Tuxpan, el infierno tan temido
•El miedo y el temor en la vida cotidiana llega a lo siguiente: algunas dependencias federales han retirado el anuncio oficial en fachada de la oficina, en tanto los funcionarios han comprado autos económicos con bajo perfil
En Tuxpan, igual que en el resto de Veracruz, la vida cotidiana está prendida de alfileres.
Incluso, los tuxpeños han aprendido a cohabitar con la realidad avasallante, es decir, el miedo y el temor, el horror y la incertidumbre, la zozobra social.
Claro, ningún político VIP, las buenas conciencias como les llamaba el escritor Carlos Fuentes Macías, tocan el asunto.
En contraparte, unos amigos dibujan algunas pinceladas de la vida diaria.
Luis Velázquez
Unas dependencias federales, por ejemplo, han retirado del frente de sus oficinas el anuncio, el logotipo oficial, para soslayar la atención de los malosos.
Sus funcionarios han cambiado de automóvil y adquirido un coche de bajo perfil, económico, evitando tripular camionetas blindadas, de más de 800 mil pesos.
Peor tantito, han vendido sus casas y comprado un departamento para pasar ante los demás como una familia de bajo perfil.
En otros casos, familias completas han migrado de Tuxpan a otras entidades del país, empezando por la zona norte, más allá de Tamaulipas, donde el gobierno federal nombró a un Comisionado, a partir de que los carteles han filtrado la vida pública.
Hay miedo porque hay secuestrados, desaparecidos y muertos… que por desgracia rara vez llegan a los medios.
Por fortuna, en el río Tuxpan han dejado de aparecer cadáveres flotando, digamos, desde aquella ocasión cuando un marino fue ejecutado por elementos policiacos del Ayuntamiento de Alberto Silva Ramos, y por lo que los marinos se llevaron a siete gendarmes.
Pero la vida está vuelta un infierno.
LA REGIÓN MíS OLVIDADA DE VERACRUZ
Con el norte de Veracruz pasó algo paralelo a la Cuenca del Papaloapan, donde el cronista asegura que a partir de Cosamaloapan ya es América Central, es decir, Honduras, Guatemala y Salvador.
El norte de Veracruz es como otra entidad federativa adentro de otro estado. Sus habitantes miran hacia Tamaulipas, Puebla y el Distrito Federal, que están más cerca que Xalapa. Y más ahora con la autopista de Tuxpan a la ciudad de México.
Y por eso mismo, cada candidato a gobernador ha tomado como estribillo que con él ha sonado la hora del norte de Veracruz.
Puro cuento. Cacayacas. Frasecita demagógica, populista y mesiánica.
Incluso, pudiera escribirse que ninguna otra región ha estado desde tiempo ancestral tan olvidada de la elite sexenal como el norte.
Y más, mucho más, los indígenas de las montañas de Otontepec, Chicontepec y Huayacocotla, sin contar, claro, Papantla.
Es más, a veces pareciera que para el duartismo sólo existe la región de Zongolica, porque está más cerca de Xalapa, la sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial y, por tanto, los conflictos y los pendientes irradian y rebotan.
NINGÚN PUEBLO HA PODIDO SALVARSE
Nadie, sin embargo, debiera olvidar que por el norte de Veracruz, mejor dicho, por Tamaulipas, entraron los carteles a la tierra jarocha.
Años, meses anteriores se leían noticias procedentes de Tampico Alto, Pánuco, Tempoal, Tantoyuca, etcétera, de fuego cruzado, muertos, secuestrados y desaparecidos, y de pronto parecía que hablaban de un mundo lejano, en el otro extremo del mundo.
Y de pronto, cuando despertamos el dinosaurio ya estaba metido en el territorio jarocho hasta el tuétano y eran pocos, excepcionales, los pueblos salvados.
Ahora, la estadística es fría. El mismo procurador de Justicia la ha reconocido, aun cuando pudiera estar limitada: hay 650 desaparecidos, de los cuales 144 son menores.
Además de un mundo insólito de impunidad.
Con todo, el eje del mal, que inicia en Papantla y Poza Rica sigue vigente hasta Tampico Alto, pasando por Tuxpan y Tantoyuca, la tierra dominada por el cacique panista Joaquín “El chapito” Guzmán Avilés.
Bastaría, entonces, referir un solo dato: en víspera del IV informe de Javier Duarte ningún pueblo de Veracruz ha quedado fuera de la influencia y el dominio de los señores de la droga.
Nadie ha podido salvarse. Nadie está ileso. Por eso, la tierra jarocha está ultra contra súper blindada para los Juegos Centroamericanos y la Cumbre Iberoamericana.