ni las caracterí­sticas del asesino.

Al momento de su muerte Gaffet tení­a 42 años, y a los 21 se habí­a convertido en el alcalde más joven del municipio de Tezonapa y el primero de oposición en el trienio 1988-1991, al haber asumido la candidatura luego de que su padre Inocencio Romero Juárez también fue asesinado el 10 de septiembre de 1988. Pareciera una jugada del destino al haber sido ultimado un dí­a antes de que se cumplieran los 21 años del asesinato de su padre.

Romero Mendoza dejó en la orfandad a dos hijas de 15 y 13 años. En el cuatrienio del 2000-2004, fue regidor de la comuna que presidió Juan de Dios Escobar Valdivia, y posteriormente se integró a una cartera del comité estatal del PRD veracruzano.

Al momento de su muerte fungí­a como asesor del regidor perredista, Simitrio Rosales Olmos y participaba en la formación de un Consejo Ciudadano a favor de la ecologí­a.

Cuando Gaffete llegó al gobierno municipal, se codeó con los máximos lí­deres de izquierda como Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y posteriormente entró en contacto con Andrés Manuel López Obrador.

Ningún militante contrario a Gaffet Romero logró despojarlo del control del partido, para bien o para mal, fue el polí­tico más prominente del PRD, sólo la tragedia lo vino a destituir.

Algo por lo que siempre luchó este funcionario, fue el saneamiento del arroyo “Barranca Seca”, ubicado a la entrada de la cabecera municipal. Cuando fue regidor y los reporteros lo entrevistaban sobre ese tema, siempre se mofaba diciendo que ese rí­o era llamado el rí­o Nilo, y luego con sarcasmo decí­a “es el rí­o ni-lo huelan”.

Familiares y vecinos de Gaffet Romero, llorando, le gritaron en la cara del agente del Ministerio Público de Omealca, Alejandro Sandoval Uribe, “¡es otro asesinato polí­tico, son las mismas manos criminales que mataron a su padre, Inocencio Romero Juárez, hace 21 años!”.

En esa ocasión, Sandoval Uribe intentó llevarse el cuerpo a Omealca para la necropsia; pero los familiares y vecinos se negaron, exigiendo que ésta se realizara en Tezonapa.

Desde que salió de la preparatoria, el único oficio de Gaffete fue el de hacer polí­tica y dentro de las filas de oposición, aunque también tuvo amigos y aliados del PRI como el exdiputado y exalcalde de Omealca, Pedro Montalvo Gómez, y el exalcalde del PRI en Tezonapa, Norberto Echevarrí­a Ortiz.

El enojo de los familiares y vecinos era porque que ese 10 de septiembre se cumplí­an 21 años del asesinato de Inocencio Romero Juárez, padre de Gaffet cuando era candidato a la presidencia municipal por el entonces Partido Mexicano Socialista (PMS) antecesor del PRD.

Fue un asesinato que nunca fue esclarecido, habí­a dolor, también enojo; pero la imagen más doliente era la de doña Luisa Mendoza, madre de Gaffet Romero. Sobre ella habí­a recaí­do el peso de la tragedia, porque mataron en su presencia a su esposo, una tarde del 10 de septiembre de 1988 y ahora asesinaban a su hijo.

A sabiendas que la polí­tica es un oficio de riesgo, la salud de la madre fue menguando, por ello, los vecinos arremetieron contra las autoridades judiciales reclamando que ningún policí­a siguió la camioneta en la que escaparon los asesinos, hacia Tezonapa.

En aquella ocasión, el también regidor por el PRD, Simitrio Rosales, con quien colaboraba Gaffet Romero Mendoza y les uní­a una estrecha amistad, dijo que no tení­an la menor idea de que Gaffet Romero tuviera algún problema o alguna amenaza.

En 1988 fue la época de mayor peligro para su persona ya que sustituyó a un fuerte grupo polí­tico encabezado por Adán Lozano Meza, sin embargo, el gobernador Fernando Gutiérrez Barrios les brindó un respaldo que continuó con Dante Delgado. Aún así­, la madre y la hermana de Gaffete fueron secuestradas por un grupo armado; pero fueron liberarlas con la intervención del gobierno.

