El Instituto Nacional Electoral, ante IFE, está para garantizar la vida democrática. Pero en Veracruz, oh paradoja, algunos de los consejeros electorales son los más antidemocráticos del mundo.

Por ejemplo.

Daniela Guadalupe Griego Ceballos, considerada la jefa de la tribu electoral, originaria de Minatitlán, egresada de la facultad de Humanidades de la Universidad Veracruzana, de entre unos 40 a 45 años, lleva, más o menos, 25 años de consejera.
Es decir, más del doble de su vida biológica.

Más, incluso, que Enrique Levet Gorozpe como dueño del FESAPAUV. 20 años. Poquito menos que Juan Nicolás Callejas, propietario de la sección 32 del SNTE, desde hace 32 años.

Pero, además, según las versiones, mantiene aterrorizado al presidente del Consejo local, Antonio Manjarrez Valle, quien, medroso al fin, apenas la mira se acalambra, a tal grado que cuando la Griego le entrega, por ejemplo, la lista de sus consejeros en los 21 distritos electorales, la acata al pie de la letra.

Sin replicar ni chistar, vaya.

Luis Octavio Hernández Lara, perredista igual que la Griego, activista en la ong Matraca, para el rescate de los niños de y en la calle, igual que la Griego, lleva 9 años como consejero, antes del IFE, ahora del INE. Es, digamos, un párvulo caciquil.

Carlos Quiroz, académico de la UV, plegado, se afirma, a la Griego, para navegar con vientos favorables, lleva 15 años trepado en la vaca electoral.

Incluso, lleno de chispa su ingenio lo llevó, con otros, a formar un grupito, digamos, de expertos electorales y tocar las puertas de la ONU, Organización de las Naciones Unidas, que suele financiar, con la dolariza por delante, cursos de capacitación en el mundo.

Así­, Quiroz, por ejemplo, ha viajado desde a China hasta Panamá, su último periplo, en lo que pudiera denominarse turismo electoral.

Además, claro, de que se ha trepado en el activismo de ONG y perredistas para demostrar su peso polí­tico y crearse la imagen de un soldado electoral en Veracruz y desde Veracruz.

Incluso, según las versiones, Quiroz y la Griego se han leí­do el libro del escritor Efraí­n Huerta, México a través de sus siglas, para inventar nombres de ONG fantasmas y ordeñar a la ONU.

Y más aún, sin rendir cuentas de la dolariza.

Ana Lilia Villa Cuéllar, licenciada en Derecho, académica del Instituto de Investigaciones jurí­dicas de la UV, tiene fama pública de una consejera sensata, pero también, sigue el camino de los otros, aun cuando apenas lleva dos periodos electorales…que, bueno, así­ se inicia en la tentación del poder.

ALGUNOS TRASTUPIJES EN NOMBRE DE LA DEMOCRACIA

El ejercicio caciquil del órgano electoral de Veracruz puede advertirse, si duda quedara, en lo siguiente:
Ardidos, un grupo de ex funcionarios electorales que lo fueron, por una y otra razón integraron un grupito en un Veracruz donde, por ejemplo, la secretarí­a de Desarrollo Agropecuario tiene registrados 600 organismos campesinos.

Se llama, oh sorpresa, Profesionales Electorales de México que según denunciara Eduardo Jaramillo capacitan a su gente para ser contratados por el INE, y hasta por el Instituto Electoral de Veracruz, incluso, pasándoles una copia del examen oficial.

Tal cual buscan así­ apropiarse de las plazas en el sistema electoral, y más de cara a la elección de diputados federales en el 2015 y de gobernador en el 2016, donde entre más reñida se vuelvan los comicios… más elevado se cotiza “el moche” para los consejeros.

Y es que como dice un experto, un buen cirujano electoral (costal de mañas, fogueado en el campo de batalla) puede descarrilar a cualquier candidato incómodo para la elite priista en el poder, como por ejemplo, pudiera darse el año entrante con la candidatura del vicealmirante Sergio Lara Montellano, comandante de la Zona Naval, a diputado federal por el distrito de Boca del Rí­o, feudo de los Yunes azules.

Y/o, por ejemplo, en el distrito de Los Tuxtlas, donde todo indica que Jorge Carvallo Delfí­n, secretario de Desarrollo Social, tiene todo listo para lanzarse al océano, teniendo en contra a todos los actores sociales y polí­ticos, incluso, a su padre, quien lo odia y guarda resentimiento y será nominado candidato por Morena, el partido polí­tico que se mantiene en el tercer lugar de la preferencia electoral.

De ahí­, pues, la importancia de controlar a los consejeros electorales, cuya mayorí­a, en el INE, mantiene en un puño la jefa máxima, Daniela Guadalupe Griego Ceballos.

Y más por lo siguiente:

Uno. Si de pronto nombran a unos supervisores y/o capacitadores electorales en un distrito que son incómodos a la pandilla, los desploman.

Dos. Jamás son auditados por la secretarí­a de la Función Pública en sus viáticos ni tampoco por el gobierno de Veracruz cuando los ha necesitado para desplomar a los adversarios triunfadores en las urnas.

Tres. Tienen fama pública de intrigar a los consejeros distritales para golpear al presidente del Consejo local, Antonio Manjarrez, no obstante que el secretario, Francisco Alberto Salinas Villasaez, es su operador en el sórdido mundo electoral.

Cuatro. Trepados en su caciquismo, se han vuelto fiscalizadores de las actividades de los consejeros distritales, a quienes, incluso, intrigan por minucias, por ejemplo, llegar unos minutos atrasados a las sesiones.

Cinco. Operan con todo para imponer a los consejeros distritales como traje a la medida.

Seis. Consejeros en el INE, algunos tienen fama pública de cobrar en el IEV, donde César Corzas Pérez, cuñado de Juan Herrera Marí­n, secretario de Seguridad Pública con Patricio Chirinos, les abre la puerta.

Así­, apóstoles de la democracia, con un régimen de terror y horror, dueños del dí­a y de la noche electoral de Veracruz, son capaces de anular cualquier triunfo en las urnas de un candidato indeseable a la elite polí­tica gobernante.

Tal cual se enaltece la vida cí­vica en Veracruz donde nunca, jamás, se ha dado la alternancia en el poder en la gubernatura, pues la otra alternancia, la democrática, está en pañales.