Brujos, al servicio de políticos
•En Cosoleacaque, tierras de caciques (Helidoro Merlín Alor y los hermanos Vázquez Parissi), han aparecido nuevos autores sociales
•Hechiceros, santeros, al servicio del mejor postor para matar a los enemigos y adversarios
•Con todo y su brujería estuvieron a punto de lincharlos
•Presa Yuribia, la cereza del pastel
Desde el siglo pasado, en Cosoleacaque floreció el cacicazgo de Heliodoro Merlín Alor, quien aprendió el oficio de su jefe, Amador González Caballero, quien fue el señor de horca y cuchillo del gobernador Fernando López Arias.
Luis Velázquez
Durante unos 40 años, Merlín Alor alternó los cargos públicos con su familia desde la presidencia municipal y los puestos edilicios hasta las diputaciones locales y federales, además de todas y cada una de las dependencias del gobierno estatal.
Luego, arribaron los hermanos Cirilo y Ponciano Vázquez Parissi, hijos del otro cacique, Cirilo Vázquez Lagunes, asesinado en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán, y con quienes los Alor Castro han alternado ahora los cargos políticos.
Pero de pronto, al juego del ajedrez político también se han metido los brujos en una región de Veracruz tan influenciada por las cosas esotéricas y el karma y la buena vibra y los maleficios.
Por ejemplo, en el transcurso de la semana anterior, un trío de brujos estuvieron a punto de ser linchados por una población enardecida en la comunidad de Barrancas, porque les habían pagado para echar la mala vibra a los agentes municipales, de tal forma que uno a uno fuera muriendo, digamos, de una enfermedad inexplicable.
Tal cual, y según narra la reportera Sayda Chiñas, a los brujos les embargaron cinco teléfonos celulares, perfumes, veladoras, aceites y tierra negra, además de las fotos de un par de subagentes municipales, quienes estaban en su mirada furiosa para llevarlos a la muerte.
Detenidos por la población, entregados a la subagencia en Barrancas, confesaron, por ejemplo, entre otras cositas que llevaban siete meses haciendo maleficio a los agentes… a cambio de 300 pesos que les había pagado su cliente, el comisariado ejidal de Buenos Aires, Hermenegildo Jiménez Martínez, para matarlos con sus creencias diabólicas.
Pero, además, también tenían las fotos de unos activistas sociales del pueblo a quienes de igual manera tenían en la mira porque así lo exigía el cliente, que desea adueñarse con tal estrategia del control de las comunidades serranas.
El trío de brujos solía operar en el panteón de la comunidad, y de noche, para infundir el miedo y el temor a los curiosos.
Sólo que el pueblo detectó a tiempo el complot y, bueno, estuvieron a punto de lincharlos.
La historia, sin embargo, tiene otros matices estelares.
PRESA YURIBIA, CEREZA DEL PASTEL
El dueto de subagentes (Julia Castellanos y Servando Morales) que los brujos querían matar con sus sortilegios son líderes sociales que han encabezado con el pueblo el cierre de la carretera a Canticas y el acceso al aeropuerto de Minatitlán para exigir al gobierno de Veracruz les construya pozos de agua.
Pero más todavía:
El par de subagentes, una mujer y un hombre, han integrado un frente común en contra del comisariado ejidal, Hermenegildo Jiménez Martínez, quien contrató a los brujos, porque ha pretendido cobrar millones de pesos por el derecho de paso de la tubería que abastece a Coatzacoalcos, oh paradoja, desde la presa Yuribia, la gran manzana de la discordia.
Incluso, y como se recordará, ahí fue donde floreció El oaxaco, José Manuel Flores Ríos, con su llamada lucha social por los pueblos de la sierra de Soteapan reclamando obra pública que él mismo construía con su empresa, Constructora del Sureste, asociado, siempre se afirmó, con José Murat Casab y Fidel Herrera.
Y ahora, como El oaxaco sigue desaparecido desde el 28 de febrero del año 2013, y como en la política nunca, jamás, existen vacíos de poder, y como tanto Murat Casab y Fidel han dejado de figurar en el primer plano del poder político en Veracruz, entonces, el comisariado ejidal ha entrado al quite; pero, oh sorpresa, con brujos.
Así, un nuevo ingrediente esotérico aparece en la leyenda de la presa Yuribia, que desde su construcción, Agustín Acosta Lagunes gobernador y Juan Hillman Jiménez alcalde de Coatzacoalcos, ha estado en el ojo del huracán y siete gobernadores después ha sido tomada unas 200 ocasiones, todo para seguir ordeñando la vaca presupuestal.