Gaffet Romero colaboraba con el regidor, pero sin protagonismo, tanto que en una reunión con funcionarios de la SEMARNAT, aclaró que no buscaba formar parte del Consejo Ciudadano, que su aportación era desinteresada y práctica, sin confrontación con nadie.

Durante su servicio como regidor en el cuatrienio 2000-2004 Gaffet estudió en el sistema abierto la carrera de abogado, por lo que litigaba esporádicamente, pero su principal actividad y pasión era la polí­tica.

También, llegó a tener fuertes confrontaciones con militantes de su propio partido, debido a que encabezó un grupo polí­tico que mantuvo la hegemoní­a, a la hora de la designación de candidatos a la presidencia municipal, pero en ningún caso se llegó al extremo de la violencia personal.

LA MUERTE DE SU PADRE

Fue un sábado cuando entonces el candidato Inocencio Romero, horas antes de ser asesinado, habí­a realizado una gira electoral por las congregaciones de Tilica, Rancho Nuevo y Almilinga, pertenecientes al municipio de Tezonapa.

Su muerte causó consternación pues incluso al municipio de Tezonapa acudieron investigadores especiales de Xalapa, junto con el director de la Policí­a Judicial, al grado de ingresar a la zona serrana más de 100 elementos de la delegación de Seguridad Pública del Estado (DGSPE), con el propósito de capturar al homicida que supuestamente fue apoyado por dos hombres, que lo esperaron en un coche, para escapar.

Se conoció que dí­as antes de que fuera asesinado el candidato a la presidencia de Tezonapa, Inocencio Romero ya habí­a sido amenazado de muerte, sin embargo hizo caso omiso y no denunció ante el Ministerio Público pese a que sus familiares le aconsejaron hacerlo.

Al recordar la muerte de Inocencio Romero, se conoció que la noche en que lo asesinaron se confió demasiado pues el sujeto que le disparó en seis ocasiones y le asestó cuatro balazos, se le acercó con el pretexto de entregarle un folder con documentos, para pedirle a ayuda para el pueblo.

Fernando Gutiérrez Barrios, entonces gobernador del estado giró instrucciones para las investigaciones correspondientes, sin embargo nada se supo del criminal y sus cómplices, como también ocurrió con el asesinato de su hijo.

El 22 de septiembre del 2009, elementos de la Secretarí­a de Seguridad Pública con base en Fortí­n, capturaron a Alejandro Serrano Rodrí­guez, alias “El Cleto”, de 45 años y con domicilio en Omealca, a quien se le decomisó una pistola escuadra calibre 38 súper.

El sujeto, enfrentaba una orden de aprehensión por homicidio en agravio de Eudocio Sierra Fierro, y también se le relacionó con el asesinato del exalcalde Gaffete Romero Mendoza.

UN CRIMEN MíS FUE EN SOLEDAD DE DOBLADO

El 22 de febrero del año 2013, el exalcalde panista del municipio de Soledad de Doblado, Enrique Marí­n Lara, fue asesinado a balazos, mientras salí­a de su domicilio con la intención de trasladarse a una bodega de agroquí­micos, ubicada en la comunidad Las Pintas.

El también exaspirante panista a la diputación local por el municipio de La Antigua, Enrique Marí­n Lara, quedó muerto en el interior de su camioneta, a la altura de las ví­as del tren.

En el periodo 2004-2008, Marí­n Lara, gobernó Soledad de Doblado, tierra natal de renombrados polí­ticos como Miguel íngel Yunes Linares.

Ese dí­a, el Partido Acción Nacional (PAN) condenó el atentado y exigió a las autoridades el esclarecimiento del homicidio y castigo para los responsables. “En nombre de la militancia y amigos del blanquiazul exigimos una investigación a fondo para que este horrendo crimen no quede sin castigo, como sucede lamentablemente con muchos otros casos de esta í­ndole en nuestro estado”, estableció la dirigencia estatal del partido.

En un comunicado, destacó que Enrique Martí­n Lara era un lí­der comunitario y ejemplar militante del partido, quien aspiraba a ser candidato a la alcaldí­a de Soledad de Doblado, por la alianza formada entre el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), con miras a los comicios del 7 de julio de ese mismo año.

