Y como ahora la paraestatal es una empresa privada, ni hablar, el gobierno federal licitará áreas petroleras en Chicontepec y para recursos no convencionales al mejor postor.

Así­, y ni modo, los agravantes siguientes han sido la causa:

Uno. La complejidad del campo para la exploración.

Dos. Los problemas operativos de PEMEX en la zona.

Tres. El desplome en la perforación de pozos, de tal manera que de los 642 en el año 2012 pasó a sólo 17 en los primeros siete meses del año que corre.

Cuatro. La productividad de cada pozo se ha descarrilado desde el año 2008, en pleno fidelismo, pues en aquel año fue de 40 barriles diarios y en el año 2012 apenas llegó a 23 barriles.

Y en tales circunstancias, la paraestatal ha dejado ir varios campos (Ibí­dem, Reforma).

Por tanto, según la nueva polí­tica de PEMEX, esperan que un alud de particulares se interese para su explotación.

Por lo pronto, estaremos ante un reajuste en los empleos y un retroceso en el movimiento económico en la región, allí­ donde se concentra la población indí­gena de las demarcaciones de Chicontepec y Huayacocotla, tierra de caciques.

LAS MíS ALTAS TARIFAS DE LUZ

Claro, otras zonas de Veracruz están en su apogeo petrolí­fero y, en consecuencia, pueden abrigarse esperanzas para que, con el tiempo y un ganchito, y como se cree desde el gobierno estatal, la tierra jarocha mude en el Houston de México y la Arabia Saudita del continente americano, pues de ser así­, caray, los cuernos de la abundancia se desparramarán sobre Veracruz para acabar por decreto con la pobreza, la miseria y la jodidez.

Además, una entidad pródiga en recursos naturales, como por ejemplo, con la producción de energí­a eléctrica, caso Laguna Verde, y no obstante es generadora, aquí­ se paguen las más altas tarifas de luz que en otros estados que no son productores.

Más aún si se considera que ha sido una lucha milenaria el reajuste de tarifas desde, digamos, cuando Fidel Herrera era senador y ahora con Héctor Yunes, quien de pronto, zas, dejó tal sonsonete y se dedicó a soñar con el 2016.

VERACRUZ EN PICADA

Las malas noticias de PEMEX para Veracruz se empalman con otra más: el despido de 5 mil trabajadores de confianza, más el despido de otros 5 mil sindicalizados en el paí­s. Es decir, 10 mil de aquí­ a fines del año 2015, incluso cuando a mitad del año entrante se efectúe la elección de diputados federales y de 9 gobernadores.

Y aun cuando los 10 mil empleados serán de norte a sur del paí­s, en partecitas iguales por cada dependencia de la ahora empresa Petróleos Mexicanos, una parte significativa incidirá en Veracruz de norte a sur y de este a oeste.

En unos casos habrá jubilaciones de acuerdo con la ley y, por tanto, los trabajadores quedarán pensionados. En otros, ni modo, el reajuste, en consecuencia, el desempleo.

Y si tal desempleo en puerta lo añadimos a la población sin una chamba, a la población subempleada, a los salarios de hambre y a la migración a la frontera norte y Estados Unidos, entonces, el escenario para Veracruz resulta catastrófico y adverso.

Y más si consideramos que para el año entrante, de hecho y derecho, el sexenio próspero irá de salida, primero, con la elección de los diputados federales; segundo, con la elección de gobernador, cuando por lo regular se achica la capacidad de maniobra para cabildear proyectos aterrizables.