Duarte habla de democracia y policía reprime
•El gobernador proclama la certeza jurídica. El alcalde de Orizaba sigue utilizando la policía para intimidar a los activistas. Y en Pánuco priistas se despedazan por un cacicazgo que atenta contra los valores democráticos
Luis Velázquez
En nombre de la democracia, el gobernador de Veracruz se corta las venas y dice en el segundo informe del presidente del Tribunal Electoral:
“Veracruz se funda en los valores democráticos”.
“Veracruz, con el Tribunal Electoral, es ejemplo de certeza y seguridad jurídica”.
“Veracruz cuenta hoy (hoy hoy) con sólidas instituciones que hacen valer la ley y son garantes de la voluntad de ciudadanos en una democracia de resultados”.
“En Veracruz hay una cultura de legalidad, con la fortaleza del diálogo, el acuerdo y el entendimiento”.
“En Veracruz se hace de la pluralidad… una fortaleza para impulsar el progreso”.
“En Veracruz la democracia no es asunto de partidos, sino de ciudadanos conscientes de que en la libertad a elegir no se admite la violación de los valores, los principios y las reglas”.
“Veracruz es baluarte de la democracia en México, una democracia más firme y confiable, donde se respeta el Estado de Derecho y busca el programa compartido”.
INTIMIDAN POLICíAS ACTIVISTAS
Pues bien, ese mismo día, miércoles 19 de noviembre, 2014, en Orizaba, sucedió lo siguiente: en el parque central de Orizaba un grupo de activistas sociales mantenían un plantón por Ayotzinapa.
Entonces, elementos de la policía se lanzaron en contra de ellos con “acciones represivas y acoso”, en tanto acusaron al director de Gobernación municipal, Juan Ramón Heredia, “de ordenar la represión y las amenazan de muerte”.
Incluso, los policías “nos dijeron que nos iban a levantar para desaparecernos” (La jornada Veracruz, Fernando Inés Carmona).
“Llegaron en la madrugada y empezaron a gritarnos: putos, putos. Y no conformes nos advirtieron que nos levantarían”.
En contraparte, los activistas hablaron de un doble, triple discurso: “El secretario del Ayuntamiento, Christian Pérez Espinoza, nos confirmó que no tendríamos ningún problema. Que nadie nos iba a molestar”.
Dos días anteriores al plantón, la policía detuvo a un alumno del CBTIS de Orizaba. “Lo acusaron de grafitear y faltas administrativas. El compañero pintaba leyendas en favor del movimiento de Ayotzinapa”.
“Nos quieren intimidar y que disolvamos los movimientos sociales en Orizaba y en Veracruz”.
Así pues, en Xalapa, con el góber, un discurso, ante el Tribunal Electoral. Y en Orizaba, otro.
Algún quisquilloso dirá que mientras Duarte es el gobierno estatal, en Orizaba la policía municipal, dependiente del alcalde Juan Manuel Diez Francos, con fama pública de represivo, fue la autora del acoso y la intimidación.
Ambos, no obstante, son militantes y gobiernos priistas. El par es autoridad. Los dos ejercen el poder y lo menos que el ciudadano espera es coincidencia en el mando.
PELEA PRIISTA POR UN CACICAZGO
En el otro lado de la moneda habría de referir, por ejemplo, los carteles aparecidos en los árboles en la vía pública de Pánuco, en el norte de Veracruz, con amenazas de muerte al cacique local, que aspira a regional, el contralor Ricardo García Guzmán, y su hijo, el presidente municipal y exdiputado local.
Pero, bueno, en Pánuco, que por tanta violencia la LXIII Legislatura está a punto de cambiarle de nombre por el de “Pánico”, hay una lucha interna aldeana y pueblerina por el control del poder.
En un lado del ring, los Ricardos García. En el otro, la diputada federal Zita Pazzi, directora del DIF con Fidel Herrera.
En el otro, Guillermo Díaz Gea, quien fuera, parece, desplazado como cacique por el contralor duartista.
Y en el otro, Manuel de León Maza, apodado “La leona dormida” que también sueña para él y sus hermanos con un cargo de elección popular, por ejemplo, ahorita, en la inmediatez, la curul federal.
Y por tanto, mientras en Pánuco/Pánico la batalla es caciquil, con lo que se lesiona toda voluntad democrática, en Orizaba fue una evidente intimidación y acoso policiaco que en nada enaltece la certeza y la seguridad jurídica que alardeó el gobernador en el Tribunal Electoral.
Por eso habría de convocar una vez más la sentencia bíblica de André Malraux, el escritor que fuera Ministro de Información y Cultura del presidente Charles de Gaulle: “Seamos serios, seamos serios” en la tarea de gobernar.
Más que serios, congruencia entre el decir y el hacer y el actuar y el operar, porque si Duarte proclama, digamos, su verdad democrática y los secretarios del gabinete y los alcaldes se van por la libre, entonces, la tarea de gobernar y alcanzar un destino superior para la población se vuelve un enredijo y un caos.
Sergio Torres MarÃn 22 Nov, 2014 - 20:13
En estado donde no existe la división de poderes ....NO EXISTE LA DEMOCRACIA. ,
MUERA LA PARTIDOCRACIA!