Tiempo del menosprecio
Nunca la vida pública del gabinete legal del gobierno de Veracruz ha estado ligado a una gran causa social alrededor de los más desprotegidos, los indígenas y campesinos, las mujeres y los seniles, por ejemplo.
En la biografía política de Gerardo Buganza predomina el hedonismo por el poder político. Ascender cada vez más en la escalera política. Y cuando fue dejado fuera del paraíso, su paraíso, renunció al partido de toda su vida
Luis Velázquez
para mudar a otro, digamos, coqueteando con el PRI.
Marlon Ramírez, el subsecretario de Gobierno, ha girado siempre en medio de las elites del poder priista. Tratando de moverse en las alturas. Chambeando para filtrarse en el más alto nivel, digamos, como un trapecista del poder, pero sin nunca, jamás, mirar el mundo alrededor. Los jodidos. Los precarios. Los desheredados de la fortuna les llamaba Albert Camus. Los olvidados de Dios les puso Luis Buñuel.
Érik Porres Blesa, el fino y exquisito secretario de Desarrollo Económico, aterrizó en Veracruz luego de caminar como secretario particular del líder nacional del PAN, Manuel Espino, a quien, incluso, le abrió la puerta en el fideduartismo.
Pero de ahí a que tenga, sienta, viva una inclinación natural por los desprotegidos, ni siquiera, vaya, cuatro años y casi cinco meses después, conoce las regiones indígenas de Veracruz, desde Huayacocotla y Chicontepec hasta Soteapan y el Valle de Uxpanapa.
Menos, mucho menos, el otro fino y exquisito, narcisista y mesiánico, secretario de Infraestructura y Obra Pública, Tomás Ruiz González, quien suele caminar en la vida como si fuera parido por los dioses, creído de que hace un favor al mundo con existir.
Nunca, pues, un gesto de vocación social por los jodidos que en el caso de la tierra jarocha de 8 millones de habitantes suman unos seis, quizá siete, de los cuales, 800 mil son indígenas, 2 millones campesinos, 800 mil seniles la mayoría de los cuales sin seguridad social, y 650 mil analfabetas, de 14 años de edad en adelante.
EL PODER POR EL PODER MISMO
Toda la vida, la secretaria de Protección Civil, la hectorizada Yolanda Gutiérrez ha caminado en el pavimento. Peor tantito, en los espacios por donde ha pasado solo dejó la huella de la duda y la sospecha en la tarea pública, desde la CMAS hasta el SAS.
Nunca, jamás, el dolor humano, la Nada, absolutamente nada pueden seguir esperando los pobres del gabinete duartista si es que partimos de su biografía pública desgracia laboral, la precariedad como núcleo de su vida pública. Bueno, quizá ahora entregando sarapes y cobertores a los jodidos en las regiones frías; pero al mismo tiempo, tomándose la foto con una sonrisa de sandía para publicarse en el periódico.
Pero que los desprotegidos sean el eje rector como por ejemplo, lo fue con Bartolomé de las Casas y Samuel Ruiz, ni por error, vaya. Ni por accidente.
Es el mismo caso del contralor por segunda ocasión del gobierno de Veracruz. Ricardo García Guzmán, el cacique huasteco. Al contrario, su biografía política habla: todo para él, todo para su familia. Los cargos públicos. Los bienes generados a partir del puesto oficial. Los privilegios y canonjías.
Tal cual el caso de Arturo Bermúdez Zurita. El poder por el poder mismo y, bueno, según su currículo, el poder para mudar a magnate. Una cadena hotelera. Un rancho.
Negocios adicionales al cobijo de la secretaría de Seguridad Pública. Con Miguel Alemán, al lado del hombre fuerte de SEFIPLAN. Con Fidel Herrera, en el C-4, centro de espionaje. Con Duarte, en la SSP. El policía ineficiente e ineficaz para garantizar la vida humana. Al servicio del jefe máximo.
ALLí CADA POBRE CON SU JODIDEZ
Horroroso el caso de Gabriel Deantes Ramos. De vendedor de teléfonos celulares en el malecón de Tampico a dueño de un par de mansiones en el fraccionamiento Las Animas de Xalapa, y a una plaza comercial y a un edificio de cuatro plantas. Todo, en menos de un sexenio. Por tanto, su vida para coleccionar bienes y olvidar, digamos, su pasado adverso.
Pero, claro, solo de su familia. Sólo de él mismo. Los pobres, los otros, allá ellos cada uno con su jodidez. El, ungido ahora como secretario de Trabajo y Previsión Social, ha demostrado que con trabajo honesto, también se puede, como decía Marcelo Montiel en su tiempo de primer titular de la SEDESOL jarocha.
Ramón Ferrari Pardiño nació en pañales de seda tejida por los pescadores del río Jamapa y el Golfo de México y quienes de algún modo eran sus almas, como llamaban a los esclavos en el siglo XIX en la Rusia de Nicolás Gogol.
Pero de ahí a una causa social al lado de los más desprotegidos, ni siquiera, vaya, para rezar una oración en la misa dominical.
Rico, pudiente, desencantado de la vida monástica de un dentista brincó a la política para seguir trepado en la nube. Nunca le ha faltado la chamba. Y siempre en cargos con presupuesto para abrir la cueva a Los bembones, insaciables como los enseñó.
Por eso, desde el punto de vista psicológico, antropológico, social, psiquiátrico y neurológico, nada, absolutamente nada pueden seguir esperando los pobres, los miserables y los jodidos de Veracruz del gabinete duartismo.
Menos ahora, cuando el sexenio de hecho y derecho se ha ido…, con el único rastro de un desastre económico, financiero y social que trascenderá por los siglos de los siglos.
ENTÉRESE RíPIDO
Maestros del SNTE sección 56, al buró de crédito. SEV jineteó salarios, dicen.
El colmo: debe SEFIPLAN $20 millones a músicos.
Otro secuestro más en Veracruz. Ahora, en Jáltipan.
Adeuda SEDARPA de Ramón Ferrari salarios a burócratas del Consejo del Café.
Diputado Francisco Garrido, exconvicto en Nuevo León, se cura en salud: ningún político es intocable, dice.
Confirma tribunal federal electoral rechazo a candidatos independientes en Veracruz.
Crédito a Cosamalopan, Adriana Masss, para alumbrado público.
Arranca diputado Renato Tronco candidatura a gobernador de Veracruz.
Renato Tronco, igual que Alfredo Tress, candidato del fogoso a gubernatura. Luego, seguirá Julio Saldaña.
Francisco Cervantes, nuevo obispo de Orizaba.
Sierra de Zongolica, con pobreza e injusticia, dice Francisco Cervantes, nuevo obispo de Orizaba.
Adolfo Motita, cada vez más calvo; pero más millonario.
De Miguel Alemán a Javier Duarte, Motita con depa de lujo en Boca del Río y mansión en Club de Golf de Xalapa.
Calculan fortuna de Adolfo Mota en 30 millones de pesos... en menos de tres sexenios.