Cada semana empujaba la carreta con su hebdomadario. Él mismo lo distribuí­a. Salí­a a la calle con un montón de ejemplares y lo promoví­a en venta.

El fallecimiento de Palestra tiene las mismas razones que otros medios de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.

Quedó sin oxí­geno.

Los acuerdos de publicidad polí­tica fueron suspendidos. Y los argumentos son varios: desde que el petróleo se abarató en el mercado internacional hasta el desastre financiero, económico y administrativo en la Secretarí­a de Finanzas y Planeación y los alcaldes de la región.

Adiós, pues, a una época en Los Tuxtlas. La austeridad oficial está rozando a una parte de la prensa escrita, hablada y digital.

LUNES
Se ponen más baratos

Muchos periódicos digitales en la tierra jarocha están cerrando la puerta de igual manera. En sus casos, también la llave oficial fue cerrada. Otros, en cambio, luchan por sobrevivir.

Por ejemplo:

Hay unos portales de noticias (a los que tanto odia el Fiscal General de nueve años porque son culpables de la violencia, según dice el pobrecito) que están apostando a nuevas reglas, entre ellas, abaratar los llamados convenios mensuales con los alcaldes, digamos.

Tal cual, antes, mucho antes de la austeridad republicana en el gobierno de Veracruz, los acuerdos comerciales con los presidentes municipales eran de hasta 30, 40 mil pesos mensuales.

Ahora, muchos los han reducido hasta en 5 mil pesos.

Pero, además, en la inteligencia de que el pago se va colgando hasta tres, cuatro, cinco meses después.

Y en unos casos, los alcaldes suspenden por completo la iguala, y sobreviene la muerte por asfixia.

Peor tantito: hay muchos medios incapaces de sostener su plantilla laboral, no obstante que, por ejemplo, y como sucede en Los Tuxtlas, sólo para citar una referencia ilustrada, el sueldo de un reportero es de mil pesos mensuales, en tanto los noticieros radiofónicos pagan entre 20 y 25 pesos la nota transmitida al aire.

MARTES
Sangre, sudor y lágrimas

Unos medios de plano están estrangulados en su economí­a.

Y los estragos son, entre otros, los siguientes:

Cada vez ediciones más flaquitas, como si circularan en Biafra, con los niños exhibiendo los huesos a flor de piel.

Secciones periodí­sticas que han desaparecido.

Corresponsalí­as cerradas.

Pago atrasado de dos, tres, cuatro, cinco quincenas, al grado de que en unos casos el gremio reporteril ha terminado en una huelga de brazos caí­dos.

Reajuste de personal periodí­stico y secretarial.

Un desplome en el tiraje diario.

También una caí­da en la publicidad comercial.

Oficinas achicadas en los medios, todos amontonados en un local, con el único objetivo de ahorrar el pago de energí­a eléctrica.

El aire acondicionado apagado el mayor número posible de tiempo.

Todo el edificio periodí­stico sin el servicio de energí­a eléctrica en el mayor número posible de horas nocturnas.

Y, bueno, bastarí­a referir la última declaración del gobernador del Banco de México, Agustí­n Cartens: el crecimiento en México se ha reducido otra vez en un 2 y/o 3 por ciento.

La caí­da del precio internacional del petróleo fue la punta del iceberg.

Lo dijo Winston Churchill en la II guerra mundial:

Sólo puedo ofrecer sangre, sudor y lágrimas.

MIÉRCOLES
Redes sociales se fortalecen

Una parte de los medios están mirando a los portales digitales que consideran el boom del presente y del futuro.

En el caso de Veracruz, se amaciza como una posibilidad inmediata.

Y más, cuando, por ejemplo, en la Cuenca del Papaloapan cada vez los medios impresos tienden a desaparecer, en tanto los portales de noticias se achican, quedándose con el personal básico.

Y, bueno, si un medio impreso camina al medio digital, será, en automático, más fuerte y estará mejor facultado para un periodismo de calidad y excelencia.

En contraparte, habrí­a de mirar la otra realidad: cada vez las llamadas redes sociales están destronando, incluso, a los mismos portales, pues les ganan tanto en la inmediatez de la noticia como en la frescura.

Incluso, la navegada tan acelerada en el espacio cibernético logra que el mensaje se multiplica con más intensidad.

Y es que atrás de las redes sociales está el activismo social, lo que algunos teóricos de la comunicación llaman el periodismo ciudadano, una persona a quien por suerte le corresponde presenciar un hecho, en automático lo trepa en su Twitter y/o Facebook y/o en mensaje whatsapp y en un dos por tres camina en años luz. .

Un dato explicarí­a el hecho: la Junta Académica de la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana, FACICO-UV, aprobó el doctorado honoris causa al periodista Jacobo Zabludovsky y las redes sociales tumbaron el acuerdo.

JUEVES
Desempleo periodí­stico

Otros medios también han desaparecido y están por…, pues la austeridad institucional está pegando duro.

Por ejemplo, el semanario Éxodo de la Cuenca y La Voz de Tierra Blanca.

Esta semana, el jefe de Información fue despedido en la inteligencia de que el telón será bajado, como en el teatro.

Así­, el desempleo en los medios se está disparando, y, bueno, de algo han de llevar el itacate a casa porque ni modo de cruzarse de brazos esperando que los niños lloren porque las tripas les chillan.

Y más porque en la mayorí­a de los medios de información de Veracruz los trabajadores chambean sin las prestaciones sociales, económicas y médicas garantizadas por la Ley Federal del Trabajo.

Es decir, sin Seguro Social ni INFONAVIT, y sin el legí­timo derecho a la antigí¼edad, ni tampoco, de paso, al reparto de utilidades y con frecuencia, ni el aguinaldo.

Dí­as, meses, años quizá, rí­spidos y tortuosos para los trabajadores de la información.

VIERNES
Empleados jodidos, patrones opulentos

Los más afectados con los vientos desfavorables en el medio periodí­stico son los trabajadores de la información, desde reporteros, fotógrafos, camarógrafos y editores hasta publicistas, talleres, circulación y secretarias.

Toda la vida con salarios miserables bajo la fórmula matemática: empleados jodidos y patrones en la opulencia.

Y es que ante el recorte oficial, el patrón reduce espacios y hasta cierra periódicos; pero sigue con otros medios, pues para eso tiene un montón de hijos, todos desnutridos, y al mismo tiempo, como las vacas produciendo leche, aunque sea con baja rentabilidad.

Y mientras, el diarista se va a la calle y, lo peor, sin liquidación, pues, ni hablar, la empresa está en crisis, quebrada, arruinada.

Incluso, hay un tabulador de la Comisión Nacional de Salarios Mí­nimos estableciendo un salario mí­nimo básico para el gremio reporteril, pero ningún patrón lo respeta.

Por ejemplo, el colmo de la explotación porfirista: los noticieros radiofónicos pagan al reportero de 20 a 25 pesos por nota transmitida al aire, aun cuando haya llegado a la sala de redacción con más textos reporteados en el frente de batalla.

Por eso, en el medio periodí­stico hay colegas que dan gracias a Dios una y otra vez porque ninguno de los hijos heredó la vocación reporteril.

Una historia que se reproduce como maldición histórica…