Pura finta, puro rollo, puro chorizo… 3) El político que a través del vocero suele pedir favores y cree y siente y está seguro que todo se merece… Y cuando en el otro lado hay una necesidad se hace tonto… Y, 4) El político a quien la prensa le vale y de igual modo se conserva lejos de las angustias económicas del gremio reporteril…

CURVA PELIGROSA: La nutrióloga sugiere que si una persona se atraganta en medio de las comidas entre otras cosas y hechos por la angustia existencial entonces, y para evitar el desarrollo exponencial de la papada y la panza, nada mejor que comer un platillo con fruta… Así, se controla el ansia de comer y puede conservarse la figura… La otra estrategia es ejercitar la fuerza de voluntad para aguantar vara sin caer en la gula… Caray, basta referir el caso de las mujeres jóvenes que en el desayuno únicamente toman un jugo verde y/o un jugo con varias frutas y aguantan, y bien, hasta la hora de la comida… Además, la guerra sistemática en contra de la famosa Vitamina “T” de tacos, tortas, tostadas y tortillas, y anexos y conexos… Nada, pues, como la fruta de temporada… Por cierto, hacia la séptima y octava década, lo recomendable en la noche es abstenerse de consumir un alimento… Simplemente, se duerme mejor… Más, cuando se padece el dichoso reflujo…

AUTOPISTA DEL SUR: Televisa transmite la telenovela “Esmeralda”, entre otros, con el actorazo Enrique Lizalde, fallecido de 76 años de cáncer hepático, padre de cuatro hijos y galán de galanes… Una de sus telenovelas memorables y citables es “Juan del diablo”… Fue maestro en la UNAM… Y además de su físico quizá su gran pegue por la voz extraordinaria que tenía… Sin duda, un tono de voz más varonil que, por ejemplo, Narciso Busquets (“El gallo de oro” con Ignacio López Tarso) y Enrique Rocha… Además, su carácter indomable… Nunca involucrado en escándalos ni travesuras sexuales… Un actor respetado y respetable… Y que pocas, excepcionales ocasiones sonreía en las películas, telenovelas y obras teatrales…

AUTOPISTA DEL NORTE: Gracias a “La maldita primavera” (de Yuri, la reinaza del carnaval de los cien años), el parquecito de la esquina ha cambiado de escenario… Y mejor… Todas las mañanas, varias chicas y mujeres casadas, divorciadas y viudas (según se aprecia) suelen ejercitarse hacia las seis horas… Y por lo regular, con su mascota, un perrito dichoso y feliz de que lo saquen a pasear… Sin duda, pronto se dará un conciliábulo perruno… Unas mujeres se ejercitan media hora… Otras, una hora… Cada vuelta en el parque la suelen dar durante cinco minutos… Entre ellas, el intercambio de “Buenos días” y “Hasta mañana”… Mientras, el velador del barrio pule y vuelve a pulir su diccionario de las buenas costumbres… A un señor le dice “Buenos días, jefe”… A otro, “Buenos días, jefecito”… Y a otro, “Buenos días, jefazo”… ¡Vaya curiosidad con las razones de su protocolo diplomático!...

RECTA FINAL: Está bien que para un político, los mejores amigos son aquellos convertidos en socios, aliados y cómplices en el ejercicio del poder público… Pero, ni duda cabe, los amigos entrañables son aquellos con quienes se camina hasta un segundo antes de morir si se trata de una muerte tranquila… Y/o si se interpone una muerte violenta, horas, días quizá, antes de la tragedia… El proverbio es muy sabio: “El único patrimonio de los seres humanos es la amistad”… Don Julio Scherer García, el Francisco Zarco del siglo XX según escribió Carlos Fuentes Macías, aseguraba (con su experiencia volcánica) que los amigos son piedras rodantes en la ladera y en donde se encuentran y conectan… Y sin ninguna, jamás, un cortocircuito atravesado… Caray, Jesucristo soñó con tener en Judas a un amigo y apóstol y lo vendió por treinta monedas… Simplemente, se equivocó pues el otro era malandro puro…

META: Cosas de la política… En Rusia, hacia el año 1916, la duquesa, esposa del Zar, solía cumplir años, y por decreto, cada tres días… Entonces, la orden a la población judía era comprar unas estampitas, una imagen, una fotografía de ella en cinco rublos y colgársela del cuello… Y caminar los días con la insignia sobre el pecho… Y si por cuestiones económicas, las mujeres dejaban de comprar, digamos, el escapulario tan raro y extraño, entonces, la Zarina ordenaba que en unos casos las encarcelaran… Y si se ponían rejegas, las mataran… La historia está contada en el libro “Guerra en Paterson”, del cronista John Reed, tiempo aquel cuando luego de cronicar la Revolución Mexicana al lado de Pancho Villa agarró camino, primero, a la guerra en Los Balcanes… Y después a Rusia… Los libros de Reed son textos en las facultades de Comunicación de Estados Unidos…