Más secuestrados, más torturados, más ejecutados, más tiros de gracia, más tirados a orilla de carretera
Con todo y Veracruz seguro y Blindaje Coatzacoalcos y Fuerza Civil, por aparecer, se viven días canijos en la tierra jarocha.
Bastaría referirse a los dos últimos hechos el fin de semana.
El primero, los tres jóvenes originarios de Veracruz, levantados en el norte del estado, ejecutados y tirados a orilla de la autopista México-Tuxpan.
Y la mujer y el hombre levantados y ejecutados y tirados a un costado de la carretera libre Veracruz/Córdoba, casi casi desnudos, con huellas manifiestas de tortura y con el tiro de gracia.
De entrada, la Secretaría de Seguridad Pública convocará el mismo ardid: todos eran malandros. Todos estaban ligados a los carteles. Todos tenían malas amistades. Todos eran personas bajo sospecha, tal cual como ha ocurrido en otras ocasiones.
Y, bueno, se cae, por tanto, en el autoritarismo, porque al mismo tiempo, apenas sucedieron los hechos y ninguna pista concreta y específica hay en la materia.
En Veracruz se está viviendo y padeciendo un infierno.
Y, lo peor, es que la autoridad se empeña en ignorar la realidad, lavándose las manos como los Poncios Pilatos del siglo XXI.
El Vecino Vigilante