El blanquiazul envió un pésame a la familia del exmuní­cipe y afirmó que la muerte de Marí­n Lara poní­a en evidencia la incapacidad del gobierno (estatal) prií­sta de garantizar protección a los veracruzanos de la acción antisocial del crimen.

En tanto, la Procuradurí­a General de Justicia señaló que inició las investigaciones correspondientes y que se aplicó un operativo para buscar a los homicidas. De 2010 a 2013, citó el boletí­n, fueron asesinados dos alcaldes veracruzanos, dos exalcaldes, y otro murió en un aparente suicidio.

EL ÚLTIMO CRIMEN, EL DEL EXALCALDE PANISTA DE CUITLíHUAC

El expresidente municipal Ambrosio Borbonio Anne fue ejecutado a balazos por un grupo armado, la noche del pasado miércoles 20 de mayo, cuando cenaba en un puesto de hamburguesas, en la entrada de la cabecera municipal. A pesar de los operativos policiacos, no hubo detenidos.

Dí­as después, grupos de la Policí­a Ministerial, con apoyo de elementos de la Secretarí­a de Marina y Seguridad Pública del Estado, intervinieron a los policí­as municipales de Cuitláhuac, y los remitieron a la Fiscalí­a Regional en Córdoba, al sospecharse que tuvieran relación con el crimen.

El exmuní­cipe, de 42 años, quien era conocido como “El Vocho” fue alcalde en la administración anterior y actualmente era conductor del programa de televisión “Vámonos en Vocho”, en el canal de televisión por cable “Canal 56”, donde según versiones, habrí­a abordado el tema de un secuestro en la zona.

“El Vocho” fue ejecutado cerca de las 23:20 horas del pasado miércoles, cuando se encontraba cenando en un puesto de hamburguesas, en compañí­a de su madre, en la entrada de la cabecera municipal, frente al hospital del IMSS y cerca de la nueva estatua de Cuitláhuac, construida durante su gestión como alcalde.

Por el lugar pasó un vehí­culo, aparentemente un automóvil color gris, donde viajaban varios sujetos armados, quienes le dispararon en al menos nueve ocasiones, hiriéndolo en la cabeza y el tórax, por lo que al momento el exalcalde cayó de espaldas y ahí­ murió, mientras los criminales huyeron hacia la carretera federal Córdoba-Veracruz.

Varias personas que vieron lo ocurrido pidieron auxilio al número de emergencias 066 y a la Policí­a Municipal, por lo que al lugar llegaron primero elementos de esa corporación y Protección Civil, quienes confirmaron la muerte del Borbonio Anne.
Minutos después, se presentaron policí­as del Mando Único, Seguridad Pública y Policí­a Ministerial, quienes acordonaron la zona y desplegaron operativos que de nada sirvieron para capturar a los responsables.

Personal de la Fiscalí­a Regional con base en Córdoba, junto con peritos criminalistas de los Servicios Periciales, llegaron para realizar las inspecciones oculares y retirar el cuerpo, el cual fue enviado al anfiteatro de Córdoba, iniciando una carpeta de investigación para el esclarecimiento del asunto. Por la importancia del caso, la Fiscalí­a Regional base Cuitláhuac, no tomó conocimiento del crimen.

Dí­as antes a la ejecución, Cuitláhuac habí­a centro de atención, primero, cuando el director de Seguridad Pública Municipal, Martí­n Rosales Ordaz, junto con dos elementos más, fue detenido y acusado de secuestro, por policí­as municipales de Santa Ana Chiautempan, en Tlaxcala.

Presuntamente los elementos policiacos habí­an acudido a rescatar a una menor de edad, a la que se habí­a llevado su pareja, pero como no llevaban con oficio de comisión, quedaron presos y se les decomisaron una patrulla y las armas que llevaban.

Posteriormente, autoridades ministeriales decomisaron en Cuitláhuac un lote de automóviles de dudosa procedencia, en una propiedad que resultó ser del presidente municipal, el también panista René Saldaña Urueta.

El aseguramiento se dio luego de presuntas llamadas anónimas, en las que se denunciaba la presencia de vehí­culos sospechosos, los cuales supuestamente eran utilizados por el exdirector de Seguridad Pública Municipal, Martí­n Rosales Ordaz, para detener personas y trasladarlas a una casa de seguridad que también fue incautada.


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