Tiempo del desprecio
Pues bien, el presidente municipal de Soledad Atzompa, ubicado en la montaña negra de Zongolica, Bonifacio Aguilar Linda, ha puesto el índice en la llaga purulenta de Los niños infieles diciendo: “Tal parece que sólo con manifestaciones es como el secretario de Seguridad Pública escuchará las demandas de los pobladores de este municipio”, al mismo tiempo que anunciaba una caminata en Xalapa para expresar su inconformidad ante la ola de inseguridad.
Luis Velázquez
Y, bueno, se trata, pues, de una enfermedad en una parte del gabinete legal y ampliado del duartismo, peor, incluso, que el SIDA, el cáncer, la leucemia y hasta la cirrosis hepática.
Por ejemplo: en su tiempo de secretario General de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, el panista que todos los días escucha misa y se arrodilla ante el sacerdote para confesar y comulgar, hacía esperar a la audiencia hasta siete horas.
Peor tantito, luego de siete horas… sólo la atendía cinco minutos, de pie, en un pasillo, rápido, rapidito.
En aquel tiempo, se ignora si hoy todavía, el subsecretario de Gobierno, Érick Lagos Hernández, solía hacer esperar a la audiencia de entre tres y cinco horas, si bien le iba.
En otras ocasiones, citaba al mediodía y hacia las 3, 4 de la tarde, la secretaria le decía que regresara en la tarde y hacia las 10, 11 de la noche, citaba para el día siguiente, aseguraban algunos, porque existía una absurda competencia con Buganza para ver quién tenía más audiencia.
En otras ocasiones, Érick Lagos citaba a la audiencia en la cabecera municipal donde llegaba y la hacía esperar de dos a tres horas, de pie, por ahí en un pasillo, bajo el sol, mientras él presidía, digamos, una reunión a las carcajadas, pitorreos y chungas, nomás para hacer sentir su superioridad el pobrecito.
En su tiempo de subsecretario de Gobierno, José Tomás Carrillo junior, ahora ideólogo de la política migratoria, hacía esperar hasta tres horas a la audiencia, incluso, tratándose hasta de un funcionario, sólo para mostrar el poder político y, quizá, para hacer sentir su influencia.
Por eso resulta lógico entender que el alcalde de Atzompa, Bonifacio Aguilar, diga que sólo con marchas, caminatas, manifestaciones de protesta, el secretario de Seguridad, el defeño Arturo Bermúdez, los podría escuchar.
Y, bueno, cuando un gobierno niega hasta el legítimo derecho de audiencia a un ciudadano, entonces, manifiesta el tiempo del desprecio que se está viviendo; pero además, la soberbia con que cada secretario del gabinete ejerce el poder y gobierna.
LA PROTESTA POPULAR, ÚNICA SALIDA EN VERACRUZ
Dijo el alcalde de Atzompa:
a) “La próxima semana voy a resolver todos los problemas con una manifestación”.
b) En el mes de mayo el secretario de Seguridad Pública suscribió una minuta donde quedaba claro que la dependencia pagaría el salario de los jóvenes que serían capacitados para fungir como policías.
Ahora, el secretario pretende que lo Un mal del gabinete duartista es creer que hacen un favor a los ciudadanos solicitantes de audiencia para plantear un conflicto social en puerta, por eso, y con frecuencia, aplican la aburridora porque, además, les vale pague el Ayuntamiento (El Puerto, página 7, 24 de septiembre, 2014).
Y es que el titular de la SSP, como otros secretarios, se creen paridos por los dioses y se sienten dueños únicos y absolutos del poder político y del erario.
Así, la frivolidad alcanza límites tan intolerables como inaceptables.
Es más, una encuesta popular sobre la soberbia y la vanidad en el gobierno de Veracruz arrojaría el siguiente resultado (sujeto, claro, a comprobación científica con variables dependientes e independientes como dicen los economistas):
Primer lugar en puerilidad. El procurador.
Segundo. El director de Comunicación Social.
Tercero. El secretario de Seguridad Pública.
Cuarto. El secretario General de Gobierno.
Cinco. El secretario de Desarrollo Social.
Sexto. El secretario de Infraestructura y Obra Pública.
Por lo pronto, salvo, claro, el Récord Guiness que en la materia tenga el secretario de Turismo.
Y es que llegó un momento cuando el gabinete duartista ha creído que hace un favor a la ciudadanía con otorgarle audiencia y escuchar su clamor popular.
Pero, además, creen que son la octava maravilla del mundo y, por tanto, son infalibles. Es decir, dioses.
Más aún, hay un momento en que pierden el piso y piensan que el cargo es eterno, cuando todo tiene un límite, pues tampoco hay enfermedad que dure cien años ni enfermo que la aguante.
Y por eso, ni modo, la única salida que la élite política ha dejado en Veracruz es la protesta colectiva, la marcha y la caminata en los pueblos.
De ahí que el principio marxista/leninista diría que entre más te inconformas y protestas… más los políticos pudieran escucharte, pues con frecuencia hay quienes se crecen al castigo, como mulas.
Por eso, si tal ocurre, entonces, la protesta necesita elevar de tono. Por ejemplo, llevar la caminata a la ciudad de México, digamos, enfrente de Los Pinos. En los medios nacionales. La televisión. El Congreso de la Unión. La Comisión Nacional de Derechos Humanos… a ver quién se cansa primero.
TIPS PARA VIVIR MEJOR
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Sólo con marchas duartistas escuchan: alcalde de Atzompa.
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Si Cumbre Iberoamericana sale mal, Peña Nieto quedará mal ante el mundo.
Versiones: piden a Univ. Cristóbal Colón adoptar deportista de Centroamericanos por alumno.
Othon Marcelo Ronzon 26 Sep, 2014 - 19:46
Para los tigres de la Fidelidad, una raya mas no se nota, ¿será?