Podrá decirse, según el biógrafo, que en la sucesión del año 2010 la presidenta del DIF, Rosa Margarita Borunda, y su hijo Javier fueron decisivos para las últimas palabras de Fidel Herrera.

El caso es que con todo el prestigio acumulado, si se considera que la polí­tica es un tragadero de hombres, Duarte, huérfano de padre a los 8 años de edad, con una madre que se metió a la panaderí­a para sacar adelante a los hijos, sorprendió al primero y segundo y tercer cí­rculo del poder fidelista y fue el sucesor.

Incluso, y luego de la sorpresa, algunos como, por ejemplo, Juan Alfredo Gándara Andrade, ahora diputado local, se anotó en la sucesión diciendo que si Duarte pudo…yo también.

Metido en aquel prestigio, y más porque Duarte se brincó a un par de generaciones, ahora nadie explica las razones por las cuales se ha dejado pintar como un gobernador fracasado en materia de seguridad, entre otras cositas, ni se diga con la deuda pública y, por tanto, su prestigio ha quedado demolido en un lodazal que nadie vislumbró.

Por ejemplo:

Algunos duartistas advierten que hoy, 2015, estamos mejor que los años polvorientos de 2011, 2012 y 2013, cuando Veracruz caminó en el mundo como el peor rincón del planeta para el gremio reporteril y la peor entidad federativa para el paso de migrantes, pues la tierra jarocha, según afirmaba y afirma todaví­a el sacerdote José Alejandro Solalinde significaba el cementerio de migrantes más extenso y largo del paí­s.

Y, bueno, a primera vista el fuego cruzado, los muertos, secuestrados y desaparecidos y fosas clandestinas habrí­an disminuido.

Claro, se achicaron, digamos, en algunas zonas geográficas de Veracruz, toda vez que los carteles y carteles tienden a desplazarse, caminan, pues, como los topos, de igual manera como han trotado del norte de la república a los estados sureños.

Y aun cuando aquí­, en la zona conurbada Veracruz/Boca del Rí­o, quizá Xalapa, la zozobra y la incertidumbre habrí­an, sin conceder, disminuido, también han bajado las noticias en los medios.

Pero, oh paradoja, en otras latitudes están, como dicen los clásicos, al rojo vivo.

Más todaví­a: mientras exista un hogar donde lloren a un secuestrado, un desaparecido y un ejecutado y sepultado en fosa clandestina, nadie puede cantar victoria de un Estado de Derecho, partiendo de un solo principio universal: toda vida humana es invaluable.

Y más, cuando como en el caso, la inseguridad es compañera de la impunidad por más que el Fiscal cacaree lo contrario.

Tal cual, resulta inverosí­mil que para efectos de opinión pública el gobernador mantenga en el cargo al general de West Point condecorado por la Interpol, cuando a cada rato aparecen parejas secuestradas y asesinadas, niños ejecutados y familias fusiladas, y las versiones de nuevas fosas clandestinas.

Claro, si parte del equipo A la hora final se verá si valió la pena que Javier Duarte sacrificara su honor por Arturo Bermúdez y Bravo Contreras, pues de acuerdo con la filosofí­a popular los únicos que traicionan en la vida son los amigos duartista alardea que antes, mucho antes estábamos peor, bueno, cada quien suele creer y consolarse con sus verdades y mentiras.

Y por tanto, al mismo tiempo habrí­a de recordarse que el Veracruz de Duarte es diferente en años luz al Veracruz de Fernando Gutiérrez Barrios, quien pacificó la tierra jarocha en 40 dí­as, encarcelando a los caciques regionales, en tanto otros, todaví­a libres, pusieron sus barbas a remojar y huyeron.

Mucho, demasiado, pues, ha de estimar el gobernador al secretario de Seguridad Pública para una defensa tan apasionada.

Y/o como suele decir el delegado federal del Instituto de Migración, José Tomás Carrillo junior, hay polí­ticos a quienes une más la alianza empresarial y la complicidad…que la eficacia en la tarea de gobernar y ejercer el poder polí­tico atrás del bienestar común.

DUARTE SE ENCONCHÓ

Cuatro años y casi cinco meses después nada ha empañado tanto la imagen del góber como la inseguridad.

Y, por añadidura, su compañera apocalí­ptica, como es la impunidad.

De nada ha valido, por ejemplo, cacarear en el altiplano en el gabinete polí­tico de Peña Nieto y en la prensa defeña que aquí­ no pasa naaada, porque otra, años luz de distancia, es la realidad aplastante.

Tampoco se justifica que el góber haya sido linchado en la ví­a pública por tantos ajustes de cuentas entre los malandros en Veracruz, porque manifiesta la indolencia y el principio de Peter de su gabinete de seguridad.

Incluso, por más que el mismo Duarte se ha, digamos, enconchado organizando homenajes a las fuerzas militares y navales, ningún resultado positivo ha tenido absorber el desprestigio de Arturo Bermúdez y Luis íngel Bravo Contreras, porque de cualquier forma ha salido arrasado.

Y más porque cada secretario del gabinete legal tiene su tarea y responsabilidad. Y por ningún motivo se vale colocar encima del interés común de los 8 millones de habitantes de Veracruz la felicidad del general de West Point y el Fiscal narcisista.

Duarte ha desafiado a la razón pública para conservar a su equipo de seguridad. Ya se verá si a la hora del balance final valió la pena, pues y como reza el adagio popular, los únicos que en la vida traicionan son los amigos, pues los enemigos…enemigos son.

ENTÉRESE RíPIDO

Que sicarios amenazaron al candidato panista a curul federal de Tierra Blanca.
Entra a la historia Arturo Bermúdez con su mural.
Reduce delitos por decreto Comisión Nacional de Seguridad Pública.
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Denuncia alcalde de Atzalan acoso sexual en escuelas del municipio.
Sublevados policí­as de Coatzacoalcos por pensión.
Pepe Yunes acompaña sólo a mujeres candidata a diputadas federales en sus campañas.
Pepe Yunes con Carolina Gudiño, Elizabeth Morales y Noeemí­ Guzmán.
Mucho ganarí­a Pepe Yunes con Ainara Rementerí­a a su lado en periplo jarocho.
Éxodo de priistas jarochos a Oaxaca con Fidel Herrera.
Ahora, Fidel Herrera controlará Veracruz, Chiapas y Oaxaca, el virrey del sur/sureste.
Resurgió Fidel Herrera. Pepe Murat, hundido. Enrique Jackson, también delegado del PRI.
Enrique Peña Nieto en Antón Lizardo. Con los héroes del 21 de abril, 1914.
Versiones: Peña Nieto ya perdonó a Fidel Herrera. Lo necesitamos dijo César Camacho.